LLUÍS BONIFAÇ I MASSÓ


 

 

La mermada obra de este escultor y ensamblador de Valls (Tarragona) representa el tránsito del barroco al academicismo. Nacido en 1730 y fallecido en 1786, fue aceptado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en el año 1763, después de labrar en alabastro un soberbio altorrelieve de San Sebastián (en la fotografía). De estilo neoclásico, representa al santo tras el martirio, sentado a los pies del árbol donde fue amarrado, mientras Irene y Lucila le arrancan las flechas y curan sus heridas.

Otras obras del artista, considerado el canto del cisne de la escultura barroca catalana, son los pasos del Descendimiento de la Cruz y la Soledad, para su Valls natal, y un Sant Joan para el retablo de Cubelles (1764). También se cuentan trabajos en los monasterios de Poblet, Escaladei y Vallbona de les Monges, así como en los santuarios de la Misericòrdia, de Reus, y del Remei, de Alcover.

Bonifaç es autor igualmente de la espléndida Llitera de la Mare de Déu, en Riuderols. Sin embargo, su obra más interesante y ambiciosa, la Sillería del Coro de la Catedral de Lleida (1774-1779), no ha llegado hasta nosotros, pues fue destruida en 1936. Se conservan fotografías y dibujos de la pieza, compuesta nada más y nada menos que por 153 relieves escultóricos, la mayoría de santos catalanes.

También se perdieron en los disturbios de la Guerra Civil obras como el San Miguel de la Iglesia de San Miguel del Puerto, en Barcelona (1775); el prodigioso misterio de Cristo Atado a la Columna, de la Selva del Camp (1766), de cruento realismo anatómico, y el retablo de la Verge de Paretdelgada (1764).

 

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