LA VERA+CRUZ DE BENACAZÓN (SEVILLA). ARTE E HISTORIA

Con información de Francisco Rivas Rivas y Alfonso Álvarez-Ossorio Rivas


 

 

HISTORIA (I)

La Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, Nuestra Señora de la Sangre y María Santísima de los Dolores, del municipio sevillano de Benacazón, se funda en la Diócesis Hispalense en tiempo inmemorial, siendo 1511 el primer año que se conoce en su historia, pues, según dos Libros de Reglas de la Hermandad, fechados en 1722 y 1888, en ese año (1511) ya estaba fundada la Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y tenía "reglas aprobadas por donde regirse".

En el primero de estos libros, estampa su rúbrica y aprueba su contenido D. Francisco Ramos, Vicario General, en nombre del Arzobispo de Sevilla D. Felipe Gil de Taboada. El segundo de los libros (1888) tiene acta de aprobación fechada el 22 de mayo de 1912 en la que, entre otras cosas, dice: "Vistas y examinadas las reglas que preceden (...) las aprobamos cuanto ha lugar en derecho y mandamos que se cumplan en todas sus partes". Dicho acta fue firmado por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, D. Enrique Almaraz y Santos, y certificado por su Vicario de Visitas, Dr. D. Manuel Gómez. Asimismo, el Cardenal Arzobispo de Sevilla, D. Carlos Amigo Vallejo, promulgó en 2005 Decreto de Erección Canónica de la Hermandad confirmando el desconocimiento real de su fecha de fundación, y la certeza de que ya existía en 1511.

Algunas publicaciones dedicadas al tema de la Semana Santa en Sevilla y su provincia (1), vienen incidiendo en un error referente al Hospital de Sangre donde llegaron a residir las dos hermandades de Penitencia de la localidad, de manera que se corre el riesgo de que la repetición continuada de esta interpretación incorrecta termine por hacer que se asuma como exacta. Se hace preciso mencionar, en primer lugar, dónde está el error repetido que se ha venido publicando reiteradamente.

Tradicionalmente, la Hermandad de la Vera+Cruz ha defendido que el antiguo hospital era una pertenencia propia, que por avatares de la historia tuvo que ser dividida hasta llegar a la actual configuración de dos capillas en un mismo edificio, separadas tan solo por un tabique. En contra de esta idea, se ha esgrimido como prueba concluyente el pleito que ambas corporaciones mantuvieron en 1723 (2) por la propiedad de dicho edificio y la ejecución de las obras que eran necesarias en aquel momento para su supervivencia.

En primer lugar, hay una petición de los hermanos de la Cofradía de la Soledad para que se inste a los de la Cofradía de la Vera+Cruz a interrumpir de forma inmediata las obras que han iniciado en el edificio sin conocimiento ni consentimiento de la otra parte, rompiendo la concordia a la que las dos hermandades habían llegado poco antes para acometer los trabajos de forma conjunta y colocar las imágenes de ambas hermandades en un mismo lugar para que recibieran culto (3).

En segundo lugar, aparece un informe del párroco de Benacazón en dichas fechas. Es aquí donde reside la mayor parte de la problemática que ha podido suscitar polémica en torno a la posesión del edificio. En efecto: los hermanos de la Soledad alegan que la propiedad del edificio no es de los hermanos de la Vera+Cruz, sino que ambas hermandades, junto a la del Santísimo Sacramento, la gran olvidada en este asunto, habían residido en la misma "desde tiempos inmemoriales" (sic). El párroco confirma que el hospital no tiene más dueño que la propia villa, craso error como demostraremos más adelante, pero, y aquí está la parte principal del escrito del pleito, ignorada en todas las publicaciones hasta la fecha, que la hermandad de la Soledad no reside en el mencionado inmueble "sino desde hace pocos años" (4).

Nuestra labor emprende ahora una doble vertiente. Por una parte, demostrar la propiedad del hospital por parte de la cofradía de la Vera+Cruz, y, por otra, desentrañar los acontecimientos históricos que llevaron a ambas corporaciones a la situación que hemos planteado para 1723.

La primera de las cuestiones es de fácil resolución, puesto que sólo ha sido necesario una labor detallada de investigación en los archivos que existen en la provincia de Sevilla. Desgraciadamente, parece ser que esta tarea no se ha llevado a cabo de forma completa con anterioridad, dado que ha sido un archivo que se encontraba prácticamente intacto. En lo que a investigaciones referentes a Benacazón se trata, el que nos ha proporcionado las claves para resolver esta cuestión es el Archivo de Protocolos de Sanlúcar la Mayor (A.P.S.M.), donde están depositados los protocolos emanados de la escribanía de Benacazón entre 1577 y 1885.

