UNA OBRA CORDOBESA DE ALEJO FERNÁNDEZ EN UNA COLECCIÓN PRIVADA DE FLORENCIA

03/07/2023


 

 

En el último número de la revista Philostrato, editada por el Instituto Moll (Madrid), el historiador Alberto Velasco González da a conocer El entierro de San Jerónimo, una obra inédita del pintor Alejo Fernández, activo en Córdoba y Sevilla entre 1497 y 1545. Óleo pintado sobre tabla de roble (140,5 x 91 cm) que formó parte del retablo mayor del monasterio de San Jerónimo de Valparaíso (Córdoba), un conjunto pictórico dedicado al santo que incluía también episodios cristológicos. Alejo Fernández lo realizó entre 1503 y 1508 para el presbiterio del templo monacal por encargo de Diego Fernández de Córdoba y Arellano, alcaide de los Donceles, señor de Lucena, Chillón y Espejo y Marqués de Comares; y de su esposa Juana Pacheco.

Con esta atribución, dicha tabla pasa a ser la más antigua conocida del catálogo de Alejo Fernández a día de hoy, puesto que no hay datos para fechar con absoluta fiabilidad el resto de trabajos de la etapa cordobesa. Según Velasco González, lo mismo debería afirmarse para otras dos tablas: "Beso de Judas" (Colección Fogg, Londres) y "Jesús camino del Calvario" (Colección Eguiguren, Buenos Aires), que el historiador propone que también podrían proceder, aunque no con idéntica certeza, del mismo retablo de Valparaíso.

Dicho retablo mayor debió desmontarse a raíz de la desamortización de 1835 y el consiguiente abandono del monasterio, que comportó la dispersión de su patrimonio. Aprovechando el descontrol y trasiego de obras de arte causado por la desamortización en los monasterios, Luis Felipe de Orleans, rey de Francia, envió a la península ibérica en 1835 a varios expertos en misión secreta para que adquiriesen pinturas representativas de las diferentes escuelas pictóricas españolas. Ello dio lugar a la inauguración de una galería de pintura española en el Louvre, en 1838, donde se reunieron piezas del Greco, Velázquez, Murillo, Ribera, Zurbarán, Cano o Goya, así como El entierro de San Jerónimo atribuido a Alejo Fernández que nos ocupa.

La galería española de Luis Felipe se desmanteló en 1848 después que el monarca abdicase como consecuencia de la revolución que instauró en Francia la Segunda República. El rey destronado se exilió en Inglaterra y se llevó con él la fastuosa colección de pintura española, que conservó hasta su muerte en 1850 en su residencia de Claremont House (Surrey). Tres años después, la colección era vendida por sus hijos en Christie & Manson (Londres), y sus pinturas fueron adquiridas por diversos coleccionistas ingleses. El Entierro de San Jerónimo fue vendido el primer día de la subasta, el 6 de mayo de 1853, y fue adjudicado a un tal Hermann por un precio de nueve libras. La obra estaba por entonces atribuida a Pedro de Córdoba.

Finalmente, El Entierro de San Jerónimo fue adquirido en Londres en la década de 1970 por el anticuario italiano Vittorio Frascione (Florencia), que la conservó siempre en su colección particular. Actualmente, es propiedad de su hijo, Enrico Frascione.

El pintor Alejo Fernández, que Velasco González considera originario de la región alemana del Rin, es una de las figuras clave de la pintura quinientista en Andalucía, como así han puesto de relieve diferentes estudios que han ubicado perfectamente su figura en el contexto de la irrupción de las formas artísticas "a la romana" en el entorno castellano. Su amplia trayectoria profesional comprende un largo lapso de tiempo que abarca desde los últimos coletazos del tardogótico hasta la plena consolidación de las formas filoitalianas.

 

 

 

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