La revista anual Medievalia, editada por el Instituto de Estudios Medievales (IEM) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), acaba de publicar en su número 2020 las conferencias del simposio internacional The Saint Enshrined: European Tabernacle-altarpieces, c. 1150-1400 (El santo consagrado: retablos-tabernáculo europeos, hacia 1150-1440), que tuvo lugar en Valladolid los días 7 y 8 de junio del pasado año 2019.

Este congreso fue organizado por el proyecto de investigación "Retablos-tabernáculo de la Baja Edad Media en la Corona de Castilla: estudio, documentación y difusión", que cuenta con el apoyo de diferentes instancias de la Universidad de Valladolid (UVa) -Escuela de Doctorado, Instituto Universitario de Historia Simancas, Departamento de Historia del Arte y G.I.R. IDINTAR-, así como del Comité Español de Historia del Arte y de la Diócesis de Vitoria y la financiación del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y la contribución del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

El objetivo del proyecto, que se ha desarrollado durante el periodo 2018-2020, es llevar a cabo, en el ámbito de la antigua Corona de Castilla, el análisis exhaustivo de una tipología característica de retablo primitivo que consiste en un dispositivo destinado a enfatizar y a monumentalizar una imagen de culto colocada sobre un altar. Para ello cuenta con un baldaquino, en cuyo interior se aloja la imagen, y con alas abatibles que se pueden cerrar, ocultando y encapsulando la imagen, o abrir, mostrando la imagen acompañada por numerosas escenas que complementan su discurso devocional.

La mayor parte de estos retablos-tabernáculo fueron relegados cuando pasaron de moda. En la actualidad se conocen una treintena de ellos, de los cuales solo cinco se conservan mes o menos completos. Frágiles por sus propias características estructurales, se vieron desplazados a lo largo del siglo XV por retablos más modernos y ambiciosos, por lo que a menudo se desmantelaron, reaprovechándose sus paneles como mera tablazón. Por ello es por lo que en la actualidad subsisten muy pocos retablos-tabernáculo y por lo que muchos de ellos se encuentran en estado fragmentario, descontextualizados y marginados en iglesias y en museos.

Escandinavia es, junto con España, el territorio donde se han conservado más retablos-tabernáculo. El Museu Frederic Marès de Barcelona conserva el que es, sin duda, el mejor exponente de esta tipología, el retablo-tabernáculo de Castildelgado (Burgos), y también fragmentos otros dos, lo cual le confiere un papel destacado en el desarrollo del proyecto. En este sentido, el Museu Marès cedió las piezas por su estudio y observación.

En enero de 2019, Fernando Gutiérrez Baños (UVa), investigador principal del proyecto de investigación, y Francisco Marcial Morillo, del Laboratorio de Fotogrametría de la UVa, crearon un modelo 3D del mencionado tabernáculo procedente de la Ermita de Santa María la Real del Campo de Castildelgado. Así mismo, también se hicieron analíticas de muestras de policromías, radiografías de las piezas y una sesión de fotografías de los tabernáculos conservados en el Museo Marès.

En el último número de Medievalia (descarga a través del enlace de la publicación en inglés y castellano), Gutiérrez Baños se ocupa de los retablos-tabernáculo de la antigua Corona de Castilla, Justin Kroesen (Universitetsmuseet i Bergen) y Elisabeth Andersen (Norsk institutt for kulturminneforskning) de los de los países escandinavos, Stephan Kemperdick (Berlín, Gemäldegalerie) de los de los ejemplares procedentes de países de cultura germánica, Cristiana Pasqualetti (Università degli Studi dell'Aquila) de los de la península italiana, Alberto Velasco Gonzàlez (Universitat de Lleida) de los de la antigua Corona de Aragón, y Teresa Laguna Paúl, de la Universidad de Sevilla, analiza en profundidad el ejemplar extraordinario (por sus materiales y comitente) que es el retablo de la Virgen de los Reyes de la catedral de Sevilla.

Este último estudio sobre los tabernáculos medievales de la catedral de Sevilla resulta muy interesante ya que permite adentrarnos por vez primera en la realidad e historia material de dos obras prácticamente desconocidas hasta la fecha que solemnizaron el culto de la Virgen de la Sede en el altar mayor, así como el altar de la Virgen de la Antigua, que acaparó la mayor parte de las devociones sevillanas en la Baja Edad Media.