ISABEL LA CATÓLICA

19/01/2008


 

 

Reina de Castilla, Isabel la Católica (1451-1504) nació en el municipio abulense de Madrigal de las Altas Torres. Hermana de Enrique IV, a quien sucedió pese a los derechos de Juana la Beltraneja -su sobrina, hija de Enrique-, se casó con Fernando de Aragón, compartiendo el poder con el monarca. Estuvo presente en la conquista de Granada a los árabes; en el descubrimiento de América, colaborando con su ayuda al almirante Cristóbal Colón, y en los triunfos de Italia, a través de su aliento al Gran Capitán.

 

 

Durante siglos, muchos historiadores han calificado a Isabel la Católica como una mujer generosa, escrupulosa y discreta, modelo de política, sensibilidad y virtudes, que echó los cimientos de la grandeza de España y contribuyó decisivamente a la organización de la estructura hispánica. Frente a ello, modernas teorías han irrumpido con fuerza para apoyar a las voces discrepantes que siempre la han considerado una soberana fanática, mezquina y calculadora, además de culpable de varias de las más vergonzantes lacras históricas que ha sufrido el país, caso de la expulsión de los judíos o la fundación de una Inquisición para preservar la moral cristiana que incluso llegó a tener problemas, por su carácter ultraconservador, con la propia Iglesia. En cualquier caso, no cabe duda que estamos ante uno de los personajes históricos sobre los que más se ha escrito y comentado.

 

 

La pieza que ilustra este escrito es una estatuilla recientemente realizada por José Ángel Ponce, escultor onubense afincado en Sevilla. Muestra a la reina en actitud orante, arrodillada y con un libro de rezos sobre su mano derecha. El autor reproduce con fidelidad los regios ropajes de la época e incluso los supuestos rasgos faciales de Isabel la Católica, ya que se habla de ella como una mujer de cabellos rubios, tez blanca y semblante poco agraciado. 

 

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