JEROEN ANTHONISZOON VAN AKEN - HIERONYMUS BOSCH - EL BOSCO


 

 

Hijo y nieto de pintores, Jheronimus o Hieronymus Bosch (hacia 1450-1516) creó un estilo personal y ajeno a las corrientes pictóricas imperantes, poseedor de unas extraordinarias dotes técnicas al servicio de su propio mundo fabulado. Ello, precisamente, constituye su más importante aportación a la historia de la pintura: la elaboración de un nuevo vocabulario fantástico, que sorprendió en su época y sigue sorprendiendo hoy en día, influyendo en numerosos pintores, caso de Brueghel El Viejo, y llegando hasta los surrealistas del siglo XX.

El apodo de El Bosco procede de Hertogenbosch, su ciudad natal, situada en la región holandesa de Brabante septentrional, donde se cree que permaneció toda su vida. A pesar de la poca documentación existente sobre su vida, sabemos que a partir de 1486 se le cita como nuevo miembro de la Hermandad de Nuestra Señora, una cofradía de espíritu ascético y fustigadora de los pecados, lo que contribuye a reforzar la teoría de que sus obras se inspiraban en una corporación religiosa de la citada localidad de los Países Bajos.

La pintura de El Bosco ha provocado todo tipo de interpretaciones entre los expertos, desde la alquímica hasta la psicoanalítica, como si su obra fuera la de un neurótico que exige unas herramientas especiales para llegar a entenderla. Sin negar esta complejidad, quizás la clave de sus creaciones se encuentre en el espíritu moralizador y en el ataque a todos los vicios que sus creaciones transpiran. Muchos han calificado a El Bosco como un pintor del gótico tardío, atado a ciertas fórmulas medievales; otra interpretación diferente sería ver en este personal y extraño pintor un adelantado del manierismo, con una pintura tensa, enigmática y crítica que presagia y vive la crisis ideológica del siglo XVI.

Su técnica es diferente a la de los primitivos flamencos, pues ya no le interesaba tanto la minuciosidad exquisita ni el espacio libre y empírico, sino que estaba más atento al tema, que le obsesionaba, con una pincelada rápida que la urgencia del mensaje parecía exigirle. Asimismo, sus temas religiosos resultan distintos a lo habitual, pues no se limitan a personajes sagrados, sino que acogen a la masa de testigos ordinarios, colocando los sucesos religiosos en un marco flamenco contemporáneo y creando crueles caricaturas de las flaquezas humanas.

 

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