Esta obra en homenaje al genio de la música y la guitarra se ha ubicado en la Avenida de Bajo de Guía, nº 10, de la localidad gaditana. Escultura de tamaño natural, fundida en bronce y patinada por Bronces Artísticos (San Fernando de Henares, Madrid), con un peso muy cercano a la tonelada. El proyecto se remonta a diciembre de 2017.

La actitud en la que aparece Manolo Sanlúcar es la misma que el maestro le indicó al escultor-imaginero en su taller de Morón de la Frontera (Sevilla), en el verano de 2018: sentado en una silla, guitarra en mano, el pie derecho descalzo y subido en su alza pie, dejando caer el instrumento en su pierna derecha. La pierna y el pie izquierdo, calzado, se apoyan en el suelo, mientras que su antebrazo y mano derecha se apoyan en su guitarra. El brazo izquierdo se encuentra relajado entre sus piernas y su silla de enea. Su cabeza, un poco girada a la derecha, con la mirada serena y observante, el pelo hacia atrás y su característica barba. La vestimenta que lleva es sencilla tal y como quiso: pantalón de vestir suelto, camisa suelta y zapatos.

Según Martín Nieto, es una de las obras más complicadas que ha esculpido, ya que debía representar la esencia del maestro y a la vez su parecido, con el que llevamos muchos años identificando su música y su arte. Fue modelada previamente a tamaño natural en barro -proceso imprescindible para fundir una escultura a tamaño natural- con una estructura metálica y tela metálica como soporte.

A modo de peana, los tres libros escritos por Manolo Sanlúcar como base de la obra escultórica: "Manolo Sanlúcar. Sobre la guitarra flamenca", "El alma compartida" y "Fundamento de la guitarra flamenca". Una idea que realza la propia escultura y a la vez le da aún más sentido a la magnitud artística del compositor y guitarrista.