EL TORO ÍBERO DE ARJONA

Con información de Pilar Salazar (27/01/2017)


 

 

El 12 de diciembre del pasado año 2016, en la sede de la Colección Museográfica Ciudad de Arjona (Plaza de Santa María), se inauguró una exposición temporal sobre el Toro de Arjona, magistral pieza arqueológica de la cultura íbera que se conserva en el Museo Arqueológico de Granada.

El Toro de Arjona fue hallado de forma casual en la finca de Ramón Pérez de Herrasti, en la década de 1920, y está datado entre los siglos VI y IV a.C. Tras su restauración por Manuel Sánchez Cruz, fue depositado en el Arqueológico de Granada, en 1943. Desde su hallazgo, es la segunda vez que ha salido del museo granadino; la primera fue para una muestra sobre Picasso y la tauromaquia en el Museo Picasso de Málaga.

La cultura íbera se desarrolla en la localidad jiennense de Arjona desde el siglo VI a.C. hasta la dominación romana, continuando hasta el siglo I de nuestra era, aproximadamente. La representación de los toros son las más numerosas en el ambiente ibérico después de los leones y suelen aparecer en las antiguas y principales vías de comunicación. Su figura ha sido ligada al mundo religioso y en relación con la divinidad.

Realizado sobre caliza blanquecina, el Toro de Arjona mide 53 x 142 x 42,5 cm y pesa 500 kilos. Tenía unos cuernos postizos, de los que le quedan restos en los huecos en los que se insertaban con plomo. Su expresión es serena, con una boca representada por un surco semicircular y dos grandes orificios nasales en el morro. Erguido sobre unas extremidades a medias desaparecidas, al igual que la cola, y unos grandes genitales sobre los que se apoyaba, probablemente perteneció a un monumento funerario turriforme (de varios pisos superpuestos). 

 

 

En su momento se hizo el traslado del Toro de Arjona al Museo de Granada porque debía estar depositado en un museo. Ahora, en 2016, Arjona dispone de su propio museo en el que expone 3.000 piezas y con su máximo exponente: el Toro de Arjona; de ahí que el Ayuntamiento se plantee tenerlo para siempre y esté estudiando la posibilidad de hacer una reproducción en 3D, antes de que vuelva a Granada. De momento podrá verse en Arjona hasta el próximo 29 de abril, aunque sólo los fines de semana.

La escultura se ha situado en el centro de la sala dedicada a la Historia del Museo Arqueológico de Arjona, donde comparte espacio con restos epigráficos iberos, romanos y musulmanes, junto a una colección numismática, cerámicas y reconstrucciones a escala real de la Tumba Principesca de la Necrópolis de Piquía, en la que se encontró un prominente ajuar funerario, entre el que destacan los vasos cerámicos áticos.

El edificio donde se expone, conocido como Casa del Rey, está situado sobre el antiguo alcázar árabe donde naciera en 1194 Muhammad ibn Yusuf ibn Nasr (conocido como Ibn Al-Ahmar por el tinte rojo de su barba), el fundador de la dinastía nazarí y primer rey del Reino de Granada. Unos metros por debajo se puede visitar el aljibe de la antigua fortaleza, un espacio rectangular dividido en tres naves cubiertas con bóveda de cañón de ladrillo, basadas sobre dos pedestales de alabastro de estatuas romanas, con inscripciones, pertenecientes al templo que también allí mismo fue erigido en honor del emperador romano César Augusto. 

El Toro de Arjona es una seña de identidad del municipio que puede atraer a visitantes, una pieza con la que Arjona forma parte de la cuna íbera de la provincia de Jaén. El futuro Museo Íbero de Arjona va a representar el máximo exponente de esa cultura a nivel nacional y mundial para poder atraer a mucha más gente no sólo a Jaén ciudad sino a todos los municipios que forman parte de esa cultura; de hecho, con la exhibición del Toro de Arjona se han multiplicado las visitas al municipio, hacia donde peregrinan turistas, curiosos, aficionados y expertos que viajan, incluso desde fuera de Andalucía sólo para verlo.

 

 

Fotografías del Ayuntamiento de Arjona

 

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