En el primero de los legajos de esta serie (5), fechado en 1577, encontramos un documento que no deja lugar a equívocos. En el mismo, levantado el Sábado Santo de ese año, Beatriz Guillén dona a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz unas casas en la Calle Real de Benacazón para que en las mismas construyeran un Hospital "en el que se reúnan y se junte la disciplina la tarde del Jueves Santo". La descripción física y la ubicación geográfica coinciden plenamente con el edificio al que nos referimos, por lo que no cabe lugar a dudas sobre la propiedad inicial del mismo.

Además hemos documentado para el siglo XVII y comienzos del XVIII, constantes referencias al hospital como "de la Sangre" o "de la Vera+Cruz", haciendo referencias a los Titulares (6), pero nunca una mención a la Hermandad de la Soledad o a la del Santísimo Sacramento en relación con el Hospital. Sin embargo, esta relación sí está sobradamente demostrada con la Iglesia Parroquial de la villa (7).

 

 

HISTORIA (II)

Demostrado que la propiedad original del antiguo hospital perteneció sin lugar a dudas a la Hermandad de la Santa Vera+Cruz, habría que dilucidar qué circunstancias llevaron a la división definitiva del hospital y por qué motivo entraron en el mismo las hermandades de la Soledad y del Santísimo Sacramento.

Por ejemplo, el 3 de mayo de 1715 comparecen ante el escribano público los diputados de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad con el fin de levantar acta notarial de una serie de préstamos que acaban de conceder a algunos particulares, préstamos, que por cierto ascienden a cantidades muy elevadas, sinónimo de solvencia económica. Pero lo interesante de este documento es que los propios oficiales de la Soledad dicen que la hermandad radica en la Iglesia Parroquial de Benacazón, lo que desmiente cualquier asociación entre la Soledad y el Hospital con anterioridad a esta fecha de 1715 (8).

Creemos, por tanto, que, a invitación de la Hermandad de la Vera+Cruz, quienes veían en sus hermanos de la Soledad a quienes podían ayudarles a sufragar el coste de las obras, éstos entraron en el hospital, abandonando así la Iglesia Parroquial, quizás debido a que las relaciones con el párroco no atravesaban buenos momentos, como hemos podido apreciar en las palabras señaladas en el informe del párroco remitido al Vicario con ocasión del pleito de 1723 (9).

Por lo tanto, entre 1715 y 1722 la Hermandad de la Soledad llegó al Hospital, donde debió ser bien acogida por la Vera+Cruz. El problema se suscita cuando llega el tiempo de las obras, ya que nuestra corporación las acomete sin contar con el consentimiento de sus convecinos en el inmueble, basándose las actuaciones en el refuerzo de los muros y la reparación de la techumbre. Los hermanos de la Soledad, por el contrario, pretendieron echar abajo todo el edificio y levantarlo de nuevo, en una obra cara que sólo ellos podían costear, lo que indudablemente les habría dado derechos sobre la nueva estructura. Resulta interesante que la Hermandad de la Vera+Cruz en ningún momento ha perdido la conciencia histórica de la propiedad del edificio, pero parece claro que ninguno de los hermanos se acercó a Sanlúcar la Mayor a comprobar la existencia documental de la ya mencionada donación, o que si lo hizo, no sirvió de mucho. La solución final fue inevitable. Ya que las obras eran necesarias, e impracticables sin el concurso económico de la Soledad, y que el cura apoyaba las intenciones de los hermanos de la Vera+Cruz sobre cómo debía ser la reparación, pero no los derechos de propiedad que reclamaban; se llegó a la conclusión de que medio edificio en condiciones era mejor que uno derruido y sin posibilidad de reparación, de ahí que se optara por ver reconocida esa propiedad y por dividir el hospital en dos capillas, mediante una obra que debió ser costeada en gran parte por la Hermandad de la Soledad. A esta conclusión nos llevan no sólo los datos que, referentes a las misas dedicadas a las distintas imágenes encontramos a partir de esa fecha, ni el plano de la Calle Real que hemos podido reconstruir para 1733, en el que ya aparecen las dos capillas tal y como hoy las conocemos, sino también que hay que tener en cuenta la referencia que hemos hallado en el folio 23 y ss. del legajo 162 del A.P.S.M., en el que Pedro de Galves y su mujer Juana Suárez venden un cuarto de la casa a la Hermandad de la Vera+Cruz para que en él guarden sus enseres y sirva como almacén, lo que parece indicar que las dependencias que le han quedado a la corporación son reducidas y necesitan más espacio para conservar sus pertenencias.

