Pintor aspense, conocido mundialmente por sus retratos. Emigró a Francia y cosechó un gran éxito siendo un firme exponente de la pintura del cosmopolita barrio de Montmartre en París, ciudad que, a partir del siglo XIX, no dictó solamente la moda, sino también los movimientos del Arte.

José Galván nace en Aspe (Alicante) el 31 de julio de 1910, en el nº 2 de la Avenida 3 de Agosto (Antigua Posada), y fallece en la localidad alicantina de Benidorm el 25 de agosto de 2001. A los 19 años de edad, vivió en Alcoy (Alicante) y se formó artísticamente en la escuela industrial alcoyana, donde dibuja copias de óleos.

En Barcelona perfeccionó sus actividades pictóricas en Casa Chorba y en Casa del Libro, y se cultivó en el Real Círculo Artístico, donde asistió a las clases de los grandes maestros de la época. Fue en la capital de Cataluña donde empieza a exponer sus obras con gran éxito, destacando sus retratos y sus desnudos.

Sus obras pueden observarse en localidades francesas como Perpiñán y Montpelier, donde expuso en varias ocasiones. Fue en el año 1962 cuando es reconocido artísticamente como uno de los mejores retratistas del mundo al marcharse a París y exponer en el Salón de Arte Libre parisino.

En Montmartre recibió inevitablemente la influencia del Modernismo y del Impresionismo francés que él mismo reinventó de forma sublime al acercarlo al arte clásico español, haciendo de su forma de pintar un arte único, con ese sello genuino -en este caso, monumental, amplio y cepillado- que todo artista persigue.

En sus obras -que retratan sobre todo puertos, bailarines y coristas españoles, así como la ciudad de París y sus habitantes-, se mezclan el sentimentalismo de Murillo y la ternura del joven Goya, junto con el temperamento de Renoir; aunque también se aleja de este último al preferir la totalidad al detallismo, al mismo tiempo que sus obras resultan más suaves, cálidas y naturales que las del genio francés, tanto en los contrastes como en los movimientos de las figuras, llegando en algunas piezas a alcanzar un gran nivel de espiritualidad. Podríamos decir que Galván convirtió en poesía la prosa pictórica de Renoir.

José Galván es reclamado anualmente por el Ayuntamiento parisino para que exponga en los salones de la casa consistorial. Su consagración definitiva llegó finalmente en la Exposición de Pintores Españoles en París, organizada por los ministerios de cultura de Francia y España.

Es destacable que El Salvador contratara a Galván para que pintara 15 óleos de personalidades de dicho país americano. Actualmente, la obra de Galván está muy repartida por todo el mundo, debido a que, en su primera época en París, numerosos turistas de Montmartre, sobre todo estadounidenses, compraron sus retratos.