UNA MITRA ROJA EN LA COLEGIATA DE ÚBEDA

Pablo Jesús Lorite Cruz (23/01/2017)


 

 
 
Anverso de la mitra

 

Dentro de la desconocida colección de ternos y textiles de la colegiata de Úbeda (Jaén), muy mermada por las largas y desordenadas restauraciones que ha tenido el edificio, olvidada y en cierto modo descontextualizada ha llegado a nuestros días una magnífica mitra del orden de las preciosas de color rojo (1). Antes de entrar en ella es preciso especificar que al presente es bastante extraño observar una mitra que no sea blanca o en complemento a este color, dorada o plateada, siendo en estos colores mucho más estandarizadas.

La pieza ubetense está realizada en terciopelo rojo con bordados de seda en perfecto estado de conservación, concretamente se trata de dos cardinales asimétricas que en cierto modo nos recuerdan a una tracería de un gusto en donde no se puede negar el gótico -muy afines esta clase de adornos en capillas laterales de las parroquias góticas ubetenses- y elaborada en base a un uso de sedas amarillas, celestes, verdes y plateadas, fundamentalmente, que han llegado a la actualidad con colores muy vivos sin la degradación que en las tonalidades rojizas suele ocurrir por la actuación de la luminosidad en años; bien porque haya estado muy guardada o incluso enterrada. Aun así ha sufrido diferentes pérdidas como las ínfulas y el ribete decorativo del reverso, siendo la parte peor conservada en el anverso.

Su tipología es medieval en tanto que los lados son rectos y no marca demasiado los picos. Es algo más alta que las medievales -45,5 x 35 cm- lo que nos llevaría a una pieza que no sería descabellado catalogar en el siglo XVII, e incluso por la riqueza de la misma y el color en el siglo XVI, sobre todo por el bordado in titulo de esa perfecta tracería; además entraría dentro del famoso dibujo evolutivo entre esos dos siglos recogido por Braun (2). Piensa Ildefonso Alcalá (3) que presenta una estructura muy peculiar por la falta de galón divisorio central y no presencia de cruz, lo que lleva a que se pueda tratar de un capillo (4) reconvertido en mitra.

Concerniente a su existencia en la colegiata ubetense de Santa María antes del Concilio Vaticano II se recuerda ubicada en un lugar aparte de la sacristía junto a una serie de manípulos (5), estolas y otras prendas menores; por tanto en la misma caja en la que la hemos podido observar guardada con esa serie de elementos. En este sentido no puede ser pieza hallada en la última restauración, sino que ya era guardada por importante y obviamente sin uso hace más de 50 años. Con el cierre en 1983 por amenaza de ruina del templo, se guarda en un almacén en donde permanece, pues tras su reapertura, casi tres décadas después, los antiguos ternos por su deterioro y espera de restauración no se devolvieron a los armarios y cajoneras de la sacristía principal.

 

 
 
Reverso de la mitra

 

Tras el análisis lo que conviene plantear es el porqué de la existencia de una mitra en la colegiata ubetense. Si tenemos en cuenta que Santa María de Úbeda no era una colegiata omnímoda como, por ejemplo, la de Osuna, y su primera silla post pontificalem no recaía en un abad, sino en el tesorero presidente (6) en un colegio en que esta dignidad era acompañada por un chantre, un vicario y un arcipreste (7) queda claro que ninguno de los cuatro principales canónigos en principio son dignidades mitradas.

En segundo lugar se podría plantear que sea una pieza que se guardara para las posibles visitas del obispo, que serían pocas; incluso cuando éste residiera en Baeza o en Begíjar. Aun así, en este supuesto caso sería blanca, no roja, ya que cuando una mitra presenta un color fuera del blanco y sus variantes, en el presente y en cierto modo en el pasado, es de uso para las fiestas que requieren de ese color litúrgico lo que restringiría su excepcionalidad mucho más. Por estas circunstancias creemos que se trata de una hipótesis descartable.

Una opción de llegada de dicha mitra a Úbeda puede estar basada en los obispos enterrados en la colegiata, de los cuáles no quedan sepulturas algunas por la triste historia del subsuelo del templo. Es posible que en alguna exhumación -en la actualidad no se conoce la ubicación de los libros de actas- se recuperara si tenemos en cuenta que en la mortaja de un obispo no es nada extraño el uso de la mitra roja, ya que suele ser el terno con el que normalmente se le vela e inhuma (incluyendo el Papa, aunque al presente la mitra utilizada es la simplex blanca), salvo que sea un santo prelado expuesto a la devoción, en cuyo caso el terno es blanco.

