LA OBRA DE LOS IMAGINEROS GENOVESES
Y SU PRESENCIA EN ANDALUCÍA

Jesús Abades


 

 

INTRODUCCIÓN

Hasta finales del siglo XVII, la imaginería del antiguo Reino de Sevilla procedía, en su mayoría, de la metrópoli sevillana, foco artístico, social y comercial de la zona durante las etapas renacentista, manierista y la primera fase del barroco, con artistas como Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa, Francisco de Ocampo y José de Arce, entre otros, como figuras principales.

Sin embargo, a partir de esa fecha y durante todo el siglo XVIII, se va a producir un desplazamiento del comercio internacional, la economía y la política a la ciudad de Cádiz, lo que conllevó que, junto a las influencias sevillanas (Montes de Oca o Hita del Castillo, por ejemplo) o granadinas (Ruiz del Peral) que subsistían en la ciudad, tuviera lugar una masiva afluencia de obras de arte, entre ellas imágenes procesionales y de culto interno, labradas por artistas procedentes de países extranjeros como Flandes (Peter Sterling) o, sobre todo, Italia, cuya influencia se extendió por otras poblaciones del Reino como Écija, Huelva, Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Ayamonte y, claro está, la propia Sevilla.

Dichas obras italianas provenían principalmente de tres núcleos artísticos: Génova, Venecia y Nápoles, y bien eran importadas de Italia por vía marítima o bien eran realizadas por imagineros del lugar que emigraban a nuestro país y fijaban su residencia en Cádiz, aunque también hubo algunos domiciliados en Sevilla. El mayor número de esculturas era realizado por el círculo de imagineros genoveses afincados en la capital gaditana, hasta el punto de que podemos hablar de una Escuela Gaditano-Genovesa de imaginería con personalidad propia, cuyas obras, como hemos apuntado, se propagaron por una buena parte del Reino de Sevilla.

 

 

JUAN BAUTISTA PATRONI

Aunque no sea representante al uso de la escuela genovesa, ya que su estilo es una mezcla de la misma y de los influjos del romanticismo y de los grandes maestros del academicismo sevillano, podemos comenzar con este imaginero genovés cuyo verdadero nombre era Giovanni Battista Patroni Quartín.

Según las investigaciones realizadas por el profesor García de la Concha, a pesar de que Patroni vino a Sevilla con tan sólo 12 años, su formación tuvo lugar bajo la batuta de otro imaginero italiano cuya identidad, por desgracia, se desconoce. Tras unos años de residir a caballo entre Sevilla, Cádiz y Málaga, se estableció definitivamente con 30 años en la capital hispalense, donde permaneció hasta su muerte (1).

Las obras documentadas más famosas de Patroni para Sevilla son las Santas Mujeres del paso del Encuentro con Nuestro Padre Jesús con la Cruz al Hombro que procesiona cada Jueves Santo la Cofradía del Valle (1805). Curiosamente, a pesar de tratarse de las más célebres, están a nuestro juicio dentro de lo más discreto de su producción, salvo la magnífica efigie de la Santa Mujer Verónica, obra erróneamente adjudicada durante mucho tiempo al pintor Andrea Rossi. Esta imagen ha sido recientemente restaurada por Enrique Gutiérrez Carrasquilla, quien, entre otros trabajos, sustituyó los brazos ortopédicos de la figura, realizados en material plástico, por otros de madera. Unos años antes a su ejecución (1799), Patroni hizo para la misma hermandad las tallas de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena, ambas de mayor enjundia artística, que procesionaban bajo palio junto a la Dolorosa y que desaparecieron del cortejo, aunque siguen manteniéndose al culto público.

También se le atribuyen a Patroni dos de las tallas gloriosas del Rosario que existen en la capital hispalense: la Virgen del Rosario de Triana y la Virgen del Rosario del templo de San Vicente. El hallazgo de una inscripción que reza "Mayorga Patroni escultor" en el interior del Cristo de la Humildad del municipio sevillano de Marchena, con motivo de su última restauración, ha hecho pensar que pudiera ser obra del genovés, aunque González Isidoro no lo incluye en su posterior catálogo de obras y atribuciones a Patroni (2). Recientemente, el historiador Martínez Alcalde ha atribuido al escultor la Virgen del Carmen que recibe culto en la capilla de las gradas del Salvador (3).

Fuera de Sevilla, nos encontramos con el Yacente del Carmen (Sanlúcar de Barrameda), realizado también en 1799, un San Antonio para la localidad onubense de Alájar (lamentablemente perdido en los disturbios de 1936) y la Inmaculada de Galaroza (Huelva), documentada en 1798 y desde nuestro punto de vista la mejor obra del italiano. Tal y como averiguaron los historiadores González Gómez y Carrasco Terriza a la hora de estudiar esta talla, parece ser que Patroni no policromaba ni estofaba sus obras, correspondiendo la labor, al menos en este caso, a Juan de Mata Boys David. El embalaje de la obra, para ser transportada de Sevilla a Galaroza, corrió a cargo del tallista sevillano Manuel Villarrica, y las preseas de plata fueron encargadas a Palomino. Por su labor en esta imagen, de talla completa y 132 cm de altura, Patroni cobró la cantidad de 700 reales (4), lo que nos puede dar una idea de sus tarifas para la Cofradía del Valle.

 

 

 

JÁCOME VELARDI

Imaginero italiano afincado en Cádiz del que se tienen muy escasas referencias. Se sabe que, en el año 1600, le encargan la venerada hechura de Nuestro Padre Jesús Nazareno del municipio gaditano de Arcos de la Frontera (un cristo de "estatura de dos varas, el cual ha de ser de pasta y encarnado y muy bien acabado (...) "con su cruz gruesa de color parda y parihuelas y peanas" (...) "por lo cual se me ha de dar treinta ducados") (5), siendo hasta el momento su única obra fechada en base a un documento en el que figura la firma del escultor.

