DATOS SOBRE EL SANTO CRISTO DE LA PÚRPURA DE LA HERMANDAD DE LA
SAGRADA COLUMNA Y AZOTES DE SEVILLA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVII

José Manuel López Bernal (10/09/2016)


 

 
 

Cristo después de la Flagelación

Nicolaes Lauwers
Hacia 1625-1650
Grabado sobre papel
15 x 24,5 cm
Museo Boijmans Van Beuningen de Róterdam

 

En 1882 José Bermejo y Carballo en sus Glorias religiosas de Sevilla indica la existencia de la imagen de Nuestro Señor Jesucristo en el acto para recoger la túnica para cubrirse (1). Unos años más tarde Francisco Almela y Vinet recoge que en la cofradía antes llevaba otro paso después de los azotes, en el momento que figuraba Nuestro Señor Jesucristo en el acto de coger la túnica para cubrirse, después de haber sido azotado, mostrándose a su lado la columna (2). No hay más descripción que estas y no existe al presente ni una sola imagen, sea grabado, dibujo o fotografía, del Cristo de la Púrpura que tuvo la hermandad hasta el año 1900 (3).

Una incógnita no resuelta hasta ahora es la fecha en que dicha escultura se incorporó a la hermandad y comenzó a recibir culto público. Nuevos datos adelantan la más antigua que se tenía, correspondiente a la realización de su paso del año 1664-1666. En el Archivo General del Arzobispado de Sevilla se conserva la documentación de un pleito mantenido entre la Hermandad de la Sagrada Columna y Azotes con la Hermandad Sacramental de San Pedro, apoyada por la Fábrica de la Parroquial de San Pedro, cuyo inicio procesal se fecha el 23 de enero de 1675, por la pugna sobre la entrega y propiedad de un sitial (dosel) que la de la Columna y Azotes, recién trasladada a su nueva capilla en los Terceros reclamaba como propio por haberse quedado en la anterior sede (4). La importancia de este expediente reside ante todo en que ha permitido obtener información valiosa sobre el Cristo de la Púrpura, puesto que el citado sitial se usó como parte del altar efímero para el citado simulacro en la parroquial.

Dentro de los autos de este pleito interesan especialmente los testimonios aportados por los testigos propuestos para hacer declaración por parte de la Hermandad de la Columna y Azotes. Se trata de siete declaraciones cortas pero a la vez interesantes. Se producen desde el 15 de febrero al 5 de marzo de 1675, hechas por los siguientes hermanos: L. Rodríguez, Pedro Hidalgo, Cristóbal Díaz (antiguo mayordomo), Francisco Fernández (prioste), Juan de Robles, Bartolomé Ponce y Salvador de Zabala (antiguo mayordomo). En la declaración de L. Rodríguez, éste indica que...

 

Por el año passado de sinquenta y uno poco mas o menos, estando el Santo Cristo de la Púrpura colocado en el altar lateral de la Iglesia de San Pedro, Bernardo de Valdés, ya defunto, era mui devoto de su imagen y en dicho tiempo pidió a los hermanos le hisiesen patrón de dicho altar y haría un tabernáculo, y aviendo entrado en cabildo los hermanos no se consiguió. Después pretendió lo hisiesen hermano mayor perpetuo y no lo consiguió; con que respecto a su mucha devoción en aquel tiempo dio a la dicha cofradía para dicha hechura un sitial de damasco carmesí y la gotera de terciopelo, el qual se puso en dicho altar. Igualmente refiere que más tarde auiendo la fábrica labrado un tabernáculo que oi está en el altar donde estava el Santo Cristo de la Púrpura, fue necesario pasarlo a la capilla de Nuestra Señora del Pilar y con efecto se pasó (...), y auiéndole hecho un tabernáculo de pasta se desvarató el sitial para poner en el nicho, y sólo quedó la gotera.

 

Tanto Pedro Hidalgo como Francisco Fernández, Juan de Robles y Bartolomé Ponce, se reiteraron en que el dosel fue entregado por Bernardo de Valdés para adornar el altar efímero del Santo Cristo de la Púrpura y que fue desmontado para adaptarlo a la nueva ubicación de la imagen en la parroquia.

 

 
 
 
 
 
Talla en madera del nuevo Cristo de la Púrpura. Obra de José Antonio Navarro Arteaga
(Fotografías de www.danielsalvadoralmeida.es)

 

Interesante resulta el testimonio aportado por Cristóbal Díaz, que había sido mayordomo en la época en que se donó el dosel por Bernardo de Valdés, al decir que el año pasado de quarenta y ocho (...) le entregaron por bienes de dicha cofradía el dicho sitial.

