Cristo crucificado

Obra realizada para Mellau (Austria) por encargo del sacerdote Thomas Huber. Es de tamaño natural (170 cm), representado vivo por expreso deseo del cliente, con la mirada frontal buscando el encuentro con los fieles. Ha sido tallado íntegramente en madera de cedro real, incluida la cruz de sección plana y rectangular a la que está sujeto con tres clavos. Este detalle, junto al amplio movimiento del sudario, obedece también a un requerimiento de Huber.

En el resto de la composición el escultor e imaginero moronense tuvo plena libertad de creación. El Crucificado apoya los pies y el peso del cuerpo sobre el supedáneo. La corona de espinas, también tallada en cedro, forma parte del mismo bloque craneal, como suele ser habitual en Martín Nieto. La expresión de Jesús está trabajada con especial cuidado para invitar al silencio contemplativo y la oración profunda. La policromía, realizada completamente al óleo, está ejecutada mediante veladuras suaves que realzan con delicadeza los signos de la Pasión.

El autor quiere expresar su agradecimiento a su equipo de trabajo: Juan José Fernández Almagro, Antonio Jesús Ángel Verdugo y su discípulo Gonzalo Quesada, así como a Jorge Cabrera por el excelente reportaje gráfico.