No sólo las mitras podían ser rojas. Es un color que, por ejemplo, podemos encontrar en la presentación de las tiaras pontificias en las tablas góticas. En imágenes de santos obispos ocurre lo mismo con las mitras, llegando con facilidad a la Edad Moderna. Ante estas circunstancias podemos entender que el uso del color rojo en estas prendas era más común de lo que en un principio por nuestra observación más directa suponemos; si al presente se conocen pocas, más bien se debe a que, por su mayor antigüedad y lo delicado de su material, no son demasiadas las que han llegado a la actualidad.

Otra tercera hipótesis es que se trate de una mitra perteneciente a una imagen de candelero de un santo obispo mártir de la que no haya quedado constancia; en este caso, aunque no lo descartamos, nos extraña que se guardara en la sacristía, aunque bien es cierto no se sabe desde qué fecha se encontraba allí. La mayor contradicción es que ningún erudito de principios del siglo XX describe imagen de esta clase, incluso de lo poco que especifican de la capilla de San Blas es su pobreza, nada de una imagen importante del santo patrón obispo de la difteria que muchas veces lleva a un niño a su lado señalándose la garganta (8)

 

 
 
San Blas con mitra roja, talla en madera anónima del siglo XVIII en la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán de Lucena (Córdoba).

 

La cuarta hipótesis que consideramos como la más importante es que la mitra pertenezca a un protonotario con privilegio de pontificales. En siglos pasados la mayoría de los protonotarios del rango que fueran a pesar de no ser obispos sí es cierto que por considerarse parte de la familia pontificia y ser el máximo rango que existía dentro de los presbíteros (a excepción de los cardenales diáconos no ordenados sacerdotes) tenían un uso restringido de pontificales, si bien en el mismo podían usar mitra (9). De hecho no es extraño encontrar armas de protonotarios y arcedianos que utilizando el timbre medieval usan mitra y báculo hacia el interior de una forma muy similar a los abades omnímodos (10).

La pregunta es si dentro de los canónigos ubetenses llegaron a existir algunos con el rango de protonotario titular seu honorarii. El clero de Úbeda era de mucho peso y la respuesta es afirmativa, un ejemplo de uno de las primeras décadas del siglo XVI es Pedro Becerra, quien funda la capilla de la Concepción de María y San Lorenzo (hoy de San Antonio de Padua) que es primera del lado de la epístola desde la cabecera. Nos indica Juan Higueras Maldonado, en su traducción de la bula por la que León X (11) concede a Pedro Becerra la erección de la capellanía el 24 de septiembre de 1515, que la presidencia de la colegiata en ese momento recaía en Becerra y que efectivamente era protonotario apostólico al dejar clara la bula que era "familiar", título que se les otorgaba a los miembros de la Casa Pontificia (12). No se conformó el ubetense con ser la primera silla post pontificalem de Santa María, sino que también era arcediano de la catedral de Jaén, lo que en cierto modo lo llevaría a ser uno de los arquitrabes del episcopado de Alonso Suárez de la Fuente del Sauce.

De hecho, Pedro Becerra deja muy clara su condición de protonotario en sus armas conservadas en las rejas de su capilla (13) en donde podemos ver un capelo con 18 borlas, 7 a cada lado (1-3-3); un extraño timbre de los que no tienen una clara explicación, variando de la norma general por algún privilegio desconocido, pero que es cercano al lógico de 12 borlas (6 a cada lado, formando 1-2-3), lo que a simple vista al no estar policromado nos lleva a una identificación episcopal imaginándonos el sinople (14); no obstante, mismo timbre en gules es de protonotario (15), pues se trata del color heráldico que indica vinculación con Roma.

Becerra no es el único canónigo de este título en la colegiata ubetense, Rodrigo de Sagredo también lo fue, formando parte de la compleja historia, nada clara, de la capilla de la Yedra y la extraña presencia de los Fernández de Córdoba (16). Curioso que ambas capillas por las que pululan protonotarios fueron las que recibieron los servicios del maestro Bartolomé en sus rejas. De ser la mitra de un protonotario específico sería difícil averiguar de cual, es más lógico suponer que fuera la mitra preciosa utilizada en los oficios por los diversos canónigos con rango de protonotarios apostólicos que, a lo largo de la Edad Moderna, pulularan por la colegiata ubetense y que tuvieran el privilegio de uso de este principal pontifical. Desde este punto de vista aún es una pieza de mayor interés, pues las mitras de protonotario apostólico son las más complejas de ser halladas en una colección de ternos litúrgicos.

