LOS CRISTOS DE MAÍZ (IV)

José Guillermo Rodríguez Escudero


 

 

La Ermita del Cristo del Planto, fabricada en el Camino Real del Planto, extramuros de la ciudad canaria de Santa Cruz de la Palma, tuvo varias advocaciones: La Soledad, Nuestra Señora del Planto y del Calvario -por haber sido edificada junto a un Calvario existente desde el siglo XVI- hasta que se consolidó el patronazgo del Santo Cristo, representado por una realista escultura de procedencia mejicana de tamaño natural. Se ignora si la imagen del Cristo data de la misma época de la fundación de la capilla, 1611.

Esta efigie fue modelada con pasta de la médula de la caña de maíz triturado, siguiendo la sorprendente técnica de los indios tarascos del estado mejicano de Michoacán, quienes la usaban para la confección de sus ídolos. Más tarde, aleccionados por el Obispo Vasco de Quiroga, la aplicaron a la imaginería religiosa. La sobrecogedora talla hueca, que apenas pesa diez kilos, representa a Cristo muerto, llagado y cubierto de sangre, con boca y ojos entreabiertos, acorde con la estética expresionista indígena. Destila el espíritu popular y el sereno dramatismo que caló en el ánimo de campesinos y marineros.

En estas representaciones populares perviven las tradiciones medievales, con acentos más dramáticos y vivas policromías que intentan aproximarse a efectos realistas. La concepción religiosa, que comulgó con las formas de expresión vivencial de las clases populares, se orientó a la superstición. Sequías, temporales, epidemias, alta mortalidad, sobre todo infantil, etcétera, condicionaban muy de lleno la vida del creyente, que necesitaba la intervención directa de la divinidad para paliar sus desgracias. Así, las creencias tratan de alcanzar lo inalcanzable a través de una pléyade de cristos, vírgenes y santos.

Recordando las palabras de Cristóbal del Hoyo Sotomayor, Vizconde del Buen Paso, la imagen del Cristo del Planto es la primera que "a mi memoria se presenta cuando las congojas de mi mala vida me acomenten". De paso afirma con humor que sólo "Él sabe hacer milagros y que los demás no entienden de eso palabra."

 

 

El Cristo del Planto se venera en un gran retablo-hornacina colorista, documentado en 1705, profuso en tallas y pinturas. Según Alfonso Trujillo: "el más portugués de cuantos hemos visto en Canarias, tanto por la traza y por la técnica y la minuciosidad de la decoración que todo lo invade". Lo custodian las tallas de la Dolorosa y San Juan Evangelista -imágenes del decimonónico Rodríguez Valcárcel (1840-1910)- y una María Magdalena, también de candelero, del siglo XVII, que acusa la influencia de la imaginería flamenca.

Como ha señalado Carmen Fraga, "el arte de los Silva se halla en las pinturas del retablo, cuya traza con el característico cierre semicircular a la manera portuguesa, presenta indudables concomitancias con la del retablo de Nuestra Señora de Las Nieves, cuya planta no tiene otro ejemplar en Canarias que pueda comparársele".

Así, Bernardo Manuel de Silva, decoró los tableros del altar con vivos fondos portugueses a base de enroscadas formaciones vegetales y hojarascas de alegres tonalidades en rojos, azules y oros, entremezclados con juguetonas figuras infantiles de angelotes. Ello lo sabemos gracias al profundo estudio realizado sobre este retablo por el profesor palmero Jesús Pérez Morera, del que nos permitimos transcribir parte de sus conclusiones.

Entre otros muchos detalles, nos informa de que en los intercolumnios se repite el tema de los ángeles barrocos y los fondos lusitanos, centrados en las figuras de la Inmaculada Concepción y San José, concebidos como santos-estatuas, colocados dentro de fingidas hornacinas semicilíndricas. Los vestidos están decorados con la aplicación de adornos en oro. Las gamas cromáticas dominantes en el altar combinan el rosado con el azul y blanco.

 

 

También en la Isla de La Palma nos encontramos con otra imagen confeccionada de pasta de maíz: el Cristo de la Salud de Los Llanos de Aridane. El Viernes Santo, la localidad canaria conmemora la Muerte de Cristo. A las 07:00 de la mañana, las puertas del templo de los Remedios se abren de par en par para dar paso a la procesión más esperada de Los Llanos de Aridane: la del Santísimo Cristo de la Salud. Sale en procesión por el casco antiguo para realizar las estaciones del Vía Crucis.

La imagen del Cristo había dejado de salir procesionalmente en la Semana Santa durante aproximadamente unos veinte años, lo hizo la última vez en el año 1969, con muy buen criterio del Reverendo Don Marino Sicilia González, anterior párroco de Los Remedios, el cual viendo el mal estado de conservación en que se encontraba la talla desestimo que tan preciada imagen participara en la Semana Santa. Anteriormente, el Cristo de la Salud salía en procesión el Jueves Santo después de los oficios y el Viernes Santo en la Procesión Magna del Santo Entierro. Esta procesión se recuperó en el año 2003 tras la restauración que sufrió la imagen a cargo del prestigioso restaurador Pablo Francisco Amador Marrero.

La imagen del Cristo de la Salud es una talla a tamaño natural, con la cabeza y extremidades talladas en madera, y con un peso de 6 kilos, realizada también con la médula de la caña de maíz, técnica conocida con el nombre de "titsingueri" por los indios tarascos del estado de Michoacán en México a principios del siglo XVI, siendo la más antigua efigie que se conserva en Canarias de los llamados cristos de pasta o caña.

Este Cristo se veneraba desde el año 1603 en la antigua Iglesia del Hospital de Dolores, hoy Teatro Chico, en Santa Cruz de La Palma, y fue donado en el año 1862 a Los Llanos de Aridane para formar parte de una capilla en el Calvario, que se iba a restaurar. Al no cumplirse este hecho, paso en depósito en 1910 a la Iglesia de los Remedios donde se inventarió por primera vez en el año 1946. Acompaña al paso la Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud. A la llegada al templo se reza Laúdes.

 


 

BIBLIOGRAFÍA

FRAGA GONZÁLEZ, María Carmen: La Arquitectura mudéjar en Canarias.

LORENZO RODRÍGUEZ, Juan Bautista: Noticias para la Historia de La Palma.

PÉREZ MORERA, Jesús: Magna Palmensis. Retrato de una Ciudad. «Ermita de El Planto». IDEM: Bernardo Manuel de Silva.

MARTÍN GONZÁLEZ; Miguel Ángel: La Historia de S/C de La Palma.

TRUJILLO RODRÍGUEZ, Alfonso: Retablo Barroco en Canarias.

PÉREZ GARCÍA, Jaime: Los Carmona de La Palma, artistas y artesanos.

 

 

 

Tercera entrega en este

 

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