A la izquierda, pueden ver una antigua fotografía de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de Cádiz, desfilando frente a la fachada de la Iglesia de Santo Domingo, en la festividad del Corpus Christi.

Todo indica que se trata de la segunda imagen de la Señora, posterior a la mítica Vulnerata y anterior a la obra de los Talleres Granda que precedió al actual simulacro del imaginero sevillano José Manuel Rodríguez Fernández-Andes. Se trataba de una talla anónima de vestir, fechable en los últimos años del Quinientos, que pereció en los disturbios de 1931.

En la imagen de la derecha podemos observar una fotografía de la célebre Custodia del Millón, una de las más sobresalientes piezas de orfebrería del siglo XVIII que se conservan en nuestro país. Fue labrada en 1721 por el platero madrileño Pedro Vicente Gómez de Ceballos, empleando plata dorada, perlas y piedras preciosas. La pieza fue donada a la Catedral de Cádiz, en cuyo tesoro se guarda, por Miguel Calderón de la Barca. 

De forma parecida al Crucificado del Millón de la Catedral de Sevilla, cuyo nombre deriva del millón de gracias o indulgencias que conllevaba su culto, el apodo de la custodia tiene su origen en el millón de agradecimientos que el donante transmitió a Dios por haberlo salvado de una peligrosa travesía y que se materializaron en el regalo al templo gaditano de tan valiosa filigrana.

Otras versiones, sin embargo, afirman que el título de la Custodia de Millón proviene del gran número de brillantes, esmeraldas y rubíes que se hallan engarzadas en el ostensorio.