SAYA DE MANUEL SOLANO PARA LA CARRETERÍA (SEVILLA)
EL PROYECTO Y SU MATERIALIZACIÓN

Gonzalo Navarro (26/03/2017)


 

 
     
     
 
 
Antecedentes tomados para la confección de la saya
(Fotografías: Almela y Archivo de la Hermandad de la Carretería)

 

En la reciente exposición de Estrenos y Restauraciones de la Semana Santa de 2017, celebrada en el Círculo Mercantil e Industrial de la capital hispalense entre los pasados días 11 y 19 de marzo (ver enlace), fue expuesta la nueva saya de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad.

La obra ha sido ofrendada a la titular mariana de la Hermandad de la Carretería por una hermana, que en el año 2016 encargó el diseño a Gonzalo Navarro y su realización al Taller de Bordados de Manuel Solano, donando posteriormente la obra a la corporación. La bendición de la misma tuvo lugar el día 20 de marzo en el transcurso de una Eucaristía celebrada ante la imagen en su capilla de la calle Real de la Carretería.

En lo que respecta al diseño, el mismo sigue las pautas marcadas por los bordados que posee la Hermandad, realizados a finales del siglo XIX en el contexto de un proceso de renovación patrimonial de la cofradía que otorgó a la misma una fuerte personalidad estética que ha sabido mantener hasta la actualidad.

Este enriquecimiento patrimonial de la corporación tuvo su principal reflejo en la creación e incorporación del paso de palio al cortejo procesional, creando para ello un conjunto tan excepcional que fue considerado por la prensa de la época "el que ostenta mayor riqueza y lujo de cuantos hasta ahora se han visto en Sevilla".

Rompedora en su momento, esta nueva estética, nacida de una asimilación de los nuevos conceptos de diseño derivados del movimiento inglés "Arts & Crafts", supuso una total renovación estilística que, partiendo de las corrientes historicistas, abrió camino a una etapa "pre-modernista" en el bordado sevillano.

 

 
 
Diseño en dibujo
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Diseño en Acuarela. Conjunto y detalles

 

La principal fuente creativa de la nueva obra ha sido el primitivo manto procesional de la imagen, realizado en 1886 por el Taller de las Hermanas Antúnez siguiendo un diseño de Edmigio Serrano Dávila, y que fue destruido lamentablemente en un incendio de 1956, ocurrido en los Almacenes Contreras donde se guardaba.

Por ello, para la realización de la saya se ha llevado a cabo un profundo estudio ornamental de la obra desaparecida así como de las demás obras documentadas o atribuidas con certeza al mencionado diseñador.

El dibujo, con una composición asimétrica, describe una exuberante y abigarrada decoración de carácter vegetal que ocupa la mayor parte de la superficie visible de la prenda. Tanto en la falda -o saya propiamente dicha- como en las mangas, los motivos decorativos principales se complementan con una cenefa a modo de cinta de sarcillos que se envuelven sobre un tallo.

Entre los elementos ornamentales adquieren especial protagonismo las grandes hojas de cardo, símbolo del dolor y el sufrimiento, que se entrelazan entre sí envolviendo una vegetación más menuda a base de hojas de acanto, laurel u olivo, así como multitud de especies florales. Éstas, en forma de rosas, azucenas, lirios y jazmines, simbolizan las virtudes marianas.

En la cotilla, centra la composición un rosa que surge entre cardos y que, sobre el vientre de María, alude a su belleza y perfección como madre del Altísimo.

 

     
     
 
     
     
     
     
 
     
     
Conjunto y detalles de la saya

 

En la materialización de la obra, se ha perseguido una correspondencia entre diseño y técnica, de tal modo que en el resultado final fuese palpable una coherencia entre el estilo de los bordados sevillanos de finales del siglo XIX y su ejecución material a través de las diferentes técnicas propias del momento.

Para ello, el diseño se ha realizado teniendo en cuenta la viabilidad de su ejecución en base a este planteamiento, tomando como referencia los testimonios aportados por las obras conservadas.

A este proceso ha seguido un profundo estudio por parte de Manuel Solano de las técnicas empleadas por las Hermanas Antúnez, proponiendo una interpretación del dibujo en base a las mismas y plasmándolas finalmente de manera magistral en la obra. La misma se encuadra dentro de los tejidos con decoración en superficie, debido a su carácter ornamental y a la preponderancia de la decoración realizada mediante bordado en oro sobre el tejido liso. En este caso, se trata de un terciopelo de seda de color burdeos intenso, una tonalidad que redunda en la iconografía inmaculista en combinación con el azul carretería del manto de la Dolorosa.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
Detalles de la saya

 

La obra diseñada por Gonzalo Navarro y bordada por Manuel Solano presenta una gran complejidad técnica en lo que respecta al bordado, por la elaborada combinación de procedimientos y materiales. Hilos de una infinidad de tipos y calibres, junto a otros elementos metálicos como lentejuelas, "huevecillos" o "espigas", se alternan en los distintos procedimientos tanto del bordado en hilos tendidos como del bordado en relieve.

Así, según destaca el propio bordador, sobresalen en la obra el "punto de garabato" y las venas de canutillo -dando forma a las hojas de cardo-; las cartulinas, a base de rellenos que dan lugar a una gran variedad de alturas y volúmenes; las lentejuelas, de pequeño formato, y colocadas tanto en escamado como perfilando gran parte de las piezas; la muestra armada; y numerosos puntos como setillo, media onda o punto "de M".

 

     
     
 
     
     
     
     
 
     
     
Conjunto y detalles de la saya

 

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