VIRGEN DEL CARMEN. PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DIOCESANO DE CIUDAD REAL

Ana María Fernández Rivero (04/07/2019)


 

 

La Virgen del Carmen es una de las advocaciones marianas más antiguas de la que se tiene conocimiento. Su historia comienza en los relatos bíblicos, en el libro de Reyes, en época del profeta Elías, quien acudía al monte Carmelo. Las excavaciones han demostrado que ya desde el siglo III d.C. griegos cristianos se establecieron como eremitas en el área del Monte Carmelo (en Israel), nombre que deriva de la palabra Karmel o Al-Karem que significa "jardín". En el siglo XII construyeron una pequeña iglesia y la dedicaron a la Virgen María, tomando el nombre de Hermanos de Santa María del Monte Carmelo.

Los carmelitas abandonan el lugar de origen hacia 1235 a causa de las incursiones y persecuciones de los sarracenos, y vuelven a su patria llevando con ellos la devoción carmelita y fundando nuevos conventos. Su regla, basada en la vida contemplativa, meditación de la sagrada escritura y trabajo, fue aprobada por Inocencio IV en 1247 con el privilegio de ser incluidos entre las órdenes mendicantes como los franciscanos y los dominicos.

En el siglo XV y XVI la orden carmelita fue reformada en España por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Se tienen así dos órdenes del Carmelo: la Orden de los Carmelitas, llamados también de la Antigua Observancia o Calzados, y la Orden de los Carmelitas Descalzos o Teresianos, que consideran a Santa Teresa de Jesús como su reformadora y fundadora.

El día de la Virgen del Carmen conmemora la aparición de la Virgen a San Simón Stock, quien había rogado para que le ofreciera un don especial. Le fueron entregados los escapularios que usaría su orden en adelante. Según es tradición la Virgen prometió liberar del purgatorio a llevar al cielo a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a su muerte. Desde entonces la devoción se extendió entre los fieles. Su fiesta fue decretada universal en toda la Iglesia por Benedicto XIII en 1726.

La talla se localiza en la Sala II del museo Diocesano, es de gran calidad y repite el modelo iconográfico característico: la Madre joven de serena belleza con el Niño en brazos, de tierna mirada. La escultura en bulto redondo es de madera dorada y policromada (108 x 66 cm), anónima del siglo XVIII. Pertenece a la parroquia de la Virgen de Gracia de Puertollano (Ciudad Real).

La bella imagen mariana representa a la Virgen del Carmen sobre una peana octogonal, de pie, sosteniendo en su regazo al Niño Jesús con la mano izquierda (punto de vista de la figura), mientras que con la derecha muestra el escapulario (hoy perdido). Es de gran plasticidad, provocada por el contraposto de su cuerpo y por la riqueza de los pliegues del manto que viste. Lleva corona adornada con una pequeña cruz. Se pinta en dorado, con decoración de piedras, granates y verdes. Viste un rico manto, abrochado sobre el pecho, de tonos verdes azulados, estampado con decoración vegetal y dorada. La figura del Niño, contemplado con cariño por su Madre, se representa desnudo, sentado sobre el costado izquierdo de la Virgen, inclinándose hacia la derecha. Coronado, de cabeza alargada y cuerpo rollizo. Extiende el brazo derecho, señalando el pecho de María. El brazo izquierdo queda flexionado por el codo, sujetando con la mano algún objeto hoy desaparecido.

La iconografía de la Virgen del Carmen se remonta al siglo XIII, proveniente del templo del Monte Carmelo, y hasta nuestros días ha evolucionado en las formas que hoy conocemos, estando siempre presente la maternidad virginal que acoge al Niño Jesús en su regazo. La obra estudiada se identifica claramente con esta iconografía al llevar como atributo en la mano derecha el escapulario entregado a San Simón Stock, hoy perdido, y estar cubierta por un manto que simboliza la protección de María a la orden.

La palabra escapulario viene del latín "scapulae", que significa "hombros". Al ser un sacramental, dispone al amor a Dios y a la verdadera contrición del pecado si se recibe con devoción. En su origen era un delantal que caía precisamente de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo, simbolizando ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo, llevamos sobre nuestros hombros. Además de simbolizar la protección de la Madre de Dios a sus devotos y ser un signo de su consagración a María.

La Virgen del Carmen es una de las devociones más aclamadas por el fervor católico. Ha sido nombrada patrona de muchas ciudades a nivel mundial, sobre todo en Europa. Estas localidades celebran fervientemente unas festividades en su nombre los 16 de Julio de cada año. La Virgen del Carmelo es abogada del purgatorio y patrona de las gentes del mar. España es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación: los pescadores la han nombrado su fiel protectora (es conocida como "Estrella de los mares" o "Stella Maris") y, además, la Marina Española le ha concedido el título de patrona. Por esta razón, la Virgen del Carmen también es considerada reina y patrona en países de América del Sur.

La Virgen del Carmen ha sido fuente de inspiración para los artistas de todos los tiempos, comenzando por Masaccio en el Trecento italiano hasta Francisco de Goya, pasando por Diego Velázquez, Bartolomé Esteban Murillo, Gregorio Fernández, Luisa Roldán o Tiépolo en Venecia. Ninguna advocación mariana en la Iglesia presenta tantas facetas inspiradores para el arte como la de Nuestra Señora del Carmen.

 

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