JESÚS DE MEDINACELI: EL CRISTO DE HELLÍN

Francisco José García Navarro (22/04/2024)


 

"La imagen de Jesús de Medinaceli llega a Hellín con el fin de despertar la fe de un barrio. El sacerdote José Alemán, que es quien la adquiere en Madrid, cumplió su objetivo plenamente al convertirse este Cristo no solo en un referente para su feligresía sino para todo Hellín."

 

 
 
Foto: Rafael Millán

 

La Semana Santa de Hellín

Hellín es un municipio con una población superior a los treinta mil habitantes, que se haya situado en el suroeste de la provincia de Albacete, siendo fronterizo con la Región de Murcia, a la cual se encuentra fuertemente vinculado. Su localización provoca que Hellín constituya un verdadero cruce de caminos entre la zona castellana, andaluza y de levante, algo que hace evidente en sus características geográficas en y las circunstancias de vida de sus habitantes.

La celebración de la Semana Santa en Hellín constituye, sin dudar a dudas, su principal manifestación cultural en la cual conviven, por un lado, sus tradicionales procesiones y, por otro, sus multitudinarias tamboradas, habiendo sido ambas vertientes de la Semana Santa hellinera declaradas de Interés Turístico Internacional en 2007.

La significativa visita del dominico San Vicente Ferrer, en abril de 1411, y la presencia de la Orden Franciscana desde 1524, constituyen los pilares sobre los que se sustentan los orígenes de las primeras celebraciones relativas a la Pasión de Cristo en Hellín, las cuales van a estar claramente influenciadas por la pertenencia a la histórica Diócesis de Cartagena.

La obra del gran Francisco Salzillo y Alcaraz, a lo largo de prácticamente todo el siglo XVIII, y posteriormente de sus seguidores también tendrá su efecto en Hellín, ya que primeramente el prolífico imaginero murciano contribuirá con su arte al engrandecimiento del patrimonio hellinero con la creación de significativas imágenes que se harían especialmente presentes en las procesiones de la época. Posteriormente, y ya dentro del siglo XIX serían otros escultores, todos ellos oriundos de la zona murciana y levantina, los que se encargarían paulatinamente de la realización de un buen número de pasos que vinieron a integrarse a las procesiones de Semana Santa, los cuales en un alto grado venían a ser variantes de los tradicionales modelos salzillescos.

Sería también durante la segunda mitad del siglo XIX cuando surgirían en Hellín las tamboradas, tal y como hoy son concebidas, ya que inicialmente los tamborileros participaban dentro de las procesiones que desde un punto eminentemente penitencial se habían venido celebrando desde el siglo XV, siendo a partir de 1859 cuando éstos van a comenzar a desvincularse de las mismas. También durante este período se produce la creación de un importante número de cofradías y hermandades, lo que provoca la desaparición del sistema de pujas a través del cual habían venido funcionando nuestras procesiones y la progresiva consolidación de nuestras celebraciones pasionarias.

La contienda civil desatada en España en 1936 supuso la pérdida del importante conjunto imaginero con el que contaba Hellín, lo que derivó a que a partir de 1939 comenzase a llevarse a cabo una ardua tarea realizada a lo largo de las décadas posteriores que ha supuesto recuperar todo lo perdido y además aumentar el inicial conjunto. De ello se han encargado imagineros de gran relieve, representantes de distintas escuelas, fundamentalmente la castellana, murciana y andaluza, entre los que se hallan Federico Coullaut-Valera Mendigutia, Víctor de los Ríos Campos, Manuel José Rodríguez Fernández-Andes o Mariano Benlliure y Gil, entre otros muchos a los que también se une el escultor hellinero José Zamorano y más recientemente artistas como José Antonio Hernández Navarro, Luís Álvarez Duarte o Fernando José Aguado Hernández.

Actualmente son treinta las cofradías y hermandades que desfilan cada año en Hellín, además de que existe algún proyecto para la creación de nuevos colectivos pasionarios que vengan a enriquecer nuestras procesiones, en las cuales se une nuestra propia idiosincrasia con influencias propias de los desfiles murcianos, andaluces y castellanos.

Todo este conjunto de fenómenos posibilita a que podemos definir a la Semana Santa de Hellín como un suceso único e irrepetible que tiene lugar cada primavera, en la que conviven en unas perfectas simbiosis nuestras tradicionales procesiones con las tamboradas más numerosas del mundo.