A modo de conclusión volvemos a incidir que no podemos saber a quién en un principio perteneció la mitra y quienes posteriormente por lógica la pudieron utilizar; desde aquí lo que sí planteamos es que se trata de una pieza excepcional; en primer lugar por ser roja, en segundo por su bordado asimétrico en perfecto estado de conservación (hacemos hincapié en la fuerte coloración del terciopelo) y por último por la leve sospecha de que no sea una mitra episcopal, sino de otra clase de prelado muchísimo menos común como es el protonotario apostólico. Pieza digna de ser restaurada, expuesta y disfrutada en la Colegiata de Úbeda.

 

 
 
Armas del canónigo Pedro Becerra en la antigua capilla de la Concepción de María y de San Lorenzo (hoy de San Antonio de Padua).

 


 

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA

(1) Agradecemos a Sergio Ibar que nos haya mostrado la pieza, contribuyendo así al estudio, ampliación y difusión del patrimonio ubetense y en concreto de la historia de la colegiata.

(2) BRAUN, Joseph. Die Liturgische Gewandung im occident und orient. Friburgo, 1907, p. 475.

(3) Cronista de la ciudad de Jódar, agradecemos la conversación que mantuvimos sobre la pieza.

(4) Pieza posterior de una capa pluvial.

(5) Agradecemos la documentación oral a José Ruiz Herrera.

(6) SÁNCHEZ DE HALDO, Julián. Guía del estado eclesiástico seglar y regular de España e Indias para el año 1824. Imprenta de I. Sancha, Madrid 1824, p. 90.

(7) MOSCOSO DE SANDOVAL, Baltasar de. Constituciones sinodales del obispado de Jaén. Año 1624. Segunda Impresión, Pedro Joseph de Doblas, 1787. Libro IIII, título IIII, fol. 169 r.

(8) En un nicho en los pies del templo, concretamente en el lado del evangelio, existe una imagen de serie del santo obispo de devoción más universal; si bien, salvo este caso, no es Úbeda una ciudad con especiales devociones a santos mitrados.

(9) Al presente, la mayoría de los protonotarios no utilizan pontificales salvo casos muy excepcionales como Keith Newton, Ordinario del Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walshingham, que reúne a fieles anglicanos que han abrazado la fe católica en Inglaterra y Gales. Dicho protonotario, al proceder del anglicanismo en donde era obispo, estaba casado, por tanto no podía recibir la ordenación episcopal católica; sí ser convertido en protonotario y conservar los pontificales incluida la mitra.

(10) GUIGARD, Joannis. Armorial du Bibliophile. Librairie Bachelin-Deflorenne, París, 1870. Primera parte, p. 235. En este armorial encontramos el ejemplo de Jean Genest, que fue protonotario apostólico, arcediano y oficial del obispo de Nevers a principios del siglo XVII. Dicho protonotario timbra con mitra y báculo. En títulos es un personaje muy similar al caso del canónigo ubetense Pedro Becerra.

(11) En el siglo Juan Lorenzo de Médici, Sumo Pontífice Romano desde 1513 hasta 1521.

(12) Similar al trato de Primo del rey a la Grandes de España.

(13) BARRANCO DELGADO, Juan Gabriel. Escudos heráldicos de Úbeda. Editado por el autor, Úbeda, 2001, p. 63 y RUIZ GUERRERO, Antonio. Úbeda y su heráldica. El Olivo, Úbeda, 2000, p. 180.

(14) Es común esta clase de timbre en 7 borlas a cada lado que no queda clara, incluso en obispos. Un ejemplo cercano son los 4 blasones de las dos entradas de la colegiata de Santiago en Castellar de Santisteban, en donde Mendo de Benavides (obispo de Cartagena en España desde 1640 hasta 1644) utiliza la misma numeración.

(15) WOORWARD, Jonh. A treatise on ecclesiastical heraldry. W. and A.K. Johston, Edimburgo, 1894, p. 43.

(16) LORITE CRUZ, Pablo Jesús. "Un escudo episcopal de los Fernández de Córdoba en la capilla de la Yedra de la colegiata de Úbeda." Artículo publicado en Cuadernos de genealogía. Editada por la Asociación de Genealogía Hispana (HISPAGEN). Madrid. N.º 13, 2013, pp. 8-23.

 

 
 
Forro interior de la mitra

 

Nota de La Hornacina: Extracto del artículo publicado en el nº 7 de "Argentaria,
Revista de Historia, Cultural y Costumbrista de las Cuatro Villas", Jaén, 2017, pp. 1-7.

 

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