Nuevamente de actualidad por su faceta de pintor al haberse encargado del cartel de la Semana Santa de Cádiz del presente año, el artista gaditano Luis González Rey, más conocido como escultor-imaginero, es también ahora noticia por haber remodelado su primera obra, la Virgen de los Dolores, una representación de la Mater Dolorosa realizada en 1987, un año antes de su intervención en la titular de la hermandad gaditana de la Expiración, la Virgen de la Victoria, que a veces se confunde con su primer trabajo.

Inicialmente la Virgen de los Dolores fue concebida por González Rey para ser vestida, siendo durante casi treinta y cinco años la clásica dolorosa andaluza de vestir, con las partes visibles del busto y las manos labradas en barro cocido (terracota), montadas en un candelero o armazón interno de madera con listones y base ovalada que funciona como estructura de la obra y queda oculto al espectador.

Ahora, la primera creación escultórica del renombrado autor, de pequeño formato y propiedad particular, conservada en la ciudad de Cádiz, ha sido transformada, gracias a la utilización de las telas encoladas, en un busto modelado hasta la altura de las caderas, cuya altura alcanza los 42 centímetros.

Las partes originales en terracota, ajustadas, dentro de la tradicional idealización, en una configuración realista de la Madre de Cristo, conservan su policromía original, habiendo pintado González Rey los lienzos que se han añadido en tonos inmaculistas (azul, rojo, blanco y marfil).

Este conjunto primerizo de la Virgen de los Dolores perteneciente a la devoción privada se completa con la presencia de dos atributos cincelados en orfebrería, una diadema como símbolo de su divina realeza y una daga en el corazón como símbolo del profundo dolor que sufre durante la Pasión de su Hijo.

Aunque haya podido causar extrañeza la elección de un escultor e imaginero tan reconocido como Luis González Rey y no de un pintor como cartelista de la Semana Santa de Cádiz 2021, por mucho que hablemos de su ciudad natal, lo cierto es que no es la primera obra pictórica de González Rey, quien además comenzó en la escuela de arte estudiando dibujo publicitario. El protagonista del cartel es el titular de la Hermandad del Prendimiento de Cádiz, una obra tallada en 1978 por Alfonso Berraquero, maestro de modelado de González Rey, con quien nuestro artista aprendió sus primeras nociones de imaginería, aunque luego desarrolló un estilo muy distinto al suyo.

Dicho cartel se halla cargado de simbolismos y detalles. Como ha explicado su autor, representa el momento que vive el mundo por la pandemia, con la ciudad de Cádiz rodeada de espinos en alusión a la grave situación sanitaria, mientras los gaditanos y las gaditanas alzan sus manos en súplica a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento para que les libre de la enfermedad. A sus lados, los cofrades esperan una nueva salida procesional con el cirio apagado. Enmarcan el cartel la iglesia gaditana del Carmen, templo barroco desde el que la Hermandad del Prendimiento realiza su estación de penitencia, y las ramas de olivo del huerto de Getsemaní, entorno en el que se ambienta su misterio.