 

 
 
Foto: Nerea Marco

 

Jesús de Medinaceli en Hellín

Durante años todo era prácticamente una incógnita en torno a la imagen de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli venerada en Hellín, en lo que se refiere a su autoría. Únicamente era conocido que la esta imagen había sido adquirida en una tienda de artículos religiosos de Madrid por el sacerdote José Alemán Muñoz en torno al año 1947, aunque también existía cierta controversia en cuanto a dicha fecha (1).

El comercio de artículos religiosos La Fortuna localizado en la capital de España, propiedad de Teresa Tubau, es donde se compra la imagen que tendrá como destino la Iglesia de San Roque de Hellín. La razón por la cual José Alemán adquiere esta talla se debe a la especial veneración que las imágenes de Jesús de Medinaceli despiertan allá donde se encuentran. Seguramente el sacerdote quiso que su feligresía del Barrio de San Roque se identificara con esta imagen de Jesús y que la misma se convirtiera en un foco de fe para sus gentes, cosa que desde luego consiguió de manera sobresaliente prácticamente desde el mismo momento en el que la imagen comenzó a ser venerada.

Con motivo de la inminente celebración del cincuenta aniversario de la llegada de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli a Hellín en 1997, su Archicofradía comienza a trabajar en un libro que viniera a ilustrar la historia de la misma en Hellín desde su fundación. Es entonces cuando la Archicofradía se pone en contacto con Antonio Bonet Salamanca, persona con grandes conocimientos en el mundo de la imaginería religiosa española, para intentar poder encuadrar a la imagen hellinera. Finalmente se determinó que era el escultor madrileño Faustino Sanz Herranz el posible autor de la imagen del Cristo de Medinaceli de Hellín, algo que el escultor confirmó a través de una serie de fotografías que conservaba y que además eran las mismas que aparecían en un catálogo de la tienda La Fortuna de Madrid de 1948 (2) conservado en el Museo Taurino Cañamón de Hellín regentado por Rafael López Morales.

Las mencionadas fotografías que conservaba el escultor Faustino Sanz, y que también aparecían en el mencionado catálogo, recogían a la imagen de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli ya ubicada en Hellín, en la Iglesia de San Roque.

Presumiblemente la imagen fue costeada con los donativos recogidos entre sus fieles por el sacerdote y una vez en Hellín se le fueron proporcionando todo lo necesario para ser expuesta al culto y poder procesionar en Semana Santa, naciendo así la Archicofradía de la que es titular.

En 1947 es celebrado por primera vez en Hellín el tradicional Besapié del primer viernes del mes de marzo, tal y como sucede en todas aquellas localidades donde es venerado el Cristo de Medinaceli. También en aquel primer año es instaurada la tradicional procesión al Calvario celebrada el domingo siguiente al primer viernes, algo que sí que es una costumbre propia de Hellín y que no se repite en otras ciudades donde la imagen desfila únicamente en Semana Santa. Seguramente el hecho de realizar un cortejo procesional hasta el Calvario se derive de la cercanía existente entre el Barrio de San Roque y el popularmente conocido como Barrio de las Cuevas, en cuya parte más elevada se alza esta Ermita que es protagonista del Viernes Santo.

El boletín de información "Semana Santa de Hellín" publicado el 22 de febrero de 1948 recordaba lo acontecido el año anterior en torno a las celebraciones en honor al Cristo de Medinaceli y de sus líneas se desprende la gran acogida que la imagen había recibido por parte de los fieles. Estas eran algunas de las frases que recogía el artículo:

 

"No hace ni un año que esta imagen fue presentada a la veneración de los fieles, pero no debe extrañarnos que Ntro. Padre Jesús escuche y despache favorablemente las súplicas de sus devotos, ya que el pueblo de Hellín le tributó tan benévola acogida: su imagen y su trono fueron costeados rápidamente por donativos espontáneos. El primer viernes de Marzo constituyó una fervorosa romería, un desfile continuo hasta su altar desde la seis de la mañana a las doce y media de la noche. La procesión de penitencia del primer domingo de Marzo (casi sin previa organización) fue un acto tan espontaneo, tan concurrido y devoto, como pocas veces se ve."