Finalmente Salvador de Zavala, hermano de 38 años de edad, también mayordomo antiguo, declaró que se había criado en casa de Francisco Valdés, hermano del donante y que siendo pequeño se acuerda que tenía el Santo Cristo de la Púrpura, que estaua en el altar colateral de la dicha iglesia, un sitial de terciopelo y damasco, y oyó decir que lo dio Bernardo de Valdés, hermano del dicho Don Francisco, y desde entonces lo vio hasta que se mudó a los Terceros; y siempre lo ha tenido por suio propio y está asentado en los libros de la Cofradía y a él como mayordomo se lo entregaron y voluió a entregar.

En los autos se encuentra un testimonio de 6 de septiembre de 1675, en el que se hace constar como se habían tenido a la vista los inventarios de la hermandad para reconocer el asiento del sitial o dosel:

 

En cumplimiento del auto del Señor Prouisor y Vicario General, por parte de la Cofradía de la Coluna y Asotes se me exhibió quaderno de papel ordinario forrado en pergamino y en la primera foxa comienza "entregos de bienes que haze Domingo Ortiz como maiordomo que por este año lo fue de 1652".

Y por un inuentario de los vienes de la dicha Cofradía que se entregaron a Bartolomé Ponze, maiordomo, en treínta de abril de mil seiscientos y sinquenta y siete, parece que entre las partidas del dicho inuentario está la del tenor siguiente: "más un sitial del Santo Christo de terciopelo y damasco carmesí mas un velo de tafetán morado y otro de gasa".

Por dicho inuentario de bienes entregados al dicho Bartolomé Ponze en dies de maio de mil seiscientos y sesenta y nueue parese que entre las partidas del está la del tenor siguiente: "ítem un sitial de terçiopelo carmesí del Santo Christo de la Púrpura", como del dicho libro parese que para este efecto nos fue exhibido por Saluador de Sauala, maiordomo, de la dicha Cofradía que lo voluió a lleuar en su poder.

 

En cuanto a la reubicación dentro del templo de la imagen se confirma por otro pleito del año 1674 suscitado con motivo del traslado de sede de San Pedro a los Terceros e interpuesto por los curas beneficiados de la parroquia (5). En el mismo el escribano público de la ciudad, Francisco Pérez de Urbina, levanta testimonio fehaciente del acta del cabildo general de 1º de abril de 1674, donde se narran las causas que llevaron a la hermandad a adquirir su nueva capilla propia en los Terceros y a decidir el traslado:

 

Como es notorio a todos los hermanos de dicha Cofradía en la iglesia de Señor San Pedro no tiene capilla propia en que esté colocado con la decencia necesaria el Santo Christo de la Púrpura y demás imágenes de la dicha cofradía; antes está colocado en la Capilla de la Virgen del Pilar que es de un partícular.

 

Atendiendo a estas informaciones se colige fácilmente que el dosel se donó para servir de altar efímero al Santo Cristo de la Púrpura en su primigenia ubicación en una nave colateral de la iglesia de San Pedro, sede canónica de la hermandad desde 1628. Que se trató de una donación del hermano Bernardo de Valdés, quién era un gran devoto, y que más tarde se trasladó a la capilla de la Virgen del Pilar, desmontándose el dosel o sitial y readaptándolo a un nuevo tabernáculo. Así pues, el Santo Cristo de la Púrpura, como siempre se le denomina en la documentación y en todos los inventarios del siglo XVIII, se incorporó a la hermandad antes de la donación del dosel (1648-1651). Este dato es especialmente valioso, ya que se trata de una temprana escultura representando iconográficamente el pasaje de Cristo recogiendo sus vestiduras después de la flagelación.

 

 
 

Cristo después de la Flagelación

Bartolomé Esteban Murillo
Hacia 1665
Óleo sobre lienzo
113 x 147,3 cm
Museo de Bellas Artes de Boston

 

El Cristo procesionó con seguridad desde un primer momento, Conocemos como se gestó el segundo paso que tuvo, gracias a sendos documentos que fueron publicados por Francisco de Paula Cuellar Contreras en 1976, en el Boletín de las Cofradías de Sevilla (6). El 3 de julio de 1664, ante el escribano público Diego Ramón, la hermandad firma un contrato con el maestro escultor Pedro de Borja como principal obligado y con el maestro ensamblador Pedro Camacho, con carácter de fiador, para hacer una urna y paso para el Santísimo Cristo de la Púrpura, que es de la dicha cofradía. La misma sería conforme al dibujo que se nos ha entregado, firmado de Juan de Luna, Mayordomo de la dicha cofradía, y de Ignacio Muñoz y Jerónimo Delgado y Francisco de Ortega, hermanos de ella; el cual exhibiremos y mostraremos siempre que se nos pida y sea necesario para que se reconozca haberse hecho conforme a él la dicha urna y paso. En el contrato se excluía el dorado e incluiría doce tarjetas que se le han de echar unas historias de medio relieve en toda perfección. La entrega del paso se haría la primera semana de Cuaresma de 1665 y la hermandad pagaría por ello un total de 9.000 reales y además se obligaba a entregar como parte del pago la urna y paso que al presente tiene el Santo Cristo.

