SAN BRUNO. JOSÉ DE MORA

José Policarpo Cruz Cabrera (06/09/2021)


 

 

La obra, atribuida sin dudar a José de Mora (Baza, Granada, 1642 - Granada, 1724), forma parte de este núcleo central del Barroco granadino. Se trata de una efigie de San Bruno realizada en alabastro, de 38,5 cm de alto sobre peana de 22 cm, guardada durante décadas en uno de los armarios de la sacristía de la Cartuja de Granada, hasta su reciente puesta en valor en el Capítulo de Legos, a partir de 2018.

Se representa al santo de pie, en contemplación extática de un perdido crucifijo en su mano izquierda, apoyando la diestra sobre el pecho. Lleva a sus pies una mitra, por la renuncia al arzobispado de Reggio Calabria hacia 1090. Amén de los motivos geométricos en negro de la peana, adornada en sus frentes con veneras y tallos carnosos de gusto canesco, presenta fina policromía en el charoleado de los zapatos, el fileteado del hábito, los arabescos de la mitra, el resalte de la lengua, el tratamiento de los ojos y la tonsura monacal.

Varios estilemas conducen inequívocamente este San Bruno a José de Mora. Así, la acusada inclinación de la cabeza hacia un lado -como en su San Pantaleón de la iglesia granadina de Santa Ana- en línea con la suave ondulación de los paños resaltados en sus perfiles con corlas, el tratamiento hiperrealista de las venas, el tipo craneal estilizado y los rasgos faciales: mentón prominente, nariz larga y recta, pómulos resaltados, boca entreabierta, ojos rehundidos de expresión lacrimosa con cejas enarcadas y orejas separadas.

Se trata de una imagen de oratorio, para una observación íntima y cercana. Su pequeño tamaño entronca con la herencia de Alonso Cano, en cuanto comulga con un tipo escultórico afín al alto concepto artístico de la imagen cortesana, propio de un escultor regio. López-Guadalupe apunta la idea de que el joven José de Mora aprendiera a labrar en mármol en el viejo taller de Alonso de Mena, bajo la tutela de su padre, el también escultor Bernardo de Mora, y con la cercanía intelectual de Alonso Cano.

Un inventario fechado en 1844 menciona varias tallas de San Bruno en la Cartuja de Granada: una de tamaño natural ubicada en el Sancta Sanctorum, otra "de tres cuartas de alto" en el tabernáculo de la capilla mayor (hoy en la sacristía) -ambas obra de José de Mora-, y una "estatua de San Bruno pequeña" en la antesala de la casa prioral, que sería la aquí comentada. Dicha vivienda fue derribada en 1943, pero la efigie de alabastro ya figuraba en el altar mayor de la sacristía en una serie de quince postales publicadas por Lucien Roisin Besnard hacia 1920, en una de las cuales se reproduce de manera singular y aislada.

Sorprende, por tanto, el silencio historiográfico sobre la pieza. Tal omisión pudiera tener una clara intencionalidad: Gallego y Burín relacionó las dos primeras imágenes de San Bruno con José de Mora a partir de una cita de Palomino: "una del tamaño del natural, que está en la capilla del Sagrario de dicha casa, y la otra de vara y media de alto en la Sala del Capítulo; todas cosa superior". Dado que por entonces la segunda efigie se atribuía erróneamente a Alonso Cano, para afianzar su identificación con la cita de Palomino, Gallego pudo omitir comentarios sobre una tercera pieza -la de alabastro- que habría complicado en exceso su discurso.

Sea como fuere, la comparación de las tres esculturas de San Bruno en la Cartuja no admite dudas sobre la autoría de José de Mora. La más antigua ha de ser la pequeña talla en madera policromada hoy en la sacristía, que con 82 cm en rigor mide un tercio menos de la "vara y media" anotada por Palomino, y muestra al santo en contemplación extática, con el rostro elevado y las manos cruzadas sobre el pecho. López-Guadalupe la fecha antes de 1697 y apunta que la diferencia de altura sería por una peana hoy perdida.

Le sigue la pequeña escultura en alabastro que nos ocupa, con rasgos propios de las obras de Mora a caballo entre el XVII y el XVIII, y como variante iconográfica de la anterior. Ya hemos dicho que se venera en el Capítulo de Legos del Monasterio de la Cartuja de Granada.

La última, alambicada y decadente, refleja el aislamiento progresivo del artista tras la muerte de su esposa Luisa de Mena en 1704. Dicha escultura de San Bruno se terminó en 1709, como visión personal del tipo consagrado por Manuel Pereira en 1652, hoy en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.

 

 

FUENTES

CRUZ CABRERA, José Policarpo. "Un San Bruno inédito de alabastro atribuido a José de Mora, en la Cartuja de Granada", en Boletín de Arte, nº 41, Universidad de Málaga, 2020, pp. 269-271.

 

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