Al final se llegó, o al menos eso suponemos a la luz de la documentación con que contamos, a un acuerdo que nos dejó una situación que aún hoy permanece, en el que se aprecia la división del hospital en dos capillas, una para cada una de las hermandades que en él permanecieron, ya que la del Santísimo Sacramento volvió a la Parroquia, donde la documentamos poco tiempo después. Se optó, creemos por la mejor solución, puesto que la misma garantizó a los hermanos de la Vera+Cruz la reparación del hospital y el reconocimiento hasta nuestros días de al menos la mitad de su propiedad, aún a costa de perder la otra parte.

De 1586 se conserva en el A.G.A.S. una relación de hermandades con Hospitales "propios o compartidos" con la advocación de la Cruz o San Sebastián (costumbre extendida en la época, que nos lleva a pensar que después de un tiempo de convivencia entre los dos hospitales de la villa, el de San Sebastián y el de la Vera+Cruz, ésta hermandad absorbió a la extinción del primero el título que ostentaba, pasando a ser conocido por el nombre del martir). Este listado, encargado por el provisor D. Íñigo Lizañana, incluye las hermandades de Vera+Cruz de Dos Hermanas, Las Cabezas, Huévar, Albaida, Benacazón, entre otras. (A.C.S., Libro Becerro).

Así además ha sido también confirmado por la Autoridad Eclesiástica del Arzobispado, en la aprobación de las Reglas de la Vera+Cruz de Benacazón en la que se hace referencia a la primitiva propiedad del Hospital de la Santa Vera+Cruz en el lugar que hoy ocupan las dos hermandades de penitencia del pueblo.

 

 

TITULARES (I)

El Cristo de la Vera+Cruz es un interesante Crucificado de autor anónimo, probablemente de origen castellano, que data del siglo XVI y se halla realizado telas de lino encoladas y policromadas sobre una ligera estructura de madera. Para la Profesora de Historia Medieval de la Universidad Pablo de Olavide, autora de una Tesis Doctoral sobre el origen de las Cofradías sevillanas, Dra. Dña. Silvia Mª Pérez González, este dato corrobora que la imagen fue concebida para ser portada en alto (con una cruz de un material liviano) por un clérigo en las primitivas procesiones de la hermandad en las noches del Jueves Santo, donde por cada pareja de hermanos con cirio, irían cuatro parejas de hermanos flagelantes o disciplinantes. Al término de la Estación Penitencial, se lavarían las heridas en el Hospital de la Hermandad poniendo sobre ellas vino macerado con romero.

Últimamente, la imagen de este impornente Crucificado ha sido relacionado por un sector de la crítica con la producción del escultor e imaginero Gaspar del Águila.

Se trata de una escultura sacra de estilo manierista, que conserva reminiscencias góticas visibles en su pelo natural y en la enagüilla de tela bordada, llamada también faldellín o columbario. En estos momentos se está llevando a cabo un riguroso estudio sobre la historia y autoría de la imagen por parte de un investigador imparcial que no ha sido contratado por la Hermandad de la Vera+Cruz, sino que se ha ofrecido a realizarlo y a mostrar a los hermanos sus conclusiones una vez finalizado el trabajo. 

Representa a Cristo muerto en la Cruz, asido a un madero cilíndrico y arbóreo por tres clavos. Ha sido restaurado por Antonio Eslava Rubio (1973), quien fijó la estructura interna de madera y talló un paño de pureza para eliminar la enagüilla, y por Silvia Martínez García-Otero y Juan Abad (1998), quienes recuperaron la policromía original e intervinieron el perizoma para adaptarlo a su aspecto original y recuperar la enagüilla.

 

 

TITULARES (II)

Respecto a la Virgen de los Dolores es una Dolorosa de gran calidad artística que ha sido atribuida al profesor de imaginería sevillano Cristóbal Ramos Tello, pudiendo fecharse su hechura en el último tercio del siglo XVIII. Estilísticamente, guarda notable parecido con la antigua titular de la cofradía sevillana de San Roque, desaparecida en 1936, así como con la Virgen de las Aguas de la Hermandad del Museo de Sevilla e incluso con el San Juan que acompaña a la Titular de la Hermandad del Silencio, obras ambas de mismo autor.

