HIROSHI SUGIMOTO


 

 

Artista multidisciplinar, Hiroshi Sugimoto trabaja con la fotografía, la escultura, la arquitectura y la instalación. En el campo de la fotografía está considerado como uno de los más importantes autores de las últimas décadas, con obra en colecciones como las del Metropolitan Museum y el Museum of Modern Art de Nueva York, el Smithsonian de Washington o la National Gallery y la Tate Gallery de Londres.

Sugimoto ha reinterpretado la tradición fotográfica clásica imprimiendo un giro conceptual a géneros como la naturaleza muerta, la fotografía abstracta, el retrato y la fotografía de la naturaleza. Gran intelectual y conocedor de la tradición artística y de la cultura clásica japonesa, su obra contiene una muy meditada carga conceptual que conduce al espectador a la reflexión filosófica. La vida, la muerte, el paso del tiempo, son algunos de sus temas habituales, usados en imágenes de una gran belleza visual y un elevado virtuosismo técnico que se ven acentuados por el uso habitual de grandes formatos.

La técnica juega un papel fundamental en su modo de entender la práctica fotográfica. Fiel seguidor de las enseñanzas técnicas de Ansel Adams, Sugimoto es un artesano maestro que rechaza la tecnología digital en favor de métodos tradicionales. Con ellos obtiene impresiones notables por su acaba perfección y verosimilitud y además logra capturar realidades naturalmente invisibles al ojo humano, jugando con la brecha que se produce entre lo percibido por el ojo y lo procesado por la mente.

De este modo sus imágenes consiguen revelar los puntos ciegos de nuestra experiencia en el mundo, interrogar al espectador acerca de su propia capacidad de percepción, situándole en los límites entre ilusión y realidad. En conjunto, la obra de Hiroshi Sugimoto constituye una profunda meditación en torno a la naturaleza de la percepción, la ilusión, la representación, la vida y la muerte.

 

 

Entre sus creaciones destaca la serie Theaters, que agrupa desde 1976 fotografías tomadas en cines clásicos y autocines. La luz que se refleja en sus pantallas es la única fuente lumínica de los oscuros interiores de las salas, cuyos diversos elementos decorativos se relacionan con el interés de Sugimoto por la arquitectura y los diseños estéticos del pasado. En conjunto, Theaters capta con maestría cuán inconmensurables son algunos conceptos relativos al tiempo: la larga durée de la película se comprime en una instantánea; el caudal acumulado de fugaces imágenes animadas se hace abstracto y al mismo tiempo intensamente concreto.

Mención especial merece la serie Portraits (1994-1999). Reúne fotografías de estudio de personalidades históricas moldeadas en cera, desde Enrique VIII con sus seis esposas, hasta Yasir Arafat o Juan Pablo II. Los sujetos representados son siniestramente verosímiles, casi hiperreales, gracias al magistral uso por el artista de las posibilidades técnicas de la cámara. Estas obras se crean a partir de montajes muy calculados: en su estudio, Sugimoto colocó las figuras de cera contra un fondo negro para conferirles una apariencia arquetípica y engrandecida. También utilizó un negativo blanco y negro de gran formato para conseguir una definición en los detalles y tonos que eleva las fotografías a los niveles de los retratos pictóricos históricos. Pese a su exacerbado realismo e impecable claridad, estos retratos de personajes que, en su mayoría, murieron hace tiempo, son imposibles. Es la tensión entre lo falsificado y lo real, lo animado y lo inanimado, la muerte y la vida, lo que confiere a estas efigies esa peculiar carga siniestra.

Otra de sus series, titulada Seascapes, compila desde 1980 fotografías de paisajes primigenios de mar y cielo tomadas en diversos lugares del mundo. Algunos paisajes fueron fotografiados de día, otros de noche; algunos son brumosos, con el horizonte apenas perceptible, mientras que otros presentan una nítida claridad que permite ver la forma de las olas. Pese al efecto romántico y casi místico de las obras, sus títulos son objetivos y documentales, en consonancia con las raíces del artista en el arte conceptual.

 

 

La serie Dioramas (1976-2012) reúne fotografías de tableaux de paisajes prehistóricos tomadas en su mayoría en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Esta fue la primera serie del artista pero en ella ya encontramos muchas de las características y los métodos que se repetirán a lo largo de su obra: el uso creativo de las posibilidades técnicas de la cámara; la tendencia a trabajar con objetos encontrados y situaciones dadas; la combinación de rigor conceptual y exquisita destreza técnica; y el potencial del blanco y negro para realzar y al mismo tiempo socavar la ilusión de realidad. Nos encontramos de nuevo ante un ejemplo del interés de Sugimoto por situar al espectador en la frontera entre lo animado y lo inanimado, al dotar a sujetos y paisajes sutilmente extraños a la imaginería contemporánea de una verosimilitud desconcertante. Son imágenes de animales embalsamados y humanos primitivos que parecen engañosamente reales, con las que el artista logra poner en entredicho nuestra percepción de la realidad y la fiabilidad de la fotografía como prueba. Dioramas plasma magistralmente la convicción de Sugimoto de que la cámara es una "máquina del tiempo", capaz de transportarnos a momentos lejanos del tiempo geológico y de la historia humana.

Creadas sin cámara, las fotografías de Lightning Fields registran desde 2006 los efectos que las descargas eléctricas producen en negativos fotográficos. En otras palabras, representan electricidad directamente aplicada sobre la película fotográfica. La belleza formal de las figuras a veces sugiere el contorno de un río o el cielo nocturno, pero también se vincula con la historia de la fotografía abstracta. Lightning Fields revela la fascinación de Sugimoto por la ciencia y los fenómenos de la naturaleza, poniendo en primer plano el vínculo que existe entre la experimentación propia del método científico y los métodos de la temprana fotografía del siglo XIX. En la práctica, Sugimoto recrea esos experimentos en su cuarto oscuro, homenajeando en particular al científico y fotógrafo William Fox Talbot, pionero en la representación fotográfica en negativo-positivo.

Nacido en Tokio en 1948, Hiroshi Sugimoto se traslada a Estados Unidos en 1970 para estudiar fotografía. Artista multidisciplinar, trabaja con la escultura, la arquitectura, la instalación y la fotografía, campo, este último, en el que está considerado como uno de los más importantes autores de la escena internacional. Su obra se encuentra en colecciones como las del Metropolitan Museum y el Museum of Modern Art de Nueva York, el Smithsonian de Washington o la National Gallery y la Tate Gallery de Londres. 

 

 

Exposición Hiroshi Sugimoto. Black Box hasta el 25 de septiembre de 2016 en la Sala Recoletos de la Fundación MAPFRE (Paseo de Recoletos 23, Madrid). Esta muestra, que ha contado con el comisariado de Philip Larratt-Smith, ofrece un panorama de sus series fotográficas más conocidas, algunas de ellas por terminar. Recorre así, a través de 41 obras de gran formato, cuarenta años de trabajo y anticipa próximas aportaciones. Sus obras se caracterizan por una gran belleza visual y un elevado virtuosismo técnico. El fotógrafo ha logrado reinterpretar algunos de los géneros más característicos de la tradición fotográfica clásica, rechazando la tecnología digital en favor de métodos tradicionales. En conjunto, la obra de Hiroshi Sugimoto constituye una profunda meditación en torno a la naturaleza de la percepción, la ilusión, la representación, la vida y la muerte. Horario: lunes, de 14:00 a 20:00 horas; martes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 11:00 a 19:00 horas.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com