LA DESAPARECIDA IMAGEN DE SAN JUAN BAUTISTA
DEL PRIORATO DE SAN JUAN DE ACRE (SEVILLA)

Jesús López Alfonso


 

 
 
Resto de la Imagen de San Juan Bautista

 

EL PRIORATO DE SAN JUAN DE ACRE

El Compás de San Juan de Acre fue un barrio de la capital hispalense cuyo perímetro se correspondería con las actuales calles Guadalquivir, Pizarro, Mendigorría, Lumbreras y Santa Clara. Este compás tiene su origen en la Reconquista de la ciudad, cuando el rey Fernando III, en agradecimiento a la ayuda prestada por la Orden de San Juan de Acre durante el sitio de Sevilla, les concede unos territorios con jurisdicción propia, hecho que confirma su hijo Alfonso X el 20 de Diciembre del año 1253 (1).

Jurisdicción propia implicaba que ni el Arzobispado de Sevilla podía entrar en los asuntos eclesiásticos del compás, ni ninguna autoridad de la ciudad en los civiles, quedando administrado por un prior y contando con ello con su propia parroquia, hospital y cárceles.

Así permanece hasta el siglo XIX, cuando los decretos desamortizadores hagan desaparecer las jurisdicciones propias, siendo desmantelada la que comentamos, con sus edificios derribados y, lo que es peor, la memoria perdida en la ciudad. En el año 2004 tuvieron lugar unas excavaciones arqueológicas en gran parte del solar de lo que fue el Compás, contribuyendo con ello a mitigar tal olvido (2).

Durante el desarrollo de las excavaciones arqueológicas apenas se documentaron estructuras adscribibles a la Orden de San Juan de Acre, si bien se pudieron localizar otros espacios asociados al barrio, como el cementerio parroquial, el antiguo viario de Franquillos y algunas de las casas de los vecinos.

No obstante, uno de los objetivos de la investigación, con el fin de dotar a los datos de coherencia, era hacer un estudio completo del barrio, de manera que pudiéramos esbozar una imagen más o menos aproximada de este lugar y de sus gentes a lo largo de la historia.

La ausencia de restos materiales fue suplida con la documentación histórica recopilada, fruto de una intensa labor de búsqueda por parte del equipo de documentalistas. Entre los restos del compás se hallaron los de la imagen de su Santo Patrón, San Juan Bautista, que por las características que analizaremos a continuación hemos atribuido al círculo de Lorenzo Mercadante de Bretaña.

 

 
     
     
Restos de la Imagen de San Juan Bautista

 

LA IMAGEN DE SAN JUAN BAUTISTA

Los fragmentos pertenecientes a dicha escultura se hallaron formando parte del relleno procedente del expolio de algunos de los muros de las edificaciones de la Orden. Se consiguió recuperar un conjunto compuesto por 31 fragmentos correspondientes a la parte inferior de una efigie de barro policromado y tamaño natural, por cuyas características pudo identificarse como parte de una imagen de San Juan Bautista. La mayoría de los fragmentos encontrados pertenecían a la túnica, de cintura hacia los pies, y al manto, siendo la pieza de mayor interés la correspondiente a la mano izquierda con la que sostiene un libro. No se encontraron elementos de la parte superior de la imagen.

La iconografía habitual de este santo se basa en la descripción que de él hace San Mateo en su evangelio: "Juan iba vestido de pelo de camello, con una correa de cuero a la cintura" (3). Generalmente se le coloca también un manto rojo sobre los hombros, color que hace alusión a su martirio. En la mano izquierda suele llevar el Libro de los Siete Sellos en el que reposa el Cordero Místico. En la derecha porta un lábaro, mientras señala con el dedo índice al cordero, aludiendo a la frase que Juan pronuncia al ver a Jesús cuando llega para ser bautizado por él: "Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (4). El Libro de los Siete Sellos alude al pasaje del Apocalipsis de San Juan en el que delante de los 24 ancianos se le entrega al cordero degollado (que simboliza la redención de Jesús) el citado libro para que lo abra, ya que es el único digno de ello (5).

Los fragmentos de la escultura localizados concuerdan perfectamente con la representación citada. Ésta presenta unas vestiduras compuestas por una túnica y un manto. La túnica esta ceñida a la cintura por un cíngulo, formando abundantes pliegues que caen abriéndose hasta los pies. Posee un modelado suave en el que, mediante líneas ondulantes, se imita la piel de camello. Sobre la túnica, y cubriendo parte del cuerpo, se disponía el manto que, por la posición que presenta, caería en el lado derecho desde el hombro hasta los brazos, quedando en el izquierdo recogido sobre la mano. Al llegar al suelo realizaba pliegues en forma de "C". La mano se encuentra en actitud de sostener el Libro de los Siete Sellos, que tenía el Cordero místico sentado encima, del cual sólo han quedado sus pezuñas. El dorso de la talla estaba sin modelar, dejando al aire el interior de la imagen, por lo que consideramos debía tratarse de una efigie de retablo

En cuanto a su adscripción cronológica y autoría, el estudio pormenorizado de los fragmentos muestra gran similitud con las obras de Mercadante (6). El trabajo de la túnica, y el tratamiento de la correa, es muy similar al que presenta el San Juan que este autor realizó para el grupo del Bautismo de Cristo, de la portada del Baptisterio de la Catedral de Sevilla, donde se observan esas mismas líneas ondulantes imitando la piel de camello. El gusto por las túnicas ceñidas formando un abundante plegado que se abre al caer, o las formas circulares o semicirculares que forman las prendas al llegar al suelo, está presente en toda la obra de este escultor. La disposición y caída del manto, así como su recogido sobre uno de los brazos, también es muy similar a la de las obras de su producción, como la Santa Rufina de la Puerta del Baptisterio.

