EL RETABLO DE ALTENBERG

08/07/2016


 

 

El retablo del monasterio premonstratense de Altenberg an der Lahn (Alemania) es un temprano ejemplo de retablo con puertas que combina la pintura y la talla, así como uno de los más impresionantes bienes muebles de carácter litúrgico realizados en la Baja Edad Media que ha llegado hasta nosotros.

Labrado entre finales del siglo XIII y principios del XIV, el retablo está formado por un tabernáculo tallado a modo de reja con tracerías góticas -a través de la cual se podían ver reliquias como el brazo-relicario de Santa Isabel (segunda mitad del siglo XIII) o un crucifijo anónimo de Limoges (hacia 1200)- que acoge una imagen de María con el Niño tallada hacia 1320-1330 por un maestro de la escuela de Colonia. A sus lados, unas alas pintadas hacia 1330 por un maestro de Renania -que además podían abrirse de dos maneras-, ilustran la vida de la Virgen y, en la adoración de los Magos, establecen una referencia directa con la imagen titular. Las alas sirven como cierre del relicario y también operan al servicio del culto a la figura de María, que de esta manera podía hacerse visible u ocultarse, como era el privilegio de cualquier imagen de culto.

Con motivo de la secularización del monasterio a principios del siglo XIX, los componentes del retablo quedaron dispersos. Ahora se ha vuelto a reconstituir en su montaje original con motivo de la exposición Schaufenster des Himmels, que puede verse hasta el 25 de septiembre en el Städel Museum de Frankfurt.

 

 

El retablo de Altenberg reúne trabajos de pintura, escultura, orfebrería y textiles. Todos ellos forman un complejo sistema interreferencial destinado a las imágenes de altar. A partir de 1330 quedó entronizado en el presbiterio de la iglesia del monasterio, construida entre 1260 y 1270. Precisamente, las alas se conservan ahora en el Städel Museum: desde 1925 forman parte de sus colecciones de pintura alemana temprana.

La muestra Schaufenster des Himmels (Escaparate del Cielo en castellano) se ocupa también de Santa Isabel de Hungria, una de las santas más populares del Cristianismo desde su canonización en la Edad Media. Isabel dejó a su hija pequeña Gertrudis al cuidado de las monjas del monasterio de Altenberg desde que la princesa era una niña. Con tan solo 21 años, Gertrudis se convirtió en abadesa -en 1311, once años después de su muerte, fue beatificada por Clemente VI con el título de Gertrudis de Altenberg-, y su voz era ya decisiva en el patrimonio del templo. Un tapiz ejecutado hacia 1270 ilustra la vida de Santa Isabel y su marido el landgrave Luis IV. Antes de la instalación del retablo que nos ocupa, dicho tapiz pudo haberse expuesto en el altar mayor con motivo de las grandes festividades, y por lo tanto haber sido el precursor textil del retablo de Altenberg.

Una instalación en 3D arroja luz en la exposición sobre la forma en la que interactúan las diversas obras del monasterio: retablo, vidrieras, decoración de los paños de altar bordados -todos en torno a la famosa iconografía de la Virgen con el Niño- desde diferentes puntos de vista simulados en el interior del museo alemán.

 

 

FUENTES: Con información del Städel Museum de Frankfurt. BELTING, Hans. Imagen y culto: Una historia de la imagen anterior a la era del arte, Ediciones Akal, Madrid, 15 de febrero de 2010, p. 597.

 

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com