EUGENIO LUCAS VELÁZQUEZ


 

 
 
La ronda

 

Eugenio Lucas Velázquez nació en Madrid el 9 de febrero de 1817. Inició su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando aunque, al ser contrario a los métodos académicos, prefirió estudiar directamente a los grandes maestros de la pintura española en el Museo Nacional del Prado, donde realizó numerosas copias de Diego Velázquez y, sobre todo, de Francisco de Goya.

En 1850 pintó el techo, hoy desaparecido, del Teatro Real de Madrid. El 23 de junio de 1851 Isabel II le nombró pintor honorario de Cámara y, el 12 de julio de 1853, caballero de la Orden de Carlos III. Concurrió a la Exposición Internacional de París de 1855, año en el que fue designado para tasar las Pinturas Negras que Goya realizó en la Quinta del Sordo. En 1859 está documentada su participación en el Salón de París, así como su residencia en la capital de Francia.

En las obras de Goya, cuya esencia logró asimilar hasta el extremo de dificultar en ciertas ocasiones la correcta atribución de algunas obras poco estudiadas, encontró recursos técnicos y temáticos que adaptó y trasladó con maestría a sus pinturas y dibujos, lo que le ha llevado a ser considerado el mejor intérprete del universo goyesco. Sin embargo, el académico Antonio Méndez Casal habló de Lucas Velázquez en los siguientes términos:

 

"Un nuevo Lucas cosmopolita y elegante, radicalmente opuesto al popularizado, que al salir fuera de España se olvida de Goya, y ante la Naturaleza pinta como sabe, y sabiendo mucho nos lega obras espontáneas y bellas".

 

Lo anterior se debe a que Eugenio Lucas viajó más de lo que era común entre los artistas españoles de su época, lo que le permitió ampliar y enriquecer su visión del mundo, que reflejó con singular maestría en sus obras.

Y es que nuestro artista abordó temas muy característicos de la pintura romántica, como paisajes o escenas costumbristas, con un estilo predominantemente idealizado o fantástico, aunque al final de su carrera se acercó al realismo, sobre todo en los paisajes que reflejan los viajes que hizo entre 1868 y 1869: en el verano de 1868, junto al mecenas Victoriano Pedrorena, Lucas Velázquez salió de Madrid con destino a Venecia, recalando en localidades de la costa francesa (Villefranche o Niza), Mónaco, Suiza (Lucerna) e Italia (Milán, Ventimiglia, Florencia o Venecia). Un año después visitó el norte de España y el sur de Francia.

 

 
 
La revolución

 

Las obras pintadas durante sus viajes presentan un estilo y una técnica muy diferentes a lo que predomina en su vertiente más popular y comercial, la de seguidor de Goya, y constituyen una de las facetas menos conocidas de Lucas. Muestran a un artista experto y sereno que, seducido por los paisajes, arquitecturas y personajes que va descubriendo, los refleja ajustándose al natural con una técnica extraordinaria y un realismo refinado que le sitúan entre los más destacados dibujantes españoles de su tiempo.

En sus dibujos el autor demuestra su dominio de la captación del natural y de la técnica de la acuarela, un conjunto de dibujos que constituyen una crónica de sus viajes. Entre las técnicas empleadas hay acuarelas con toques de clarión, dibujos a lápiz y gouache, así como estudios solo a lápiz que componen un reportaje visual de los viajes que realizó en los dos últimos años de su vida.

Por otro lado, Lucas halló en las composiciones goyescas un extraordinario filón para desarrollar una pintura imaginativa, de pasiones desatadas, visiones fantásticas y escenas de gran dramatismo, dentro del más genuino espíritu romántico, fundamentalmente en escenas de Inquisición, aquelarres, brujerías, romerías, manolas y toros, temas todos ellos aprendidos de Goya, y que constituyen el núcleo más amplio de su fecunda carrera.

Lucas Velázquez es hoy valorado como uno de los grandes talentos del dibujo español del siglo XIX. Esta puesta en valor ha sido posible gracias al estudio de su trayectoria vital y artística y a la difusión de sus obras, tareas en las que José Lázaro Galdiano desempeñó un papel fundamental. José Lázaro coleccionó con tesón sus obras, también las de su hijo Lucas Villamil, y las difundió en las exposiciones monográficas que les dedicó en las ciudades de París (1936) y Nueva York (1942). 

Mantuvo estrecha amistad con el pintor Jenaro Pérez Villaamil, con el escritor Enrique Pérez Escrich, con el notario Ángel María de Pozas, con el músico y coleccionista Marcial Torres Adalid, con el escultor José Piquer y con el pintor francés Edouard Manet.

Separado de su mujer desde 1853, convivió con Francisca Villaamil con la que tuvo cuatro hijos, entre ellos el pintor Eugenio Lucas Villaamil (1858-1918), cuyas creaciones, amparadas también por Lázaro Galdiano, mantuvieron las características paternas, incluyendo la fascinación por Goya, aunque es cierto que incidió en una vertiente más pintoresquista y ecléctica. Lucas Velázquez Murió en Madrid el 11 de septiembre de 1870.

 

 
 
La santa comunión

 

Exposición Eugenio Lucas Velázquez. Dibujos de Viaje hasta el 16 de julio de 2017 en la Sala 6 del Museo Lázaro Galdiano (Calle Serrano 122, Madrid). Para esta muestra, comisariada por Carlos Sánchez Díez, se han seleccionado 40 dibujos de Eugenio Lucas, de los que 27 se muestran ahora por primera vez al público. El principal objetivo es dar a conocer una de las facetas menos conocidas del artista mediante una selección de los dibujos que hizo en sus viajes por Francia, Italia, Suiza y el norte de España entre 1868 y 1869. Horarios: martes a sábado, de 10:00 a 16:30 horas; domingo hasta las 15:00 horas; lunes, cerrado.

 

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