Con el título de Señor Dios de los Ejércitos y Príncipe de la Paz, aunque ya se la conoce como Cristo de los Guerrilleros, ha sido presentado hoy en Alicante este crucificado, realizado por Antonio Luis Troya Román, escultor e imaginero de Dos Hermanas (Sevilla), para la Capellanía Castrense del Mando de Operaciones Especiales con sede en dicha ciudad. Su presentación coincide con los actos del 101 aniversario de la fundación de la Legión.

Esta imagen en madera de cedro real, tallada y policromada al óleo, refleja muy bien el instante justamente posterior a la muerte de Cristo, cuando la cabeza acaba de desplomarse, el rostro adquiere serenidad tras el martirio sufrido, los brazos se caen, las rodillas se doblan y el cuerpo en general comienza a relajarse tras la tensión sufrida por la fuerza que ha hecho para mantenerse erguido en la cruz. Por tanto, la llaga del costado, de la que mana abundante sangre, debe tomarse más como una señal de que estamos ante una escultura de Jesús ya fallecido.

A la hora de resolver el cabello y la barba, la poderosa anatomía, el sudario anudado con una soga y la corona de espinas trabajada en el mismo bloque de la cabeza, el artista parte de los modelos clásicos de la Escuela sevillana, ajustándolos a un estilo personal en el que prevalece la bien tratada musculatura y los apacibles rasgos, conciliando fuerza y elegancia, grandeza y sensibilidad, así como una cierta austeridad formal acorde con su destino.