MICHIEL COXCIE


 

 

Nacido en Malinas (Bélgica), entonces centro religioso y judicial de los Países Bajos, el pintor Michiel Coxcie (1499-1592) fue uno de los artistas flamencos más influyentes del siglo XVI. Durante su vida fue llamado "El Rafael flamenco", testimonio de hasta qué punto su arte fue apreciado por sus contemporáneos; de hecho, para muchos fue el mejor pintor flamenco con influencia del Renacimiento italiano de su época.

Coxcie, también diseñador, recibió su aprendizaje en los años 20 del siglo XVI, en el estudio que Bernard van Orley, el primer pintor nórdico que practicó la técnica de la pintura al fresco, tenía en la ciudad de Bruselas. Posteriormente vivió una temporada en la ciudad de Haarlem (Holanda), donde copió a Jan van Scorel, para trasladarse luego a Roma, adoptando con gran acierto las maneras italianas.

Durante su estancia de, aproximadamente, nueve años en Roma, Coxcie fue nombrado miembro de la Academia de San Lucas y se convirtió en uno de los pintores más importantes de su tiempo. Allí estudió tanto la Antigüedad Clásica como las obras de arte de maestros renacentistas como Rafael Sanzio, Miguel Ángel Buonarroti o Leonardo Da Vinci. Se sabe que, siguiendo las enseñanzas de su maestro Bernard van Orley, realizó el fresco La Resurrección para la Basílica de San Pedro, hoy desaparecido.

En 1539 regresa a Flandes para desplegar unas maneras inscritas en el Romanismo de Amberes que fueron vistas como revolucionarias y muy apreciadas por sus coetáneos. No llegó a crear escuela, pero su pintura constituye un vínculo muy importante entre los primitivos flamencos y el barroco de Rubens. Se convirtió en uno de los pintores favoritos del emperador Carlos V y su hijo, hasta el punto que, con el tiempo, se convirtió en Pintor de Cámara del monarca Felipe II, para quien copia El Descendimiento de Rogier van der Weyden y el Retablo del Cordero Místico de Jan van Eyck. También adaptó composiciones de Jan Gossaert y Quintin Massys.

 

 

Junto con Tiziano, Michiel Coxcie recibió el encargo de decorar con pinturas murales el palacio que tenía en Binche (Bélgica) María de Hungría, hermana de Carlos V y Gobernadora de los Países Bajos entre los años 1531 y 1556. A continuación, fue comisionado por la corona española para la ejecución de innumerables dibujos y diseños para tapices, vidrieras y grabados, labor que pudo realizar gracias a su longevidad y a la ayuda de sus cuatro hijos: los también pintores Raphaël, Willem y Michiel II, y Anna, dedicada a la escultura.

La trayectoria artística de Coxcie abarcó casi todo el Quinientos, centuria marcada por la Reforma Protestante, la Contrarreforma Católica y los numerosos conflictos religiosos. En la primera década de la sublevación de los Países Bajos protestantes en contra del rey católico español, Coxcie tomó partido por los católicos, lo que le proporcionó mucho trabajo en ciudades como Amberes, Malinas y Bruselas para reponer docenas de retablos y otras obras de arte perdidas en el motín iconoclasta calvinista de 1566.

Aunque sus últimas obras no poseen la misma calidad que sus trabajos anteriores, Michiel Coxcie, cuyas mejores pinturas están firmadas y fechadas, prestó siempre especial atención a las representaciones de figuras femeninas, siempre elegantes y bien proporcionadas. En los cuerpos masculinos acentuó la anatomía y las posturas rebuscadas. No todo fueron alabanzas: tras su muerte (provocada, al igual que Murillo, por las heridas producidas tras caer de un andamio) el historiador Karel van Mander le acusó de ser un mero copista de Rafael, lo que unido a varias críticas sobre sus formas italianizantes dentro de la tradición flamenca (curiosamente, su mayor logro) hizo que progresivamente su figura se olvidara.

Pese a todo, pocos pintores flamencos disfrutaron de tanto respeto entre sus contemporáneos y pocos ejercieron una influencia tan decisiva en su época como Coxcie; una influencia, que continuó hasta bien entrado el siglo XVII y alcanzó, como hemos apuntado, a genios como Rubens. Sin embargo, con el transcurrir de los siglos, Michiel Coxcie, maestro además de prestigiosos flamencos del barroco como Gaspar de Crayer, cayó poco a poco en el mencionado olvido y hoy en día el público en general empieza a conocer de nuevo su nombre.

 

 

El Museo de Lovaina exhibe hasta el 23 de febrero de 2014 la primera retrospectiva del maestro flamenco Michiel Coxcie (1499-1592). La exposición Michiel Coxcie. El Rafael Flamenco, comisariada por Koenraad Jonckheere y Peter Carpreau, no solo arroja nueva luz sobre la obra inventiva y el genio artístico de Coxcie, comparado en su momento con el gran renacentista italiano Rafael Sanzio, sino que también muestra la gran influencia de Michiel Coxcie sobre el Renacimiento en los Países Bajos. Enmarcado dentro de un periodo donde hoy pesa mucho en las memorias el nombre de Pieter Brueghel el Viejo, este evento viene a demostrar también que la vida artística en los territorios de Flandes fue mucho más rica y variada de lo que el público piensa.

 

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