JOHANNES VERMEER

Última actualización: 09/02/2023


 

 

Existen pocos documentos sobre la vida de este extraordinario pintor, nacido en 1632. Según el estudioso Óscar Medel, hablar de Vermeer es hablar de un creador único, que no desdeñó las influencias pictóricas, pero que vivió al margen de ellas buscando un estilo propio en solitario, en parte por la imposibilidad física que le suponía ser padre de familia numerosa y estar al cuidado de once hijos.

Casi podemos hablar de una vocación hereditaria en Vermeer, pues su padre era marchante de obras de arte en la ciudad holandesa de Delft y el pintor heredó el negocio familiar, vendiendo cuadros de otros artistas al mismo tiempo que los suyos. Finalmente murió endeudado, en 1675, dejando una producción poco prolífica, pues en la actualidad sólo se contabilizan como auténticos 37 cuadros de su mano.

El auge que el arte de Vermeer experimentó desde el siglo XX, tras un largo tiempo de absoluto olvido, generó una gran demanda de cuadros y las falsificaciones comenzaron a circular en el mercado muy pronto, hasta el punto que podemos considerar su obra como una de las más y mejor falsificadas de la historia.

Maestro de la luz y del color, admirado por Vincent van Gogh y especialista en el retrato femenino, para el que, en ocasiones, sus propias hijas posaban como modelos, Vermeer tiene en su haber obras maestras de la pintura de todos los tiempos como "La encajera", "La lechera" (imagen superior), "Joven escribiendo" (imagen inferior), "La calleja", "El arte de la pintura", "Lectora en la ventana" o "El astrónomo".

 

 

Las últimas investigaciones han desenterrado nuevas fuentes que arrojan luz sobre el pintor y sus circunstancias personales. Como resultado, sabemos más sobre la posición social de Vermeer, su entorno de vida y sus contactos con artistas y conciudadanos. Entre otros factores, las modernas técnicas de escaneado han acelerado la investigación de Vermeer durante las últimas décadas.

Ahora sabemos que los padres de Vermeer tuvieron quince niños, cuatro de los cuales murieron jóvenes. Todos ellos fueron criados como católicos. Se conocen los nombres de bautismo de diez niños, incluyendo a Franciscus e Ignatius, quien lleva el nombre del fundador de los jesuitas, Ignacio de Loyola. Y es que el edificio contiguo a su casa era una misión jesuita con una iglesia escondida lo suficientemente grande para setecientos fieles, así como una escuela de niñas donde las hijas de Vermeer fueron bautizadas y educadas. Podemos suponer con seguridad que el pintor y su familia visitaron la misión con frecuencia.

Vermeer es uno de los pintores más famosos de los Países Bajos, junto con Rembrandt, Mondrian y el citado Van Gogh. Vivió y trabajó en Delft. Dejando a un lado el retrato "La joven de la perla" (imagen inferior), su obra de más repercusión mundial, el trabajo de Vermeer es mejor conocido por sus escenas interiores tranquilas e introvertidas, su uso sin precedentes de luces brillantes y coloridas, y su convincente ilusionismo.

El inventario de propiedades elaborado tras la muerte de Vermeer revela que aspiraba a llevar un estilo de vida doméstico católico. En la pared de su casa, que compartía con su esposa católica, su suegra y una gran cantidad de niños, colgaba una gran pintura que representaba la Crucifixión de Cristo, junto con otra de Santa Verónica con la tela que ella usó para limpiar el sudor y la sangre del rostro de Jesús. El arte devocional de este tipo es típico de una sala de oración católica. El escenario de su obra "Alegoría de la fe católica" es una habitación doméstica con una gran pintura de la Crucifixión en la pared. Del techo cuelga una esfera de vidrio reflectante, símbolo jesuita de la fe, pues Vermeer estaba claramente familiarizado con la literatura devocional jesuita.

 

 

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