CAMILLE CLAUDEL


 

Camille Claudel es un personaje fascinante y una artista de excelente calidad. Su trágico destino como alumna y amante de Rodin la ha convertido en una auténtica leyenda, en la imagen de una mujer víctima de un maestro despótico, de una familia ingrata y de una sociedad cerrada y misógina.

Su atormentada existencia no esconde, sin embargo, la calidad de su producción y la extraordinaria modernidad de sus obras. Camille Claudel revolucionó, junto a su maestro Rodin, la expresión escultórica de su tiempo. Fue una de las pocas mujeres artistas de ese momento que tuvo acceso a modelos desnudos. Su exquisita habilidad técnica le permitió zafarse del academicismo para dotar a sus figuras de emoción y vitalidad. Sus primeras obras llevan el sello indiscutible de Rodin, pero, en las piezas consagradas de este artista, también advertimos claramente la influencia de Camille. Cuentan, sin embargo, que Rodin temía que Camille le hiciese sombra y nunca la ayudó a salir adelante. El otro gran hombre en la vida de Camille, su hermano Paul Claudel, no pudo soportar la relación de ésta con su maestro, y se alejó de ella para siempre: “Todos esos maravillosos dones que la naturaleza le había otorgado no han servido más que para traerle la desgracia”, decía su hermano.

Sola y sin recursos, Camille se sumió en una crisis depresiva y empezó a destruir sistemáticamente todas sus obras. En 1913, su familia la encierra en el sanatorio psiquiátrico de Montdevergues, de dónde no saldrá jamás. Gracias a unos documentos encontrados recientemente, sabemos que a su ingreso se le diagnosticó “una sistemática manía persecutoria”, acompañada de “delirios de grandeza”, por los que se creía víctima de “los ataques criminales de un famoso escultor”. Lúcida y desesperada, Camille escribió numerosas cartas durante su encierro, exigiendo a gritos que la liberaran. Nunca salió de allí. Murió 30 años después,

Los años de formación de Camille Claudel se resumen a través de los magníficos retratos que la escultora realizó de su familia. Debemos tener en cuenta que los modelos que posaban para las esculturas eran muy caros, por lo que toda mujer artista, generalmente con escasos recursos para costear su arte, debía valerse de modelos de su familia. En 1883, entra como aprendiz en el taller de Rodin. Durante estos primeros años, se produce entre ambos un clima de colaboración y enfrentamiento que enriquece la obra de los dos artistas.

 

 

En 1888, Rodin alquila en el Boulevard d´Italie un taller llamado La Folie Payen para trabajar exclusivamente con Camille. Ella le ayuda en la realización de obras importantes como Los Burgueses de Calais o la monumental Puerta del Infierno. Ambos se inspiran sus grandes obras que, en determinados momentos, parecen dialogar: El Eterno Ídolo, de Rodin, con Sakountala, de Claudel, o El Beso, del escultor, frente a El Abandono, de Camille… Juntos frecuentan los ambientes artísticos y culturales de la época, y pasan largos periodos fuera de la ciudad. Sin embargo, Rodin, estaba también unido a otra mujer, la costurera Rose Beuret, a la que nunca se planteó dejar para casarse con Camille, ni siquiera cuando ésta se quedó embarazada de un hijo que nunca llegó a nacer.

Los celos amorosos y artísticos fueron minando poco a poco la relación. En los ambientes artísticos Claudel sólo era reconocida por ser la amante de Rodin, a pesar de que él había declarado: “le he enseñado dónde encontrar oro, pero el oro que encuentre le pertenece a ella”. Claudel, por su parte, comenzó a obsesionarse con los plagios que le hacía Rodin, y la rivalidad entre ambos fue creciendo. En 1898, rompen definitivamente. Curiosamente, ese mismo año, en marzo, Mathias Morhardt escribe en el Mercure de France su artículo “Mlle Camille Claudel”, primer verdadero artículo consagrando a la artista.

En sus últimos años junto a Rodin, Camille desarrolla su verdadera personalidad a través de varios grupos de obras que la consagrarían definitivamente: Las diferentes versiones de La Valse o de La Petite Châtelaine se han convertido en sus obras más representativas de este periodo, junto con los exquisitos estudios del natural que realiza en obras como Clotho, Les Causeuses o La Vague.

Para todos, la obra que materializa su ruptura con Rodin es, sin duda, L´Âge Mûr (La Edad Madura), iniciada cuando aún se mantenía su relación. Según la interpretación de Paul Claudel, la obra muestra a Rodin desnudo, retenido por Camille -arrodillada, desnuda y suplicante- y arrastrado por una vieja (Rose Beuret, la verdadera mujer de Rodin) disfrazada de muerte. Los diferentes estudios y versiones de esta gran obra, quizá la más famosa de Camille, muestran la enorme maestría y la exquisitez técnica que alcanzó su escultura, a la vez que se convierten en testimonio del desgarro físico e intelectual que supuso para la artista su ruptura con Rodin.

Comienza entonces una etapa de creación frenética. Camille Claudel se encierra en su estudio, rodeada de sus gatos, explorando con avidez la interioridad del alma femenina. Obras tan delicadas como Rêve au Coin du Feu o La Profonde Pensée, así lo demuestran.

Su aislamiento comenzó a ser cada vez mayor. Cerca del año 1905 empezó a sufrir crisis cada vez más frecuentes, y se sabe que destruyó buena parte de su obra. En París, en diciembre de 1905 se organizó la que sería su última gran exposición. Como hemos comentado, murió sola en el sanatorio de Montdevergues. Su familia nunca permitió que saliera de allí, a pesar de su evidente recuperación y de su lucidez en sus últimos años. “No he hecho todo lo que he hecho para terminar recluida en un sanatorio. Merecía algo más”, decía Camille Claudel en una de sus cartas escritas desde el psiquiátrico.

 

Noticia Relacionada en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com