UN SAN JERÓNIMO ATRIBUIDO A JUAN BAUTISTA VÁZQUEZ EL VIEJO EN LLERENA

30/09/2019


 

 

En el templo parroquial de Nuestra Señora de la Granada del municipio extremeño de Llerena (Badajoz) se conserva esta pequeña escultura de San Jerónimo que fue atribuida por el historiador Carrasco García a Juan Bautista Vázquez el Viejo (Pelayos, Salamanca, 1510 - Llerena, Badajoz, 1588), uno de los escultores más interesantes del siglo XVI en España y el más italianizante de los escultores españoles de su generación.

Como apreció Margarita Estella se trata de una copia del San Jerónimo labrado en terracota policromada por Pietro Torrigiano para el monasterio sevillano de San Jerónimo de Buenavista, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que influyó asimismo en la que hizo de la misma advocación en 1566 Jerónimo Hernández, de modelado más rotundo, y en el posterior de Juan Martínez Montañés conservado también en dicho templo de Llerena (ver enlace), obra a la que pudo influenciar la de Vázquez el Viejo.

Aunque dicha historiadora considera que este San Jerónimo resulta blando de expresión y su anatomía no tiene ni la corrección del modelo, ni la inmediatez del gesto del que hizo Hernández, ni el elegante naturalismo del ejemplar montañesino, no por ello lo aleja de Vázquez el Viejo. De hecho, a Estella le recuerda a su magnífico Resucitado de Medina Sidonia y a su Adán en los colaterales del retablo mayor de la catedral sevillana.

 

 

 

Como en el encargo sobre el mismo tema que se le hizo Vázquez el Viejo para América, el pequeño San Jerónimo de Llerena sigue fielmente el modelo de Torrigiano -cuya importancia es enorme para la posterior escultura religiosa en Andalucía-, de forma que combina el realismo decidido del estilo español con el cuerpo ligeramente atenuado y el sutil contrapposto asociados al manierismo florentino. El rostro del santo de Llerena es más dramático y presenta los pómulos marcados por huesos redondeados en sus extremos.

El retablo de la llamada "Capilla del Prior" del templo de la Granada en Llerena fue precisamente la última obra realizada por Juan Bautista Vázquez el Viejo. De esta creación apenas quedan restos arquitectónicos con la decoración figurada del escultor, aunque se sabe que hubo de ser terminada por su hijo Juan Bautista Vázquez el Mozo. La figura de San Jerónimo, advocación de la capilla que se conserva, es obra del padre o al menos esbozada por él. Su calidad no está a la altura de otras esculturas de Vázquez el Viejo, posiblemente por el agotamiento del escultor, con muchos años y en vísperas de su muerte.

Para Estella el influjo miguelangelesco es menos visible en Vázquez el Viejo que en sus coetáneos, siendo evidente la huella de Alonso Berruguete en su obra -aunque no se interese por los grandes efectismos del maestro y se preocupe más por sus lecciones de ritmo-, en la que también se advierten fuentes sansovinianas y parmesanas, lo que dio lugar a uno de los creadores más sugerentes del Renacimiento español.

 

 

FUENTES

ESTELLA MARCOS, Margarita. Juan Bautista Vázquez el Viejo en Castilla y América, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1990, pp. 97-98.

CARRASCO GARCÍA, Antonio. Escultores, pintores y plateros del Bajo Renacimiento en Llerena, Badajoz, Institución "Pedro de Valencia", 1982, pp. 35-37.

ESTELLA MARCOS, Margarita. "Dos esculturas probables de Vázquez el Viejo: un "Resucitado" en Bogotá y el "San Jerónimo" de Llerena", en Archivo español de arte, tomo 60, nº 237, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1987, pp. 58-63.

FLYNN, Tom. The body in sculpture, Londres, Everyman Art Library, Weidenfeld & Nicolson, 1998, p. 79.

 

Fotografías de Pedro Castellanos

 

 
     
     
También en Llerena, concretamente en el Convento de Santa Clara, se conserva una interesante talla de Cristo Resucitado que, sin razón alguna, se atribuye a Martínez Montañés. El historiador pacense Pedro Castellanos considera que es anterior y lo pone en relación con la escultura manierista del último cuarto del siglo XVI. Para Castellanos recuerda bastante al Resucitado del citado escultor Jerónimo Hernández para la hermandad sevillana de la Quinta Angustia, obra de 1582, sobre todo en la postura y en el modelado de cabeza, manos y pies. La diferencia es que el Resucitado sevillano tiene un paño muy corto y no muestra la túnica del de Llerena, que además le sirve de apoyo a la peana (foto derecha: Hdad. de la Quinta Angustia).

 

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