Se halla modelada en terracota policromada, con los ojos y cinco lágrimas de cristal y las pestañas superiores de pelo natural. Sufrió también una restauración en el año 1973 por parte del escultor e imaginero carmonense Antonio Eslava Rubio, quien hizo nuevo candelero de madera para erguirla (originalmente estaba de rodillas, postura común en las Dolorosas de Cristóbal Ramos) y realizó nuevas manos extendidas, también en madera, sustituyendo las antiguas de terracota entrelazadas.

 

 

ENSERES DESTACADOS

Del paso de la Virgen sobresalen el palio, el manto y la saya, todas ellas obras confeccionadas en el taller de bordado sevillano de Juan Manuel Rodríguez Ojeda a principios del siglo XX. Fueron pasadas a nuevo tejido y enriquecidas por Manuel Vela y Andrés Sánchez en la década de los 80.

Del paso del Crucificado merece destacarse la imaginería del artista sevillano Antonio Castillo Lastrucci que lo exorna y que procede del primitivo paso, adquirido en el año 1965 a la Cofradía de la Vera+Cruz de Sevilla capital. Estatuillas y relieves fueron restaurados por Manuel Escamilla Cabezas entre 1982 y 1986.

Se halla en la Capilla un Retablo de pequeñas dimensiones, de Francisco Dionisio de Ribas, fechado en 1660 y declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía.

Respecto a las preseas, podemos reseñar un juego de potencias del siglo XVIII, cincelado en plata de ley, una corona de espinas del XIX en plata dorada, y una corona labrada en plata de ley del siglo XVIII.

Por último, en cuanto a las insignias, el malogrado imaginero y bordador Pedro de la Rosa, confeccionó, junto a Manuel Fernández, el estandarte de la corporación, en hilo de oro y sedas de colores sobre terciopelo verde, y dos sayas para la Virgen, una bordada en oro y sedas sobre damasco y la otra sobre terciopelo morado.

 

 

NOTAS

(1) AA.VV., Misterios de Sevilla, volumen III, Ediciones Tartessos, Sevilla, 2003, pp. 186-188. Por citar solamente una de estas publicaciones.

(2) Archivo General del Arzobispado de Sevilla (A.G.A.S.) Sección III de Justicia, serie Hermandades Legajo 209, Documento 214. El documento tiene tres partes, la solicitud por parte de los hermanos de la Soledad, el requerimiento de la Vicaría al Párroco para que informe del asunto, y la respuesta de éste.

(3) Archivo de Protocolos de Sanlúcar la Mayor (A.P.S.M.) Legajo 161 (1.722-1.732). La hermandad de la Soledad en un poder notarial: "(nombres de los diputados) hermanos de la hermandad y cofradía titulada de la Soledad, sita en su hospital y capilla. Estando juntos de forma capitular, llamados a son de campana como es uso y costumbre en la dicha capilla... concedemos y decimos que sepan cuanto la expresada capilla y hospital que esta cofradía tiene está muy deteriorada de suerte que debe repararse su ruina para lo que se ha celebrado diferentes tratados y acuerdos para que uniéndose con los hermanos de la Cofradía de la Santa Vera+Cruz de esta villa, quienes se hallan en la misma necesidad de reparar su capilla, para que se bendiga un altar nuevo y una casa capilla que sea capaz para la colocación de las Santas Imágenes y depósito de los bienes de ambas". Se trata, como podemos ver, de una situación de buena avenencia entre ambas corporaciones.

(4) "ni a esta de la Soledad se le contaba este uso de la dicha Capilla", palabras de Juan Ramírez Méndez, 18 de febrero de 1723, en la tercera de las partes que tiene este documento. Ver nota (2).

(5) A.P.S.M. Legajo 149.

(6) A.P.S.M. Legajo 156 (1.686-1.691), testamento de Ana Rodríguez. "Mando y es mi voluntad se le compre de mi caudal un vestidito al niño de Nuestra Señora de la Sangre del Hospital desta villa". 1689. La Virgen de la Sangre fue la primitiva Titular mariana de la Hermandad de la Vera+Cruz.

(7) A.P.S.M. Legajo 159, testamento de Bernardo de Miguel: "...a la advocación del Santo Christo de la Soledad, que está en la Iglesia Parroquial de esta villa, una misa rezada". 1708. Dato que viene a confirmar la no presencia de la otra corporación en el hospital en este momento tan temprano.

(8) A.P.S.M. Legajo 160 (1.711-1.721).

(9) Véase nota (4)

 

Nota de La Hornacina: información y fotografías facilitadas por la Junta de Gobierno
de la Cofradía de la Vera+Cruz. Con información de Jesús Abades en el apartado TITULARES.

 

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