También se tiene constancia que, en torno a las fechas de ejecución de la referida imagen, se estableció en la capital hispalense, donde realizó algunos trabajos, aunque se desconocen cuáles fueron y si, en la actualidad, se conservan. Tampoco se conoce con exactitud a qué escuela escultórica de Italia perteneció, aunque, por las fechas, es muy probable que procediera de Venecia o Florencia, ya que el grupo de imagineros genoveses no empezó a desplegarse en Cádiz y su entorno hasta finales del siglo XVII.

Durante mucho tiempo, se atribuyó a Velardi (también mal llamado Giacomo Velarde o Jaime Velardi en algunos círculos) la imagen del Nazareno de Cádiz, Regidor Perpetuo de la Ciudad y popularmente conocido como El Greñúo. Una atribución a todas luces insólita y descabellada, teniendo en cuenta las notables diferencias con el Nazareno de Arcos, tanto materiales (la imagen de la capital gaditana es de madera) como estilísticas (los rasgos arcaicos y hieráticos del Nazareno de Cádiz tienen muy poco que ver con la melancólica y afligida expresividad de la talla de Arcos). Para rizar el rizo, el historiador Tobaja Villegas atribuyó también a Velardi en 1988 la Virgen de la Soledad de la Parroquia de San Lorenzo (Sevilla), basándose en las semejanzas que presentaban ambas esculturas en la nariz, comisuras de los labios, mejillas, ojos orientalizados y óvalo de ambos rostros (6).

Todas estas atribuciones quedaron desterradas cuando Rodríguez Méndez e Inmaculada Ramírez restauraron en 1996 la venerada imagen del Nazareno de Cádiz. Los restauradores descubrieron en la talla una inscripción que atribuía la paternidad de la talla a un tal "Andrés de C..." y situaba la fecha de ejecución en torno a los años 1591 y 1602. El único imaginero que, con ese nombre, trabajaba por aquellas fechas en Sevilla era Andrés de Castillejos, de gran experiencia en la talla de retablos, con lo que el enigma quedó resuelto y el hallazgo impuso la lógica. Lo único que tienen en común el Nazareno de Arcos de la Frontera y el de Cádiz es el hecho de haber llegado a nosotros en un buen estado de conservación, a pesar de ciertas reformas como la sustitución del cabello tallado por peluca postiza y las nuevas manos de El Greñúo (que sufrió ambas intervenciones en torno a los años 1707 y 1713).

A raíz de la nueva autoría de Castillejos, no han faltado estudiosos que atribuyen ahora a este escultor la hechura de la sevillana Virgen de la Soledad de San Lorenzo, apoyando también su teoría en las semejanzas anteriores. No se puede negar que las fechas son muy apropiadas, pero hay que tener en cuenta la absoluta carencia documental y el hecho de que la Dolorosa ha sido bastante modificada a lo largo de su historia (transformación de una talla de bulto redondo a una imagen de candelero, colocación de ojos de cristal, varias encarnaduras, etcétera).

Sobre la Virgen del Socorro, Dolorosa titular de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Ayamonte (Huelva), existía el dato de que había sido realizada en el siglo XVIII por un escultor italiano residente en Sevilla, según documento encontrado en 1950 por el imaginero José Vázquez Sánchez al restaurar la imagen (7). Dicho documento se había dado por extraviado durante mucho tiempo, pero por lo que afirma la Guía Artística de la Provincia de Huelva, recientemente publicada por la Diputación onubense y la Fundación José Manuel Lara, el escrito parece haberse recuperado y reza que el autor de la talla no es otro que el escultor Jácome Velardi, quien la labraría hacia el año 1600 (8).

Ello supone, no sólo encontrarnos ante la segunda obra documentada de Velardi, sino también ante una de las Dolorosas de vestir más antiguas que se conservan en nuestra comunidad autónoma. Su procedencia foránea hace que se despegue de los modelos establecidos por los artistas sevillanos de la época, mostrándose con un patético gesto de  angustia logrado por un señalado fruncimiento de cejas, los ojos semicerrados y una pronunciada constricción de los labios hacia abajo. Las arcaicas manos, de tipo tenedor, delatan la antigüedad de la pieza.


BIBLIOGRAFÍA

(1) GARCÍA DE LA CONCHA DELGADO, Federico. La imaginería en Sevilla: Los pasos de misterio I, en Arte y Artesanos de la Semana Santa de Sevilla, editado por El Correo de Andalucía, Tomo IV, Sevilla, 2000.

(2) GONZÁLEZ ISIDORO, José. Juan Bautista Patroni y Quartín, un escultor genovés en la Sevilla de 1800, en Boletín de las Cofradías de Sevilla, Especial de la Cuaresma de 1998, Sevilla, 1998.

(3) Ibidem. http://www.lahornacina.com/articulossevilla4.htm

(4) GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA. Escultura Mariana Onubense, Huelva, 1981.

(5) MURCIANO, Carlos. De la Semana Santa Andaluza. Cristos Arcenses, en ABC, 6-4-1955.

(6) TOBAJA VILLEGAS, Manuel. Sobre la Cronología y Posible Autoría de La Soledad, en ABC, 22-02-1988.

(7) GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA. Escultura Mariana Onubense, Huelva, op. cit.

(8) A.A.V.V. Guía Artística de Huelva y su Provincia, Diputación de Huelva y Fundación José Manuel Lara, 2006.

 

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