ENRIQUE PÉREZ COMENDADOR


 

 

Escultor nacido en Hervás (Cáceres), en 1900. Seis años después, se traslada con su familia a Sevilla, donde a la edad de 14 años entra como discípulo del escultor Joaquín Bilbao. Posteriormente, recibe las enseñanzas de pintores como Virgilio Mattoni o Manuel González Santos. Enrique Aniano Pérez Comendador realizó también estudios en la Escuela de Artes e Industrias, donde logró licenciarse como perito aparejador.

En 1920 se establece en Madrid, donde abre taller y se imbuye del espíritu escultórico de artistas como Blay Fábregas o Capuz. En 1934 marcha pensionado a Roma, lo que unido a sus frecuentes viajes a Grecia y Egipto, país en el que llegó a ejercer la docencia, acaba conformando las cosmopolitas influencias estéticas que emanan de su estilo. Obtuvo la cátedra de modelado en 1941, la condición de académico en 1955 y, a lo largo de su trayectoria, recibió numerosos premios, caso del Nacional de Escultura en 1934. Falleció en 1981.

El arte de Pérez Comendador destaca sobremanera por el concienzudo estudio fisonómico y expresivo de sus trabajos, la maestría en el dibujo y en la composición de la pieza y, como hemos apuntado anteriormente, el gusto por las maneras propias de la antigüedad clásica.

De entre sus creaciones sobresalen poderosamente los retratos, como los realizados a "Vera Von Rychter" (1937), conservado en el sevillano Museo de Bellas Artes, o a "Mimí Roy" (imagen superior), con el que obtuvo la Tercera Medalla de la Exposición Nacional de 1924 y que actualmente se conserva en el Museo de Bellas Artes de Badajoz (MUBA). También destacó con sus monumentos civiles, repartidos por numerosas ciudades a lo largo y ancho del mundo, caso del dedicado a "Pedro de Valdivia" (1962) en Santiago de Chile, o la "lauda sepulcral de Alonso de Ercilla" para el municipio toledano de Ocaña (1959-1961).

Asimismo, fueron muy famosas sus series alegóricas ("La Juventud", 1939) y mitológicas ("Muerte de Adonis", 1930), así como sus aportaciones a la escultura religiosa, consideradas por la crítica entre las más destacadas del siglo XX, con piezas como el "San Francisco de Asís" de bronce (1977-1978) del Monasterio de Guadalupe (Cáceres), la talla de "San José con el Niño" (1946) de la parroquia onubense de la Purísima Concepción o el grupo procesional del "Traslado al Sepulcro" (1948-1951) que se halla en la localidad de Santillana del Mar (Cantabria), en el que el autor se autorretrató en la figura de San José de Arimatea.

 

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