LOS RAMOS DE FRUTAS EN LAS FIESTAS DE LA PALMA

Texto y fotografías de José Guillermo Rodríguez Escudero (29/06/2008)


 

El pintoresquismo de las fiestas de los pueblos todavía se conserva en algunos lugares mientras que, en otros, persisten tan sólo reductos de aquel ambiente festivo. Los ramos o racimos de frutas asociados a las fiestas patronales son muy antiguos y se confeccionaban en casi todos los municipios de La Palma. Los pórticos de las iglesias y ermitas -por ejemplo- se adornaban con cintas de seda y piñatas de frutos variados. Un enrame festivo antes generalizado pero sólo conservado en la actualidad en Breña Alta y en Las Lomadas (San Andrés y Sauces). En ambos casos se trata de unas ofrendas artesanas, naturales, populares y coloristas para honrar a San Pedro Papa en su onomástica del 29 de junio.

Al igual que en todos los lugares de la capital palmera por donde pasaban las solemnes y multitudinarias procesiones de la milagrosa imagen de la Virgen de Las Nieves, se presentaban las fachadas, ventanas, balcones y plazas con profusión de adornos y colgaduras.

La tradición de los ramos de frutas en las fiestas de La Palma se pierde en el tiempo. Como dijimos, dos de los bellos ejemplos que aún se conservan en nuestros días están relacionados con las fiestas patronales del Barrio de Las Lomadas (San Andrés y Sauces) y en las del casco de Breña Alta.

Hasta hace unos años, estos ramos de San Pedro se subastaban para recaudar fondos y con ellos hacer frente a los numerosos gastos de las fiestas y a beneficio de la ermita, etcétera. El momento de la subasta era muy esperado por los solteros de Las Lomadas y de los barrios colindantes puesto que, ya conocedores del ramo hecho por su "amor secreto", pujaban dejándose los ahorrillos en el intento. Hernández Pérez también nos decía que mientras esto pasaba, "ellas en corro, iban interpretando estos mensajes de amor. Más de un noviazgo se hizo de esta bella manera en Las Lomadas"

Los ramos se confeccionan de frutos carnosos diferentes, formando simétricas franjas, paralelas y circundantes, combinando frutas, tamaños y colores, rematados los extremos con gajos de uvas. Se emplean las frutas de temporada, que siempre suelen ser ciruelas, naranjas, peras, uvas, albaricoques, guindas salvajes, etcétera. Se suele concluir el laborioso acabado con claveles blancos o rojos para darle más vistosidad al conjunto. Hernández Pérez nos aclara que "en su conjunto semejan una lámpara barroca o rococó".

 

 

En varios puntos de las vecinas islas de Tenerife y La Gomera también se confeccionan las piñas de frutas para honrar a sus santos patrones. Algunas forman distintas figuras, siendo muy conocidas las de los "Corazones de Tejina" (La Laguna), pero hay más variedades, como en los barrios altos de Icod de Los Vinos. El Cabildo de La Gomera cuenta con una de las obras más significativas de José de Aguiar que compendia toda su teoría folklorista: la Romería de San Juan (1924). Como todos los festejos del solsticio, gira en torno a la alegría por la cosecha, en este caso, de frutos que, puestos en pértigas y al son del tambor y las chácaras son regalados a cambio de un aguinaldo.

Así mismo, encontramos cómo una pintura costumbrista de 1843 de la isla portuguesa de Madeira mostraba un gran racimo de frutos en forma de peonza, similar a la de Breña Alta, pero en este caso, sujeta con una anilla a una vara que era transportada a hombros por dos lugareños. 

 

 

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