LOS RETRATOS FEMENINOS DE LEONARDO

02/06/2011


 

 
 

Ginevra de Benci

Hacia 1474-1476
Temple y óleo sobre tabla. 39 x 36 cm
National Gallery de Washington

 

Cada una de las cabezas de los apóstoles del fresco La Última Cena, pintado para el convento milanés de Santa Maria delle Grazie, es un retrato tomado del natural por el maestro Leonardo da Vinci (1452-1519) en dibujos previos, de una precisión pareja con la profundidad de las más dispares interioridades.

La misma profundidad está presente en los retratos femeninos que llevó a cabo el artista. Aunque Patrimonio Nacional haya señalado solo cuatro a lo largo de su trayectoria, con motivo de la presencia de uno de ellos -La Dama del Armiño, retrato alegórico de Cecilia Gallerani, conservado actualmente en el Museo Nacional de Cracovia- en la muestra Polonia, Tesoros y Colecciones Artísticas del Palacio Real de Madrid, lo cierto es que otras piezas del mismo género están relacionadas con la labor del genial artista.

 

 
     
     

La Dama de la Redecilla de Perlas

1490
Óleo sobre tabla. 51 x 34 cm
Pinacoteca Ambrosiana de Milán

 

La Belle Ferronière

Hacia 1490-1495
Óleo sobre tabla. 62 x 44 cm
Museo del Louvre de París

 

A La Dama del Armiño, el retrato de Ginevra de Benci en la National Gallery de Washington, y La Belle Ferronière y La Gioconda, estos últimos en el Louvre de París, hay que añadir La Dama de la Redecilla de Perlas, que unos identifican con Beatriz de Este -si bien otros ponen en duda su identidad y algunos hasta cuestionan que se trate de una obra de Leonardo-, y, aunque sea un dibujo a carboncillo y sanguina, el perfil de Isabel de Este, también en el Museo del Louvre, la marquesa de Mantua que tanto anhelaba tener una pintura de Leonardo.

En cualquier caso, en la mayoría de estos retratos -junto a la minuciosidad del detalle, especialmente cuidado en el caso de las perlas y las joyas-, campea sugerente y lleno de fascinación el sfumato, esa veladura inventada por el propio Leonardo que diluye los contornos y hace emerger los rostros desde la opacidad del fondo. La técnica del sfumato (esfumado) fue utilizada por primera vez por Leonardo en La Virgen de las Rocas del Louvre, y es igualmente advertible en la Madonna Litta, del Museo del Hermitage de San Petersburgo; El Músico, de la Pinacoteca Ambrosiana de Milán, o el San Juan Bautista, custodiado también en el parisino Museo del Louvre.

 

 
 

Isabel de Este

Hacia 1499-1500
Carboncillo y sanguina sobre estampa. 61 x 46,5 cm
Museo del Louvre de París

 

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