Sagrado Corazón de Jesús

Su destino es el retablo mayor de la Parroquia Sant Enric d'Ossó del municipio catalán de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Es la primera vez que el artista se adentra en esta popular iconografía, por lo que ha querido afrontarla como un reto. El resultado es una obra que se aleja de las líneas barrocas para encontrar una representación más sobria, contemporánea y profunda, sin renunciar al clasicismo.

Cristo aparece con una expresión serena y ungida, abriendo suavemente su túnica para mostrar su corazón llameante y coronado de espinas. El autor ha prescindido del manto, optando por una túnica sencilla cuyos paños, trabajados con especial esmero, aportan vida y realismo sin restar protagonismo a lo verdaderamente esencial: el corazón de Jesús que arde de amor por la humanidad.

Se trata de una escultura a tamaño natural (183 cm), tallada íntegramente en madera de cedro real, incluida su peana. Está estucada y policromada al óleo, técnica que Martín Nieto ha utilizado también para los ojos para aportar vida y dulzura a la mirada. En esta ocasión ha incorporado pestañas de pelo natural en el párpado superior, acentuando así la ternura y humanidad del divino rostro.

Para el corazón ha contado con la colaboración de Manuel Peña Suárez (estofado al temple) y Pablo de Haro (dorado). Junto a ellos su equipo habitual: Juan José Fernández Almagro (oficial), Antonio Jesús Ángel Verdugo (ayudante), Gonzalo Quesada (discípulo), además de las instantáneas de Jorge Cabrera.