ASIER MENDIZÁBAL


 

 

La obra de Asier Mendizábal (Ordizia, Gipuzkoa, 1973) presta especial atención a las relaciones entre forma, discurso e ideología. Todas las facetas de nuestra cultura más directa le sirven para configurar su particular mapa de ideas y para reflexionar sobre la ideología como elemento aglutinador de individuos. Su obra puede leerse como una crítica de ésta última, partiendo de la puesta en escena de las estructuras que le dan forma.

Algunos de sus trabajos versan sobre el lugar simbólico de la escultura formalista dentro del debate de la eficacia política del arte, tomando como ejemplo la vida de esculturas públicas que retratan insignes representantes de ciertas ideologías. Ejemplos de ello son Otxarkoaga (M-L) (2007) o Memorial (2009). La pieza fotográfica Otxarkoaga (M-L) recrea la recontextualización que tuvo lugar en el año 1993 de un monumento dedicado a Marx y Lenin: para permitir su colocación en la calle, una asociación de vecinos de Bilbao alojó el busto en una masa de piedra en forma de prisma. La escultura Memorial, por su parte, responde a la enigmática forma del marco que alojaba un busto de Vladímir Ilich Lenin (1870-1924), erigido en Londres por el arquitecto Berthold Lubetkin a principios de los años cuarenta del siglo XX, en un momento en el que aún se toleraba un reconocimiento así en Gran Bretaña. Los monumentos de ambas obras tienen en común, a pesar de proceder de contextos distintos, un diálogo entre el realismo de las figuras y el formalismo de sus marcos respectivos. También, en algún momento, ambos fueron objeto de reacciones iconoclastas y víctimas de desalojo o destrucción que despojaron al marco, la forma abstracta que alojaba las efigies, de su continente.

 

 

 

Otras obras de Asier Mendizábal son Figures and Prefigurations (Divers) (2009), The Staff that Matters (2009) y Auñamendi (2005). Las dos primeras reproducen fotomontajes de artistas que proceden de contextos ideológicos distintos pero llegan a soluciones formales parecidas. La última propone un uso similar, en este caso enciclopédico, de las tipologías fotográficas: las fotografías de la serie están reproducidas de las entradas de la Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco del año 1969.

En 2010 realizó Hard Edge y Soft Focus. Hard Edge consta de seis piezas de DM, aglomerado hecho con fibras de madera, resueltas escultóricamente reproduciendo un gesto de sustracción. Se gesta en un contexto muy estudiado: el término del título denomina, genéricamente, un lenguaje que se caracteriza por composiciones geométricas de bordes nítidos. Fue acuñado por un grupo de pintores californianos, y fue también el título de una muestra en la galería Denise René de parís en el año 1964. El Equipo 57 expondrá por última vez en ese mismo año en esta galería. Todo ello crea un contexto del cual surge un rasgo formal que se convertirá en síntoma: en contra de la rigidez analítica del lenguaje abstracto, aparece un gesto que lo desestabiliza e insiste en conceptos como la activación y dinamización del espacio y la estructura. La dimensión performativa que ello aporta, y que afirma que la subjetividad del artista interviene mediante un gesto severo en las formas geométricas, es invocada en Hard Edge como elemento simbólico, tal y como explica Asier Mendizábal.

 

 

Por su parte, Soft Focus se compone de 80 diapositivas que reproducen el inventario del Museo Etnográfico de San Telmo, que La Gran Enciclopedia Vasca encargó al fotógrafo Sigfrido Koch en el año 1976. La reproducción se ha manipulado con la veladura del filtro difusor, o soft focus, un rasgo de estilo de los paisajes y retratos idealizados que hacía Koch. La obra llama la atención sobre un rasgo de estilo que a menudo se ha desestimado como idealizante, esteticista y superficial. En este caso, el artista lo toma como significante en una operación simbólica, aludiendo a cuestiones recurrentes en su obra: los problemas de la representación de la identidad, de la etnografía como disciplina y de su relación siempre conflictiva con la fotografía y el documento.

Los trabajos de Asier Mendizábal también muestran una crítica de la ideología y una investigación muy profunda a propósito del signo. Con ello, el espectador llega a cuestionarse aquello que yace bajo una forma que nos ha venido dada y está aceptada, pero que puede tener soterrados múltiples significados distintos. Así, las complejas articulaciones que se crean entre la estética y la política, mediante el análisis del signo, de su materialidad como significante y de su habilidad para trascender ciertos significados eventualmente pueden devenir, en opinión del artista, emblemas políticos o sociales. Mendizábal traslada al lenguaje artístico acciones, situaciones y elementos de su realidad más cercana tanto en lo político como en lo social o lo musical.

 

 

El acercamiento multidisciplinar y transversal que hace a todas las problemáticas tocan de lleno las dificultades de representación del hecho político, así como los vacíos entre la actividad artística y ese "inconsciente político" presente en las producciones culturales, manifestaciones de la colectividad y movimientos de masas.

Asier Mendizábal estudió Bellas Artes en la Universidad del País Vasco (1996), y obtuvo una beca de residencia en Ámsterdam, en 2000. Ha estado presente en importantes exposiciones colectivas -Cine y Casi Cine (Museo Reina Sofía, 2003), Después de la Noticia (CCCB, Barcelona, 2003) y Manifiesta 5 (San Sebastián, 2004)- y su primera exposición individual fue en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), en 2008. En el año 2010 obtuvo el premio Ojo Crítico de Artes Plásticas. Actualmente vive y trabaja en Bilbao.

 

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