LA GADITANA IMAGEN DE SAN PASCUAL BAYLÓN
(CURIOSIDADES DE LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE CÁDIZ)

Juan Zamanillo Tornay (22/05/2021)


 

 
 
Foto: Carles Salafranca (posterior a su restauración)

 

Es por todos conocido el enorme tesoro patrimonial que constituye el templo de Nuestra Señora del Carmen para la ciudad de Cádiz. Además de la riqueza de sus retablos y su grandiosa arquitectura, a lo largo de su dilatada existencia ha sido depositario de innumerables joyas a modo de imágenes y demás enseres destinados al culto divino, que cubrían ampliamente los distintos ciclos litúrgicos que nos marca la iglesia, hoy perdidos casi en su totalidad, lamentablemente, por razones de distinta índole.

Dada la profunda devoción que en la ciudad de Cádiz tiene la Reina del Carmelo, su santuario, en épocas anteriores, ha sido receptor de lo más granado de la sociedad gaditana. En consecuencia, estos ilustres apellidos gaditanos se tornaron en sus más notables bienhechores, dotándolo de una dignísima ornamentación para sus celebraciones litúrgicas, viviendo su fe como miembros de las comunidades cristianas del templo a las que pertenecían: la V.O.T. del Carmen, las archicofradías del Niño Jesús de Praga y de la Virgen del Carmen, y demás asociaciones piadosas radicadas en el Carmelo gaditano.

En los templos de gran arraigo devocional, gran parte de sus objetos conllevan una interesante y desconocida historia que ayuda a esclarecer tanto su razón de ser como su origen, sobre todo a los que, con el devenir del tiempo, acaban ubicados lejos de su lugar de procedencia. Por ello, es interesante dar a conocer diversos acontecimientos que giraron en torno a la imagen de pequeña factura de San Pascual Baylón, también conocido como San Pascual Bailón, venerado en la iglesia conventual del Carmen de Cádiz hasta su traslado al museo del Santo Ángel que poseen los carmelitas descalzos de la ciudad de Sevilla.

El dato más antiguo acerca de esta efigie lo obtenemos del inventario realizado por la comisión general de la desamortización y supresión de los conventos, con fecha de 10 de septiembre de 1835, y dice lo siguiente:

 

"Otro altar con retablo dorado cuyo nicho principal contiene una imagen de cera del Sr. de la Salud con potencias de hoja de lata. Un nicho en la parte anterior con una efigie pintada y otra en la posterior con la de S. Pascual Bailón de escultúra pequeña".

 

Este retablo se encuentra a los pies de la nave derecha o evangelio, actualmente presidido por una imagen de San Rafael Arcángel en sustitución del Señor de la Salud, una obra modelada en cera que pereció en los disturbios del año 1936 con motivo de la Guerra Civil. El simulacro de San Pascual Baylón, santo franciscano, ocupaba la hornacina baja que descansa sobre el banco del retablo, conteniendo en la actualidad una talla sedente de reducidas proporciones de Santa Ana.

 

 
 
Foto: Archivo Juan Zamanillo Tornay

 

La imagen de San Pascual Baylón fue objeto de un robo según informó el rotativo "Diario de Cádiz" (imagen superior). Por hallarse la fecha ilegible no se puede esclarecer el año del siniestro, aunque todo indica que sucedió en la primera década del siglo XX. Esta noticia, titulada "Robo sacrílego", recoge la denuncia interpuesta por el prior del convento del hurto de diversos objetos, entre ellos la efigie que nos ocupa.

Por suerte, fue localizada en un comercio de la calle Rosario en pleno centro urbano de Cádiz, adquiriéndola su propietario por "40 Ptas., a un individuo de buena estatura, delgado, vestido de negro, y con gorra". Una vez recuperada, fue depositada en la "procura" del convento, permaneciendo oculto hasta los primeros años del siglo XXI, cuando fue colocada en la hornacina baja del retablo de San José hasta su traslado a Sevilla.

 

 
 
Foto: Archivo Juan Zamanillo Tornay

 

Durante el largo periodo de tiempo que esta talla estuvo recluida en la mencionada dependencia conventual no sufrió importante deterioro, salvo la lógica acumulación de suciedad. Por contra, se produjo la deliberada amputación de uno de los ángeles asentados en la nube que la sustenta (imagen superior), concretamente el portador del ostensorio o custodia tan característico en su iconografía, simbolizando el amor que San Pascual Baylón profesaba a Jesús Sacramentado. La razón de esta enajenación fue ubicar este ángel eucarístico en la puerta de un sagrario de madera de caoba en su color para el oratorio privado de la comunidad de religiosos.

Afortunadamente, esta pieza ha sido reintegrada al conjunto escultórico que pertenece; una obra que ha sido recientemente atribuida al círculo del escultor Ignacio Vergara por el historiador del arte Juan Dobado -también prior del convento carmelita sevillano del Santo Ángel, donde actualmente se encuentra- y magistralmente intervenida por el restaurador Carles Salafranca con el fin de devolverle su esplendor primitivo.

 

 
 
Foto: Carles Salafranca (anterior a su restauración)

 

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FUENTES

Archivo Provincial de Cádiz

Diario de Cádiz

 

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