Este último dato es importante, ya que del mismo deducimos que el encargo era para el segundo paso que tuvo la imagen para procesionar el Jueves Santo. Del primer paso no se tiene a día de hoy más que esa referencia indirecta.

Pedro de Borja no pudo concluir el paso y la hermandad acudió a Pedro Roldán con el que se firma el 21 de febrero de 1666 un nuevo contrato al efecto de que éste concluyese los trabajos inacabados y contratados en 1664, actuando nuevamente Pedro Camacho como fiador, añadiendo que Roldán hará ocho ángeles, los cuatro de a vara, poco más o menos, conforme fuere menester en la montea, y los otros cuatro del mismo género y tamaño, según se requiere. Y asimismo cuatro cabezas de querubines para las cuatro tarjas, y cuatro historias para las cuatro tarjas principales. Tendría el escultor que acabar la obra el 11 de abril de 1666, recibiendo a cambio 3.500 reales, pagándole a cuenta cada sábado desde la segunda semana de Cuaresma de 1665 la cantidad de 150 reales, y el resto a la entrega.

Gracias a la publicación realizada por el profesor José Roda Peña en 1997, en el Boletín de las Cofradías de Sevilla (7), se sabe que el paso se pudo dorar merced a un contrato suscrito con el maestro dorador Francisco de Vega ante el escribano público Diego de Santa María el 15 de noviembre de 1696, por una cantidad de 3.000 reales. La obra consistiría en dorar y dar dorada la urna del paso del Santísimo Cristo de la Púrpura de dicha cofradía, y los quatro ángeles pequeños de arriva dorarlos y encarnarlos, y los quatro mayores de avaxo retocarlos, y todo ello darlo fecho y acavado de bien oro. El trabajo debería estar concluido el sábado de ramos de 1697. Por falta del pago de 1.000 reales no se concluyó el dorado para la Semana Santa de 1697, cantidad que fue cancelada el 24 de marzo de 1698.

A modo de conclusión final, y a la vista de la información aportada por las fuentes documentales, podemos colegir que el Santo Cristo de la Púrpura se incorporó como imagen de culto antes de 1648-1651 pues así lo evidencian los testimonios obrantes en los autos. Tuvo un primer paso del que se desconocen los datos referentes a su diseño y construcción y que fue entregado a Pedro de Borja como parte del pago del segundo paso y urna contratado en 1664, que finalmente concluyó Pedro Roldán conjuntamente con ocho ángeles gracias al compromiso suscrito en 1666, de los que los cuatro mayores por fortuna los sigue conservando la hermandad (8).

 

 
 
Ángeles del antiguo paso del Cristo de la Púrpura
(Fotografía de www.mercantilsevilla.com)

 

FUENTES

(1) BERMEJO Y CARBALLO, José, Glorias Religiosas de Sevilla. Noticia histórico descriptiva de todas las cofradías de penitencia, sangre y luz, fundadas en esta ciudad, (1882), Sevilla, 1994, p. 160.

(2) ALMELA VINET, Francisco, Historia de la Semana Santa de Sevilla, y descripción de las Cofradías que hacen estación durante la misma a la Santa Iglesia Catedral (1899), Córdoba, 2003, pp. 34-35.

(3) En el año 2000 publiqué un primer acercamiento al Cristo de la Púrpura, dando a conocer todos los datos que podían aportar las fuentes documentales propias de la Hermandad. Véase LÓPEZ BERNAL, José Manuel: "El Santo Cristo de la Púrpura de la Hermandad de la Columna y Azotes, datos sobre una antigua advocación Sevillana", en Boletín de las Cofradías de Sevilla, nº 491, 2000, pp. 54-59.

(4) Archivo General del Arzobispado de Sevilla, Justicia, Hermandades, legajo 58.

(5) Archivo General del Arzobispado de Sevilla, Justicia, Hermandades, legajo 58.

(6) CUELLAR CONTRERAS, Francisco de Paula., "Paso para el Santísimo Cristo de la Púrpura, de la Cofradía de la Columna y Azotes", en Boletín de las Cofradías de Sevilla, nº 196, enero, 1976, pp. 13-75.

(7) RODA PEÑA. José, "Documentos inéditos sobre pasos procesionales sevillanos del siglo XVII", en Boletín de las Cofradías de Sevilla, nº 496, julio, 1997, pp. 56-59.

(8) Estos ángeles tratamos de adjudicarlos a Pedro Roldán a través de las diversas fuentes que se conservan en el Archivo de la Hermandad. Véase al efecto: LÓPEZ BERNAL, José Manuel, "Descubierta la autoría del grupo de cuatro ángeles de la Hermandad", en Boletín Columna y Azotes, nº 49, noviembre, 2009, pp. 23-34. Más recientemente el profesor José Roda Peña los recoge en su monografía sobre Pedro Roldán: RODA PEÑA, José, Pedro Roldán. Escultor. 1624-1699, Madrid, 2012, pp. 263-264.  

 

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