Estas semejanzas, tras un detenido estudio comparativo, nos han permitido fijar la fecha de ejecución del Bautista en la segunda mitad del siglo XV, a partir de 1454, fecha en la que Mercadante llega a Sevilla y su taller está en activo, así como adjudicar su autoría a algún escultor de su círculo.

 

 
     
     
Restos de la Imagen de San Juan Bautista

 

ATRIBUCIÓN AL CÍRCULO DE MERCADANTE

A partir de los restos que nos han llegado de la obra, siguiendo el esquema de las piezas de Lorenzo Mercadante de Bretaña y de la iconografía tradicional del santo, consideramos que la escultura de San Juan Bautista debió presentar el siguiente aspecto: estaría de pie, apoyado sobre la pierna derecha, dejando la izquierda en reposo. Sostendría con la mano izquierda el Libro de los Siete sellos con el Cordero Místico y con la derecha el lábaro, señalando con el dedo índice el cordero. La túnica tendría parte del pecho abierto, quedando ceñida a la cintura por cíngulo y cayendo hasta los pies formando amplios pliegues. El manto quedaría asentado en los hombros, cayendo hasta los pies y plegado sobre la mano izquierda.

Otro de los aspectos que hemos podido estudiar en los restos es el proceso de realización de la escultura. La imagen se modeló en barro y fue ahuecada con las manos, como se aprecia al ver el dorso de las piezas, en la que aún permanecen las huellas de los dedos. Una vez terminado el proceso, para facilitar la cocción en el horno, fue seccionada, estando aún el barro fresco en varias partes, con una cuerda. Este es el motivo por el que algunos fragmentos presentan cortes limpios, encajando unos con otros. Una vez cocidas las piezas, se procedió a su montaje, unión y policromado.

La túnica ha conservado abundantes restos de policromía original de color ocre, sobre una levísima capa de estuco que dejaba traslucir el modelado. En el manto se observan restos de pintura de color rojo con presencia de oro, por lo que consideramos que en algún momento se decidió repolicromarlo y estofarlo para adaptar la imagen a los gustos de la época. Seguramente este hecho debió ocurrir en el barroco, cuando bastantes imágenes medievales y renacentistas fueron estofadas a la moda del momento (7).

Respecto a cuál era el lugar que ocupó esta escultura en el Antiguo Compás de San Juan de Acre, contamos con un documento, que aunque indirectamente, hace alusión a una obra de similares características a la encontrada en las excavaciones. En el registro de enterramiento perteneciente al Prior Sebastián de Sosa, se menciona que en un retablo existe "la hechura del Bienaventurado Señor San Juan Bautista hecha de barro":

 

"Y está sepultado en la bóbeda de en medio que está enfrente de la puerta principal de la dicha Iglesia debaxo del altar que está frente della, que se intitula el altar del Señor S. Juan Baptista, debaxo donde está una peana grande con su cruz de San Juan (falta...) que enfrenta con medio del dicho altar de San Juan, en el qual altar ay un retablo de lienço con retrato de Dios Padre y en medio la hechura del Bienaventurado Señor San Juan Bautista hecha de barro y al lado de la epístola una echura de el Señor San Antonio con un niño Jesús en la mano, y al lado del evangelio está el coro de la dicha Iglesia. Y para que de esto conste lo escriví en este libro...”. En 1643 también aparece la mención del entierro en esta bóveda de DonFray Juan Miñoz Villa, Prior Visitador y Vicario de la Orden de San Juan “se enterró en la bóveda que está delante de la peana del Señor San Juan Baptista, frontero a la puerta principal de la dicha iglesia..."

 

Según la información que arroja este documento, deberíamos identificar los restos hallados con la imagen que presidió la nave menor de la parroquia, ya que el templo sólo contaba con dos naves, hasta su desplome en el año 1789. Actualmente, los fragmentos de la escultura de San Juan Bautista atribuida al círculo de Mercadante se encuentran depositados en los fondos del Museo Arqueológico de Sevilla.

 


 

BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS

(1) RODRÍGUEZ AZOGUE, Araceli y otros autores: San Juan de Acre, La Historia Recuperada de un Barrio de Sevilla, Azogue y Aycart, Sevilla, 2007, p. 36.

(2) Las conclusiones de esta investigación arqueológica fueron plasmadas en la publicación arriba citada.

(3) Evangelio de San Mateo. Capítulo 3, Versículo 4.

(4) Evangelio de San Juan. Capítulo 1, Versículo 29.

(5) Apocalipsis de San Juan. Capítulo 2, Versículo 7.

(6) Escultor de origen norteño que trabajo en Sevilla entre los años 1454 y 1467. Introduce en Sevilla el renacimiento nórdico. La obra de Mercadante no solo resultó innovadora en cuanto a concepto artístico, sino que sirvió también para introducir un procedimiento diferente como es la escultura en barro cocido y policromado, sistema sin precedentes en la ciudad y que tuvo una gran fortuna, dando lugar a toda una escuela sevillana y, más tarde, influyendo decisivamente en la imaginería española del siglo XVII.

(7) Un ejemplo de ello es la Virgen del Camino, obra de Lorenzo Mercadante que se venera en el Convento de Madre de Dios de Sevilla, repolicromada y estofada en oro en el siglo XVII, o la Virgen de la Estrella de la Catedral de Sevilla, ya repolicromada y estofada en el siglo XVIII.

(8) Archivo de la Parroquia de San Lorenzo de Sevilla. Libro de Enterramientos de la Parroquia de San Juan de Acre, folio 13v Registro de enterramiento del Prior Sebastián de Sosa, 1619. (Exp. Cit).

 

 
 
San Juan Bautista de la Catedral de Sevilla

 

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