MICHAELINA WAUTIER

28/07/2025


 

 
 

Autorretrato

 

Michaelina Wautier (1614/18–1689) es uno de los mayores redescubrimientos de la historia del arte de las últimas décadas. La artista cayó en el olvido tras su muerte y casi la totalidad de sus obras han sido atribuidas, a lo largo del tiempo, a otros artistas. Completamente desconocida hasta el siglo anterior, ahora se la considera una de las pintoras más importantes del siglo XVII y se la elogia como sucesora de Peter Paul Rubens y Anthony van Dyck.

Michaelina ocupó una situación destacada en la producción artística de su tiempo, que no solo la sitúa al nivel de otras pintoras más célebres como Lavinia Fontana o Artemisia Gentileschi, sino también al de muchos pintores masculinos. En efecto, y a diferencia de pintoras como Sofonisba Anguisola o Clara Peeters, trató tanto el retrato y la naturaleza muerta como la pintura de género y de devoción, así como los grandes y sofisticados cuadros de historia con multitud de figuras. Durante mucho tiempo, incluso se dudó de que su impresionante "Bacanal" fuera pintada por una mujer. Sus obras dan testimonio de una extraordinaria originalidad, un humor sutil y una valentía notable. Esta versatilidad excepcional se debió, como en el caso de Artemisia y de Sofonisba, al hecho de proceder de una familia de pintores, y nos habla no sólo de sus capacidades sino también de su ambición.

Al mismo tiempo, Michaelina Wautier continúa desconcertándonos: desconocemos su fecha de nacimiento y dónde se formó. Nacida en Mons, capital del Henao en el Flandes francófono, en el seno de una familia acomodada, Michaelina pasó allí buena parte de su vida, hasta que, hacia 1640, se instaló en Bruselas, donde lo había hecho previamente su hermano, el también insuficientemente conocido pintor Charles Wautier (1609-1703). Ambos hermanos permanecieron solteros y vivieron juntos, compaginando su producción artística con negocios en el mercado inmobiliario. Suponemos que Michaelina aprendió a pintar con su hermano Charles.

 

 
 

Bacanal

 

De Michaelina, tan sólo se conoce su producción realizada entre 1643 y 1659, esto es, cuando tenía entre 39 y 55 años de edad, aunque no falleció hasta 1689. En muchos casos vemos una fusión entre las corrientes derivadas del naturalismo romano y lombardo de raíz caravaggiesca con la tradición flamenca. Futuros estudios lograrán extender esta horquilla a otros años en los que bien pudo haber presentado un estilo diverso. Del corpus de una treintena de obras suyas que hoy se propone, solo la mitad están firmadas.

Michaelina desarrolló una producción en contacto con la corte de Bruselas regentada por el archiduque Guillermo Leopoldo, particularmente aficionado a las artes, y donde se cruzaron otros mecenas de la importancia de Cristina de Suecia o de Andrea Cantelmo. De hecho, el archiduque poseyó cuatro obras de Michaelina. El contacto con estos círculos de élite social y cultural se manifiestan a través de la propia obra de la pintura, la variedad y originalidad de cuya iconografía denotan un personaje con una formación cuidada. Precisamente, gracias a Leopoldo Guillermo, el Kunsthistorisches Museum de Viena posee la colección más grande del mundo de pinturas de Michaelina, incluyendo la mencionada "Bacanal", considerada por muchos expertos su obra maestra.

El virtuosismo de Michaelina y la calidad artística de sus pinturas están a la altura de contemporáneos como los citados Rubens o Van Dyck, invitándonos a redescubrir a Michaelina como una artista destacada de su tiempo. Su obra ofrece una perspectiva femenina contemporánea sobre temas pictóricos, tanto tradicionales como innovadores, y sobre el cuerpo masculino. La artista se perfila como una maestra de los sentidos y de la sensualidad.

 

 
 

La educación de la Virgen

 

Se especula sobre un posible viaje de los hermanos Wautier a Madrid, donde residía Jacques Wautier (1602-1656), el hermano mayor de ambos, que fue miembro del cuerpo de arqueros de la guardia real desde 1615. Así como de un viaje a Italia, dada la influencia italiana que se aprecia en la obra de ambos, pero que, como bien sugieren los expertos Van der Stighelen y Sanzsalazar, pudo haberse producido a partir de la importante presencia de obras italianas en las colecciones flamencas y a través de la obra de artistas de los Países Bajos que hicieron el viaje a Italia, a lo que se puede añadir el papel desempeñado por los numerosos apuntes que estos artistas y otros viajeros hubieron de haber traído consigo.

Ambos hermanos ofrecen una serie de influencias que se encuentran fuera del rubenismo en que, tradicionalmente, se ha encorsetado la pintura flamenca. Sus fuentes formales los muestran particularmente atentos a la producción de sus contemporáneos, no sólo en Bruselas y en el resto de Bélgica, sino también en otras regiones europeas. Estas fuentes, en ambos hermanos, van desde su compañero bruselense Michael Sweerts, al brujense Jacob van Oost I, al holandés Frans Hals, al amberino Van Dyck, pasando por Champaigne, el caravaggismo y el clasicismo romano-boloñés practicado, a un tiempo, por Van Loon y Abraham Janssens, junto con la impronta del clasicismo francés, quizá a través de la variante practicada en Lieja. No obstante, entre todas estas influencias hay que detenerse en la ejercida por la obra de José de Ribera, artista bien conocido en Bruselas en el siglo XVII.

Precisamente, la destacada obra de género de Michaelina se halla fuertemente emparentada a la de Sweerts, cuya obra anuncia la que desarrolla Murillo en Sevilla en directa relación con Bruselas y Amberes. Parte de la obra de su hermano Charles, excelente retratista y notable pintor de historia, también presenta una relación estrecha con la de Sweerts.

 

 
 

Dos niños haciendo pompas

 

Con la exposición Michaelina Wautier, pintora el Kunsthistorisches Museum de Viena dedica del 30 de septiembre de 2025 al 22 de febrero de 2026 una exposición a la que está considerada actualmente una de las artistas femeninas más destacadas del siglo XVII. La muestra, organizada con la colaboración de la Royal Academy of Arts de Londres, ofrecerá al público visitante la oportunidad de descubrir casi toda la obra de esta destacada pintora, junto con obras de contemporáneos como Peter Paul Rubens y Anthony van Dyck.

 

 
 

Dos niñas como las santas Inés y Dorotea

 

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