 

La imagen de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli ya figuró en las procesiones de Semana Santa de 1947, aunque en aquella primera ocasión todos los que lo acompañaban no vestían atuendos nazarenos siendo al año siguiente cuando se confeccionan las primeras túnicas y escapularios para los miembros de la naciente Hermandad que como curiosidad llevaba el nombre de Santa Esclavitud de Ntro. Padre Jesús del Rescate, tal y como aparece en el estandarte estrenado aquel mismo año. Es frecuente que hermandades que llevan por llevan por titular a Jesús de Medinaceli adopten el título de esclavitud por el hecho de que la imagen original venerada en Madrid fue presa por los musulmanes.

También en 1948, y en torno al Cristo de Medinaceli, es constituida una banda de cornetas y tambores, siendo esta la agrupación el germen de las bandas de cornetas y tambores en Hellín.

A partir de su entronización, el Cristo de Medinaceli se convirtió en símbolo y seña del Barrio de San Roque y su devoción progresivamente se fue extendiendo a todo Hellín, que lo va a venerar especialmente en la jornada del primer viernes del mes de marzo y en la procesión popular celebrada dos días después cuando es masivamente acompañado.

Es evidente que aunque sea en las celebraciones de marzo cuando el fervor hacía el Ntro. Padre Jesús de Medinaceli es más palpable, la especial devoción que los hellineros sienten por este Cristo es evidenciable cualquier día del año a través de la importante cantidad de flores que lo acompañan en la Parroquia de San Roque o a través de la visita de sus fieles cualquier viernes del año.

Tres son las ocasiones en las que durante la Semana Santa, y siempre acompañado por la Banda Juventud Musical Hellín, la imagen de Jesús de Medinaceli recorre las calles de Hellín. Primeramente, será en la tarde de Miércoles Santo cuando es trasladado hasta el Templo de Ntra. Sra. de la Asunción para su posterior incorporación a la Procesión de la Oración del Huerto. En ese momento, la imagen del Cristo se mezcla entre los cientos de tamborileros que abarrotan las calles del centro de Hellín produciéndose una estampa que será difícil de olvidar al observarse como, con un ritmo pausado, las gentes se apartan para respetuosamente dejar pasar entre ellos al Cristo (3). Muchas lágrimas de emoción entre los hellineros surgen en esos instantes.

Ntro. Padre Jesús de Medinaceli formará parte de los cortejos procesionales del Miércoles Santo y del Jueves Santo, siendo precisamente en esta última jornada cuando el Cristo desfile escoltado en la Procesión del Silencio con miembros de la Policía Nacional. Así mismo, en la mañana de ese mismo día la imagen será conducida hasta la Residencia regentada por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa Jornet con el fin de que los residentes puedan disfrutar de la presencia de la sagrada imagen entre ellos, algo que viven con verdadero entusiasmo.

La mañana de Viernes Santo nos ofrece en Hellín una estampa única de la que también es parte la imagen de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli. Catorce grupos escultóricos ascienden hasta la explanada de la Ermita del Calvario, lugar dónde esperarán la llegada de la imagen de la Dolorosa ante la que se interpretará el canto de un Motete, hecho éste que se repite cada año desde hace más de dos centurias.

El regreso de la procesión hasta la Iglesia de la Asunción discurre en buena parte por el barrio de San Roque, siendo especialmente esperado el momento en el que el Cristo de Medinaceli transita ante la plaza donde se alza la Parroquia de San Roque. La imagen es encarada hacía su templo y aplausos y lágrimas surgen en los allí congregados, en ese instante en el que el Cristo saluda a todo su barrio. Precisamente allí retornará en la mañana de Sábado Santo, una vez celebrados todos los cortejos procesionales en los que interviene.

Por todo lo contado, y por mucho más que sería muy extenso poder recoger en un único y breve trabajo, es por lo que bien podemos decir que Jesús de Medinaceli es el Cristo de todo Hellín. Una imagen del Señor grabada en el corazón de los hellineros y que acompaña, a través de tantas estampas, la vida ordinaria de los habitantes de esta ciudad.

 

 
 
Foto: Antonio Yepes

 


 

NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA

(1) HERNÁNDEZ, R., MONTOYA, A. y MARÍN, R. (Coords). (1997). Archicofradía de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli. Cincuenta Aniversario, Hellín (1947-1997). Hellín: Archicofradía de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli.

(2) GARCÍA NAVARRO, F.J. (2019). Secretos Cofrades. Hellín: Asociación de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Hellín y Radio Hellín municipal.

(3) Ntro. Padre Jesús de Medinaceli (1948, 22 de febrero) Boletín de información Semana Santa de Hellín. n º 2. p. 3.

 

 
 
Foto: Andrés Campillo

 

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