SAN JUAN EVANGELISTA POR ANTONIO MARÍA ESQUIVEL

27/12/2022


 

 

El pintor sevillano Antonio María Esquivel (Sevilla, 1806 - Madrid, 1857), considerado uno de los nombres fundamentales del romanticismo español, desarrolló la mayor parte de su carrera en Madrid. Fue un excelente retratista y autor de cuadros de composición y se le puede considerar como el pintor religioso más relevante de su tiempo, no solo por el gran número de obras que, a lo largo de su trayectoria, dedicó a este género, sino muy especialmente por las numerosas aportaciones y novedades que aquellas supusieron dentro del panorama artístico nacional y por la especial trascendencia que muchas alcanzaron.

Entre sus encargos religiosos de envergadura tenemos la "Magdalena penitente" (1833) de la Catedral de Badajoz, la "Transfiguración" (1837) del Salvador de Santa Cruz de La Palma, sus apóstoles para el coro de la Catedral de Sevilla (1837), el desaparecido lienzo de "Santa Teresa y Santa Isabel" (hacia 1850) para la iglesia homónima de Madrid, la "Santa Teresa" (1856) con destino a Chile o el "Cristo de Quitapesares" (1857) del Museo de Bellas Artes de Sevilla, considerada su última obra.

Conviene señalar que, desde su llegada a Madrid en 1831, y hasta 1837, Esquivel se dedicó al género religioso únicamente cuando medió algún encargo. Es posible que el éxito conseguido con la "Transfiguración" en ese año le animase a llevar con más frecuencia asuntos de este género al gran formato, a pesar de que su salida comercial era siempre menos fácil que el retrato y que otros temas propiamente históricos.

Junto a las anteriores obras de gran empeño destinadas al culto, Antonio María Esquivel realizó otras de menor tamaño como el San Juan Evangelista que nos ocupa, todas dirigidas a la devoción privada, que suelen representar figuras de santos. Suponen un grupo bastante homogéneo, pues el formato y las medidas (la mayoría de ellas miden 125 x 93 cm) se repiten sin apenas cambios durante más de dos décadas: el santo se presenta de frente, de medio cuerpo, porta sus atributos en las manos y emerge de un fondo neutro donde dominan las entonaciones doradas, que se aclaran en la zona central para resaltar así el rostro de la figura.

De ninguna de dichas obras domésticas consta el encargo, pero casi todas están documentadas desde antiguo en colecciones particulares, por lo que si además tenemos en cuenta lo pródigo que llegó a ser el pincel de Esquivel con este formato cabe pensar que se especializó en el mismo debido a que gozaron de fácil salida entre la burguesía, al cabo su clientela principal.

Este San Juan Evangelista en concreto mide 125,5 x 94,5 cm, por lo que se ajusta a las proporciones citadas. Se halla firmado en la esquina inferior izquierda por Esquivel, que representa al santo joven y apuesto, redactando los textos sagrados y con el águila a su lado, el animal que lo simboliza por la gran altura que alcanzaron sus escritos. También se da la circunstancia de su pertenencia privada, ya que cuando fue subastado el pasado año 2021 por la casa Sotheby's se hizo constar que el lienzo, pintado al óleo, fue adquirido por un antepasado del actual propietario a fines del siglo XIX, y desde allí por descendencia.

La pintura es muy representativa del estilo de este artista, fundado en buena medida en la pintura barroca andaluza (sobre todo en el purismo murillesco), de la que se consideraba su principal valedor, en oposición a otras tendencias que favorecían el dibujo frente al colorido. Asimismo, Esquivel muestra una formación académica atenta al estudio de la escultura antigua y la precisión anatómica.

 

FUENTES

MARTÍNEZ PLAZA, Pedro. "Nuevas lecturas sobre la pintura religiosa de Antonio María Esquivel (1806-1857), sus fuentes y su fortuna crítica", en De Arte, nº 19, Ediciones de la Universidad de León, 2020, pp. 129-134.

https://www.lahornacina.com/noticiasprado11.htm

 

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