LA ESCULTURA DE SAN JUAN BAUTISTA DEL MUSEO DE LA CATEDRAL DE TOLEDO

Carlos Turrillo, Sergio Cabaco y Jesús Abades (24/06/2020)


 

 
 
Foto: Valentín Moyano

 

La pinacoteca del Museo de la Catedral de Toledo se divide en dos salas que siguen la línea catequética establecida por el Cabildo Catedral. En la primera de ellas el discurso va de San Juan el Bautista a la Virgen María. Una escultura del Precursor de Cristo atribuida al célebre Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, Jaén, 1568 - Sevilla, 1649) acapara las miradas en el centro de este espacio, que preside otra representación del Bautista, en este caso pictórica, atribuida a Caravaggio y a Bartolomeo Cavarozzi.

Lo cierto es que no tenemos demasiados datos sobre la pieza escultórica. Sabemos que la obra fue un regalo de Bernardo de Sandoval y Rojas, arzobispo de Toledo, para el Sagrario de la Catedral toledana, el 12 de noviembre de 1615. La escultura viene desde Madrid y se recibe en Toledo el 16 de noviembre; la trae el canónigo Francisco Chacón de Figueroa, que era camarero del arzobispo.

La pieza procede de la colección de una familiar del arzobispo, dama de la nobleza sevillana. Debemos tener en cuenta los vínculos del arzobispo toledano Sandoval y Rojas y su familia con la ciudad de Sevilla, pues una vez que fue ordenado sacerdote, le nombraron canónigo de la Catedral de Sevilla y arcediano de Écija, todo ello por influencia de su tío Cristóbal de Rojas y Sandoval, que era el arzobispo de Sevilla en esos momentos.

En toda la bibliografía que manejamos sobre la pieza, aparece siempre la autoría de Martínez Montañés a excepción de un autor que, seguramente erróneamente, la atribuye a Alonso Cano, lo cual es improbable pues la pieza fue realizada antes de 1615. Con este dato es improbable creer que Alonso Cano, nacido en 1601, pudiera haber hecho tan magnífica pieza con tan solo 14 ó 15 años de edad.

Hernández Díaz puso también en duda la autoría de Martínez Montañés y llegó a afirmar que pudiera quizás relacionarse con la producción de Alonso de Mena, escultor granadino, padre del afamado artista Pedro de Mena, y contemporáneo de Montañés. Ambos artistas tuvieron como maestro a Pablo de Rojas, a su vez paisano de Montañés. El historiador sevillano fechó al Bautista de Toledo hacia 1640.

 

 
 
Foto: Santiago Abella

 

El Bautista de la Catedral Primada de Toledo es una obra importante, tallada en madera y policromada, con la profunda unción sagrada a la que siempre hacía referencia Hernández Díaz al hablar de Martínez Montañés. El ropaje iconográfico es propio del Precursor de Cristo. Arrodillado sobre la derecha, muestra la mirada en alto y los brazos en ángulo. Destaca en la composición el manto proyectado en la espalda, contrarrestando las masas de los brazos, viniendo a ser como el vértice de la referida angulosidad.

Martínez Montañés cultivó en varias ocasiones la iconografía del Bautista, destacando sobre todo los dos grandes retablos dedicados al santo que hizo: el del convento sevillano del Socorro, hoy en la iglesia de la Anunciación, y el del convento limeño de la Concepción, ahora en la catedral, donde también se conserva una talla del Bautista que Hernández Díaz estimó como obra temprana de Montañés. De atribución algo más discutida es otro Bautista que está en el referido cenobio para el que el escultor realizó el retablo.

Muy importante también es el Bautista del retablo mayor del monasterio de San Isidoro del Campo, obra directa de Montañés, más maduro que el de Toledo, cuya fisonomía remite a rasgos de la adolescencia temprana, si bien el ropaje de penitencia con pelos de camello presenta semejanzas entre ambas figuras. Esos rasgos púberes guardan más relación con los del Bautista del retablo catedralicio de la Inmaculada Concepción, la conocida popularmente como "Cieguecita", con policromía de Francisco Pacheco.

El resto de simulacros montañesinos del Bautista son el del retablo del santo en el convento de San Leandro (Sevilla), donde se nota una importante colaboración de su discípulo Francisco de Ocampo; el del convento sevillano de Santa Paula; el de Santa Clara, otro cenobio de Sevilla, labrado por discípulos bajo sus directrices; el de la cofradía sevillana del Dulce Nombre, hoy perdido, y los atribuidos del MET de Nueva York, del convento sevillano de Santa Ana y del Museo de Bellas Artes de Sevilla, este último un relieve de su martirio.

 

 
 
San Juan Bautista (San Isidoro del Campo)
Foto: http://leyendasdesevilla.blogspot.com

 

FUENTES

REVUELTA TUBINO, Matilde, "Inventario artístico de Toledo", Tomo II. "La Catedral Primada (vol. I)", Ministerio de Cultura, Madrid, 1989, p. 170.

CEDILLO, Conde de, "Catálogo monumental y artístico de la Catedral de Toledo, redactado por...", Madrid, 1919. I.P.I.E.T. Diputac. Prov. Toledo, Madrid, 1991, pp. 86,114.

RIVERA RECIO, Juan Francisco, "Guía de la Catedral de Toledo", Editorial Católica Toledana, Toledo, 1959, pp. 30-31.

GUDIOL RICART, Josep, "Los monumentos cardinales de España. II. La Catedral de Toledo", Ed. Plus-Ultra, Madrid, pp. 103-104.

HERNÁNDEZ DÍAZ, José. "Juan Martínez Montañés: el Lisipo andaluz (1568-1649)", Ediciones de la Excma. Diputación Provincial de Sevilla, Sevilla, 1976, p. 270.

GUAYERBAS, Javier. "Nuevo discurso, nuevos espacios", 03-02-2014, en www.latribunadetoledo.es

 

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