El Museo Diocesano de Palermo acoge la exposición Architetture barocche in argento e corallo (Arquitectura barroca en plata y coral), un auténtico despliegue de las excelentes habilidades de los artistas y artesanos sicilianos en el campo de las artes decorativas a través de los frontales de altar.

El frontal de altar, llamado "paliotto" en Italia, es un elemento que, de forma permanente o temporal -a raíz de las grandes celebraciones religiosas-, era colocado en el presbiterio de los recintos sagrados, constituyendo frecuentemente, durante el desarrollo del estilo barroco en Sicilia, el corazón del aparato decorativo de sus iglesias. A modo de ara donde se realizaban los sacrificios, eran ofrecidos por los fieles a Dios para alabarlo y recibir el don de la vida eterna a través de su Hijo hecho hombre, muerto y resucitado.

La muestra, que ya se instaló el pasado año 2019 en el Castillo Ursino de Catania, se propone ahora con nuevas configuraciones, itinerarios y obras de arte en los pasillos de la planta principal del Palacio Arzobispal de Palermo, sede del Museo Diocesano, donde podrá visitarse hasta el 10 de octubre de 2020.

Concretamente son once las salas del Museo Diocesano de Palermo las que reúnen una selección de suntuosos frontales arquitectónicos barrocos en plata, sedas y corales, divididos por temas. Entre los ejemplares más sugerentes se encuentran algunos completamente labrados en plata y otros de madera forrados de un soporte textil bordado en el que los principales materiales utilizados son los hilos de oro y plata y los hilos de seda policromados, pero también las perlas, las gemas y los mencionados corales, que en la tradición cristiana son amuletos cuya función es proteger de las fuerzas del mal.

Los creadores y comisarios de la muestra, Rosalba Panvini y Salvatore Rizzo, han transfigurado las salas del museo cubriéndolas completamente de negro para permitir que los frontales, acompañados de sus paneles explicativos, brillen con protagonismo en unas vitrinas que, además, están adecuadamente iluminadas; de forma que el público perciba su definición más minuciosa al máximo, limitando al máximo los reflejos.

Las 25 piezas que conforman Architetture barocche in argento e corallo (Arquitectura barroca en plata y coral) se hallan catalogadas en los siglos XVII y XVIII y pertenecen a obradores sicilianos de orfebrería y bordados, muchos de ellos ubicados en las localidades de Trapani y Messina. De cara a su ejecución, además de los mencionados materiales, también se empleó lino para los paños y mármol y oro para adornos y estructuras.

En numerosos casos las obras suponían un trabajo colectivo de diseñadores, bordadores, costureras, plateros, ebanistas y tallistas, celebrando así la fecundidad de diversas habilidades y técnicas puestas al servicio de la realización de un proyecto compartido a la mayor gloria de Dios. En los frontales de plata, el metal precioso se utiliza en forma de lámina siguiendo la técnica del estampado y el cincelado.

Los diversos temas representados dentro de los escenarios arquitectónicos de los "paliotti" -la Piedad, el Cordero Místico, la Trinidad, jarrones con flores, fuentes y un largo etcétera- no son simples reproducciones de elementos decorativos propios del arte barroco, sino un léxico iconográfico, de profundo contenido bíblico y teológico, en torno a la Eucaristía que los cristianos rememoran en torno a estos frontales de altar, concebidos a veces también como edículos con reliquias contenidas en ellos, y siempre como epicentro del teatro sagrado que constituye la celebración litúrgica de la Pascua del Señor y la gracia desbordante de los sacramentos.

Tras el gran éxito en Catania de Architetture barocche in argento e corallo (Arquitectura barroca en plata y coral) se eligió al Museo Diocesano de Palermo por sus grandes dimensiones. Las obras, en gran parte restauradas al efecto, pertenecen tanto a iglesias sicilianas como al Ministerio del Interior, si bien dos de los frontales bordados que representan a Santa Rosalía pertenecen al propio museo palermitano.