GUSTAU VIOLET


 

 

Gustau o Gustave Violet (Thuir, 1873 - Perpiñán, 1952) estudió arquitectura en la Acadèmie de Beaux-Arts de París, aunque ejerció fundamentalmente de escultor. Cultivó, sin embargo, otras disciplinas artísticas como la ilustración, la forja, la creación en cerámica, el diseño mobiliario y también la traducción y la escritura.

Terminados sus estudios en la ciudad de París, ejerció brevemente de arquitecto y participó entre los años 1903 y 1907 como escultor en varias exposiciones en el Salon des Artistes y el Salon d'Automne, a partir de las cuales empezó a ser reconocido por la crítica. Distanciado de los cánones estéticos de Auguste Rodin, no acabó de encontrar su encaje en los circuitos artísticos de la capital francesa y pronto (en el año 1903) volvió al Rosellón, donde estableció fuertes lazos con la gente, la cultura, el paisaje y las tradiciones de la Catalunya del Norte, sin perder los vínculos con París. En el año 1907, Violet publicó un manifiesto en defensa del arte regional, donde sostenía un arte basado en su gente, el paisaje y las tradiciones.

Violet fue uno de los escultores emergentes más relevantes en el París de los primeros años del siglo XX y, al mismo tiempo, fue uno de los artistas más comprometidos y significados con la cultura catalana en el Rosellón. Como escultor, trabajó la piedra, el mármol, el cobre y la tierra cocida.

Fue además un escultor transfronterizo que actuó como nexo común y vía de influencia entre los artistas del Condado de Rosellón y del Principado de Cataluña de principios del siglo XX. Violet representó la modernidad y los vínculos con el territorio al mismo tiempo, como introductor de algunas ideas estéticas que dieron forma a una plástica que se adelantó a la del Novecentismo, la reivindicación de un arte propio basado en las formas de vía tradicionales y la integración de un mismo corpus cultural de las Cataluñas del Norte y del Sur.

 

 

Su obra está presente en destacadas pinacotecas francesas y catalanas, pero también en espacios públicos, como el monumento -hecho a base de escultura, mosaico y hierro forjado- que alzó en Perpignan en 1924 en homenaje a los caídos en la Primera Guerra Mundial (imagen superior), así como otras decoraciones escultóricas en la Escuela Superior de Perpiñán. También fue el artífice, junto con el escultor Miquel Paredes, de los monumentos a los muertos de la Gran Guerra en Thuir, Colliure, Sant Llorenç de Cerdans y Prades.

Gustau Violet -que raramente firmaba sus obras- fue un gran defensor del anonimato del artesanado y de la creación de un arte para todos. En este sentido, la mayoría de sus obras eran seriadas, con un número limitado de ejemplares. Sus figuras en terracota peinada estaban inspiradas en los trabajos del campo y la vida campesina y representaban los tipos populares del Rosellón, la Cerdaña y el Conflent.

A principios de siglo, el Rosellón se convirtió en un auténtico laboratorio de experimentación artística en el que Violet jugó un papel capital, pero que tuvo también otros elementos relevantes, como la llegada de Henri Matisse a Colliure, la invitación de Arístides Maillol a artistas de diferentes culturas en Banyuls, el nacimiento del Fauvismo o la inminente eclosión de Céret como cuna del Cubismo.

Conocedor de la dramaturgia catalana, Gustau Violet impulsó el teatro de la naturaleza en el Rosellón y tradujo al francés El poble gris, de Santiago Rusiñol, con quien compartió experiencias e intercambios artísticos, como un viaje por la Mancha en 1905 para conmemorar el tricentenario de El Quijote o la exposición en la Galería Georges Petit de París (1906), donde Rusiñol presentó dieciséis óleos y Violet diecinueve esculturas. También escribió, junto con Josep Sebastià Pons, La font de l'Albera, musicada por Enric Morera.

 

 

Fotografía de Perpignan: Thierry Llansades

 

Los Museos de Sitges recuperan y reivindican la obra y la condición de artista del escultor Gustau Violet con una completa muestra que reúne 104 piezas suyas y de autores coetáneos en el Museo de Maricel (Fonollar s/n, Sitges) hasta el 21 de octubre de 2018. La exposición El escultor Gustau Violet: arte, pensamiento y territorio permite presentar una visión de su creatividad avanzada y moderna, así como su mirada al territorio, que resultó capital en el trazo de su obra. La exposición está organizada por Museos de Sitges, con la colaboración del Ayuntamiento de Sitges, Generalitat de Catalunya y Diputación de Barcelona. Sus comisarios son Ignasi Domènech, jefe de Colecciones de Museos de Sitges y la historiadora del arte Ester Barón. La exposición presenta obras inéditas y ofrece una fotografía de la modernidad que representó la escultura de Violet en el contexto del arte rosellonés de su época. En la muestra, las obras de Violet conviven con otras de Arísitdes Maillol, Paul Gauguin, Manolo Hugué, Esteve Terrús, Lluís Bausil, Marcel Giri o George-Daniel de Monfreid, entre otros. Las obras proceden de diversas colecciones como el Museé d'Art et d'Histoire de Narbona, el MNAC, el Museu del Disseny de Barcelona, el Museu d'Art de Sabadell, el Museu d'Art Jaume Morera (Lleida), el Museu Terrús d'Elna, la Biblioteca-Museu Víctor Balaguer de Vilanova y la Geltrú y los mismos Cau Ferrat y Museo de Maricel, entre otros. También ha recibido préstamos de archivos, bibliotecas, galerías de arte y colecciones particulares. Los dos comisarios han llevado a cabo una intensa labor de investigación, que ha permitido sacar a la luz obras desconocidas, que ahora se reúnen en el Museo de Maricel. Horarios martes a domingo (incluidos festivos), de 10:00 a 20:00 horas (del 1 al 21 de octubre hasta las 19:00 horas).

 

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