Hasta el momento son tres las esculturas del pintor y escultor granadino José Risueño que versan sobre la figura del Niño Jesús dormido: dos en colección privada y otra conservada en el Museo de Bellas Artes de Córdoba. Como iconografía y tipología escultórica son una novedad recientemente incorporada al corpus del autor. Concretamente, fueron dadas a conocer en 2018 con motivo del simposium titulado "José Risueño y su época (1665-1732)". Poseen además el interés de ser todas terracotas, tratándose de un género artístico que en Risueño despunta por la alta calidad a pesar del reducido número de obras existentes.

De una única figura, estas dos piezas se diferencian por sus tamaños y la caracterización morfológica hecha de Jesús, aunque el esquema compositivo es similar. Dispuesto sobre un gran paño, de pliegues ampulosos, dormita serenamente Jesús. Apoya su cabeza en un almohadón que se acomoda recogiendo su peso. Una de sus manos reposa en el pecho adoptando una delicada y tierna pose. Las figuras reflejan los tópicos artísticos de gusto natural a los que es afín Risueño en sus creaciones infantiles: fisicidad mórbida con hoyuelos en barbilla, ombligo y dedos, rostro redondeado con mofletes y papada, boca con delgados labios entreabiertos, ojos rasgados y cabello de espesa melena con gruesos ondeados.

Como es propio en la representación del Niño Jesús dormido, se revela un significado simbólico en torno a la predestinación de Jesús a su pasión y muerte. Con una economía de medios narrativos, José Risueño prescinde de la cruz y la calavera -dos atributos habituales para explicitar dicho contenido- y opta por el color rojo de la tela para aludir a la sangre que será derramada para redimir al género humano. Sin embargo, el artista apela más intencionadamente a la emoción y al goce sensible que produce la contemplación del cuerpo del Niño Jesús ante su inocencia y apostura amable y tierna. El uso contrarreformista de la imagen anatómica como estímulo de la devoción del creyente es ofrecida con matices mundanos.

Los tres trabajos son valorables como repeticiones -descartándose el uso de moldes- que modifican la apreciación de Risueño como artista que trabajando un mismo tema no realiza iguales composiciones. Refuerza esta consideración otro de sus temas de terracotas: "San José con el Niño". A la conocida pieza del Museo Victoria and Albert de Londres se suma otra de reciente aparición en el comercio de arte internacional.

Los asuntos relacionados con la infancia de Jesús gozaron de una especial predilección en el orbe cristiano durante los siglos del Barroco, llegando a alcanzar las más diversas iconografías (ver enlace), eclosionando definitivamente aquella en que Jesús Niño es representado con diferentes atributos que simbolizarán su futura existencia terrena y muerte en pro de la redención de la humanidad.

En el campo de la imaginería andaluza, la escultura en terracota (barro cocido y policromado) llegó a alcanzar una gran relevancia especialmente en Granada a partir del magisterio de Alonso Cano, que solía utilizar este material para hacer sus bocetos, y la especial dedicación a la misma que tuvieron diferentes imagineros, desde los hermanos Miguel Jerónimo y Jerónimo Francisco García hasta José Risueño. 

FUENTES

Con información del Museo de Bellas Artes de Córdoba.

GÓMEZ JIMÉNEZ, José Javier. "Catálogo", en Inéditos del barroco granadino. Pintura y escultura de colecciones particulares (catálogo de la exposición), CajaGranada Fundación, 2021, pp. 64-66.