MANUEL BERET Y MATEOS

Miguel Ángel Castellano Pavón


 

 

Durante los años de la posguerra, muchas fueron las personas que para poder salir adelante en aquellos tiempos de penurias, compaginaban su trabajo con los más dispares quehaceres, aun sin tener estudios ni formación para acometerlos. Quizás este sea el caso de Manuel Beret y Mateo, de cuna sevillana y hermano de la Hermandad de Pasión. Tenía a orgullo que, siendo ayudante del sacristán del Divino Salvador, participaba en la ceremonia íntima de vestir a la Dolorosa de la hermandad, así como de haber sido partícipe en la entrada como hermano del por entonces Príncipe de Asturias, don Juan Carlos de Borbón.

Llegó a Cádiz instalándose en la calle Enrique de las Marinas nº 28, y ejerciendo sus múltiples ocupaciones en un local en la calle Hospital de Mujeres, esquina a Juan de Dios nº 11. A aquel local acudía la más diversa clientela, la cual le confiaba infinidad de figuras, jarrones, y sobre todo santos, para que en sus posibilidades fueran remediados las anomalías y deterioros producidos por roturas o bien por el paso de los años.

Poseía Manolo -Manolito "El Embrujo" para los conocidos-, un don especial de palabra que sabía manejar a la perfección a la hora de conectar con sus clientes. Hombre religioso, manejaba con soltura la vida de los santos y sabía exponerla según las circunstancias, con el propósito de llegar a lo más profundo de la historia en el momento que el cliente lo requería. Tal fue la fama de nuestro personaje, que el mismo Fernando Quiñones intentó en varias ocasiones ponerlo en contacto con el afamado director de cine Luis Buñuel para que participara en una de sus controvertidas películas, hecho que desgraciadamente no llego a cuajar.

La escritora Ana Rossetti nos lo describe de la siguiente manera: "cualquier imagen que entrara por aquellas puertas - talla o vaciado, bulto o relieve-, salía vestida con los más complicadas galas. Las Vírgenes vestidas son las verdaderas, solía decir “el Embrujo”, las otras son estatuas de ídolos". (1)

En su taller podíamos encontrar desde un simple jarrón, falto de algunos de sus brazos y dispuesto a ser reparado, hasta auténticas obras de arte entregadas en la posguerra para su posible restauración; o bien, si eran sacras, simplemente depositadas, dada la religiosidad del mismo. Y hablo de verdaderas obras de arte, ya que las tuve en mis manos. Por ejemplo, dos cabezas en madera policromada que podíamos datar del siglo XVII, pertenecientes a dos imágenes, una de gloria y la otra pasionista, de magnifica factura y en perfecto estado de conservación. Al igual que majestuosas testas pertenecientes a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan.

Para la Cofradía del Perdón, de Jerez de la Frontera, restauró la antigua Dolorosa de la Hermandad de la Flagelación, la popular Virgen de la Amargura. Originalmente se trataba de un busto de dolorosa en terracota, luego complementada por la Hermandad de la Amargura para sus salidas procesionales. La hermandad sustituye esta imagen por la actual en 1939, quedando la antigua imagen de la Virgen de la Amargura olvidada y oculta tras unas paredes de la por entonces Colegiata, donde es hallada por el deán Repetto Betes, que termina por cederla a la Cofradía del Perdón. Así pues, tras un previo retoque de Manolo, pasa la redescubierta imagen a ser la titular de esta Hermandad del Perdón, ahora bajo la advocación del Perpetuo Socorro. Posteriormente vuelve a ser retocada por José Guerra Carretero en 1979, y a consecuencia de un incendio que la dañó en el año 1999, ya definitivamente restaurada por Mari Paz Barbero. (2)

El Cristo de la Misericordia de San Fernando (Cádiz) también fue intervenido por "El Embrujo", siendo luego remodelado por el artista isleño Berraquero. (3)

Pero quizás nos resulte aún más llamativo que Manuel Beret fuese requerido por el capitán de fragata del Cuerpo General de la Armada y Segundo Comandante y Jefe del Detall del buque Escuela de Guardamarinas de la Armada Española "Juan Sebastián de Elcano", para que realizara una Virgen del Rosario con el fin de que presidiera la capilla del buque. Encargo que queda acreditado en el documento que presentamos (imagen inferior). Dicha imagen navegó durante años dando la vuelta al mundo, pues bien es sabido que la réplica realizada por Vasallo Parodi tan sólo lo hacía en momentos puntuales. Con motivo del viaje de instrucción del Príncipe de Asturias, esta virgen del Rosario fue sustituida en 1992 por otra realizada en cedro por Alfonso Berraquero. El modelo, en barro cocido, quedó en posesión de su Majestad la reina Sofía de España.

Falleció Manolo a consecuencias de las fracturas producidas por un accidente de tráfico sufrido en las inmediaciones de nuestro Mercado Central. Estando internado en la Clínica san Rafael, resultaba curioso ver como en determinados momentos de profunda espiritualidad, tan sólo quería ingerir agua y vinagre. Además, mandaba quitar de su mesilla todas las estampas de santos que durante años lo había acompañado, prefiriendo tener en su mente sólo la imagen de Cristo y María. El entierro de tan enigmático personaje, un caluroso día del mes de agosto, dio lugar a una llamativa coincidencia que no hizo más que elevar su halo casi místico: tan sólo acudieron al luctuoso trance dieciocho personas, el mismo número de individuos que, según la tradición, acompañaron el cuerpo de Cristo hasta el sepulcro.

Quede aquí estas breves líneas como testimonio de los quehaceres de Manuel Beret y Mateo, un hombre bueno, de los que, en épocas de severas estrecheces, supo suplir, con entrega y habilidad, la falta de profesionales. Aún persevera en mi memoria la figura entrañable de Manolito Beret llamado "El Embrujo".

 

 


 

BIBLIOGRAFÍA

(1) ROSSETTI, Ana. Plumas de España, Seix Barral, 1997.

(2) "Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Perdón y María Santísima del Perpetuo Socorro y San José Obrero". www.lapasionenjerez.com.

(3) MOSSIG PÉREZ, Fernando. Historia de las Hermandades y Cofradías Isleñas, San Fernando, 2005. Leemos en la página 444: "Esta antigua y deteriorada efigie fue restaurada dos veces con vista a los primeros cultos y a la primera salida procesional: Primero, entre julio y agosto de 1957, por el artista gaditano Manuel Beret, que, a propósito, luego fue miembro de la directiva durante un tiempo: "Acuerdo de encargarle la restauración del Titular al escultor residente en Cádiz Manuel Beret, importándose dicha restauración 2000 pts (dos mil pesetas)". Beret la pintó y le arregló el candelero, encorvándola ligeramente".

 

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