ROGIER VAN DER WEYDEN


 

 
 

El Descendimiento

Hacia 1435
220 cm x 262 cm
Museo Nacional del Prado de Madrid

 

Nacido en la ciudad belga de Tournai hacia el año 1399, Rogier van der Weyden murió en Bruselas en 1464. Pintor oficial de esta última ciudad, trabajó también para los duques de Borgoña. Según su amigo el cardenal Jouffroy, los cuadros de Van der Weyden "engalanaron las cortes de todos los reyes".

En el año 1445 el monarca Juan II de Castilla donó a la Cartuja de Miraflores (Burgos) un tríptico pintado por Van der Weyden. Las que fueron en su tiempo sus obras más conocidas, cuatro enormes tablas alegóricas de la Justicia para el Ayuntamiento de Bruselas, se destruyeron en 1695. Otros grandes cuadros de su mano, como el Descendimiento, la Virgen Durán y el Calvario, se exportaron a España.

Nunca se podrán explicar de manera definitiva y en toda su complejidad creaciones de Rogier van der Weyden como el Descendimiento, una de las más populares, y el Tríptico de Miraflores, así como el imponente Calvario, obras todas ellas que se elevan muy por encima de las circunstancias de la vida cotidiana.

 

 
 

Tríptico de Miraflores

Anterior a 1445
Óleo sobre tabla de roble
Gemäldegalerie, Staatliche Museen zu Berlin

 

Mención especial merece el Tríptico de los Siete Sacramentos, en el que las figuras, vestidas a la moda de la época, ocupan el espacio de una iglesia igualmente contemporánea. Sobre ellas se alza una cruz tan alta que roza la bóveda de la nave central y en la que hay un Crucificado de enormes proporciones. De tamaños muy distintos, ninguno de los demás personajes del tríptico guarda la escala del edificio.

Como su coetáneo Jan van Eyck, fallecido en 1441, Van der Weyden debió de descubrir siendo todavía joven que, aunque era capaz de pintar el mundo natural con toda fidelidad, podía hacer algo más que imitar la realidad inmediata. Tenía tanta sensibilidad para el tratamiento de las formas y las líneas que sus composiciones, basadas en armonías geométricas, llamaban la atención de inmediato y se grababan en la memoria.

Sabía también cómo manejar el color y las formas abstractas para intensificar la reacción emocional del espectador. Podía representar cualquier cosa con gran realismo, pero cuando le convenía ignoraba la lógica del espacio y la escala, o desdibujaba la diferencia entre realidad y escultura. Sus obras son tan bellas, ambiguas y fascinantes que obligan a volver sobre ellas una y otra vez: siempre se descubre algo nuevo.

 

 
     
     

El Calvario (antes, durante -eliminación de repintes- y después de la restauración)

Hacia 1457-1464
Óleo sobre tabla de roble
Patrimonio Nacional. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

     
     

 

El Calvario, procedente del Monasterio de San Lorenzo del Escorial, es una de las obras más impresionantes y originales del pintor por la grandeza y expresividad de sus figuras en una composición de extremada sencillez. Además, se trata de una de las escasas obras del pintor autentificada documentalmente desde que fue donada por el propio artista a la Cartuja de Scheut en Bruselas, su ubicación original.

Los diferentes emplazamientos y las distintas intervenciones a las que había sido sometido el Calvario a lo largo de más de 500 años habían influido tanto a nivel estético como en la conservación del soporte y la capa pictórica. Los trabajos de documentación técnica (dendrocronología, análisis de pigmentos, reflectografías de infrarrojos, radiografía y rayos ultravioletas), junto a las labores de restauración del soporte y de la superficie pictórica del Calvario han devuelto a la obra su estado original, permitiendo confirmar la autoría de Rogier Van der Weyden y concretar su datación en un período comprendido entre 1457, el año más temprano para la utilización de la tabla, y 1464, año de la muerte del pintor.

Tras su reciente restauración, se ha podido recuperar la verdadera sensación de tridimensionalidad de las figuras, cuyo volumen estaba tergiversado por una tupida película de repintes grisáceos. La nueva imagen radiográfica y la reflectografía de infrarrojos indican que fue una obra muy pensada, sin grandes cambios de composición, y con un dibujo subyacente extremadamente cuidado.

Para esta gran composición (324 x 194 cm) el pintor empleó catorce paneles de roble del Báltico que se armaron en sentido horizontal. La intervención actual ha consistido principalmente en estabilizar la tabla para recuperar su equilibrio y dotarla de un soporte secundario para permitir su manipulación sin dificultar su lectura. Este nuevo bastidor, que se adapta no solamente a la curvatura de la obra sino también a sus deformaciones intrínsecas, se une a la estructura original a través de muelles que permiten los movimientos naturales de la madera en plano y fuera del plano, en la dilatación, contracción y flexión para preservar su conservación.

Tras el estudio previo del estado inicial de la obra y una primera limpieza, se procedió a una intervención en profundidad para eliminar los añadidos que distorsionaban la verdadera calidad de Van der Weyden y completar las lagunas con un estuco tradicional para proceder después a su reintegración cromática.

 

 
 

La Virgen con el Niño (Madonna de Durán)

1435-1438
Óleo sobre tabla de roble
Museo Nacional del Prado de Madrid

 

Exposición Rogier Van der Weyden en el Museo Nacional del Prado de Madrid (Paseo del Prado, s/n) del 24 de marzo al 28 de junio de 2015. Horario de visitas: lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 19:00 horas. La publicación que acompaña la muestra, que tiene como título Rogier van der Weyden y los Reinos Peninsulares, está compuesta por dos textos de Lorne Campbell, comisario de la exposición y reconocido como el mayor especialista sobre el maestro de Tournai: Vida y obra de Rogier van der Weyden y Rogier van der Weyden y los Reinos Ibéricos, que introducirán al lector en el conocimiento del artista y su relación con España. También se incluye un texto de Carmen García-Frías, conservadora de pintura de Patrimonio Nacional, titulado La Recuperación de una Obra Maestra: el Calvario del Monasterio del Escorial de Rogier van der Weyden. Por otro lado, con motivo de la exposición se celebrará un simposio los días 5 y 6 de mayo de 2015 en donde se tratarán temas como la importancia de la restauración de la Crucifixión escurialense, las relaciones entre la pintura de Rogier van der Weyden y las distintas manifestaciones artísticas surgidas en los Países Bajos y Castilla, como la carrera del escultor bruselense Egas Cueman, o el impacto de los trabajos del pintor en los artistas de los reinos ibéricos. Las obras a gran escala realizadas por Rogier van der Weyden y sus seguidores (tablas, esculturas y tapices) serán las protagonistas tanto de la exposición como del simposio.

 

 
 

Tríptico de los Siete Sacramentos

Hacia 1450
Óleo sobre tabla de roble
Koninklijk Museum voor Schone Kunsten (Amberes)

 

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