MARIANO BENLLIURE

Jesús Abades


 

 

Mariano Benlliure y Gil (Valencia, 1862 - Madrid, 1947) es el autor de varias de las esculturas sacras más gloriosas del siglo XX en España.

Si a lo anterior se le añade el impecable modelado de sus obras, la fuerza poética que respiran, las inquietudes artísticas de un artífice siempre a la búsqueda de nuevas fórmulas y las innovaciones estéticas que trajo consigo una trayectoria apenas sin manchas, se comprenderá que su arte casi no conociera parangón en la imaginería española y, seguramente, en el arte cristiano del momento.

El deseo de imprimir un sello personal de trabajo, tanto en su obra sacra como en la civil, fue siempre la principal característica de las creaciones de Benlliure.

Desde la grandilocuente ambición de sus obras primerizas hasta el depurado estilo de su etapa de plenitud, en todas sus esculturas va mucho más allá de lo que la gran mayoría de imágenes sacras del periodo alcanzaron a nivel estilístico. Cualquiera que sea la iconografía a tratar, se convierte en un tema subordinado al universo creador de Mariano Benlliure.

El escultor valenciano liberó a la escultura religiosa de nuestro país de muchos de sus artificios esteticistas y forjó un talante que, antes que someterse a maniqueísmos gratuitos, constituyó una necesidad permanente y lógica de perfeccionar la esencia sacra de la imagen, ese espíritu místico que la diferencia de la estatuaria profana.

Puede entenderse que la aportación máxima de Benlliure al realismo neobarroco fuese la eliminación de la ficción efectista y el afán por profundizar el espacio dramático que crea el icono en torno a los fieles que lo contemplan. En realidad, no hace sino provocar la emoción del espectador sintetizando considerablemente los medios, demostrando con cada pieza que la sencillez en el arte exige un nivel muy alto de elaboración estética.

Su estilo se nutre de siglos de evolución a partir de los modelos escultóricos creados por las principales escuelas del país, pero los supedita completamente a su técnica. Benlliure, por tanto, ennoblece la cultura popular a la que sirve, sobre todo durante la posguerra, momento delicado para la calidad de la obra de arte ante una ingente demanda que, frecuentemente, iba acompañaba de una alarmante escasez de recursos.

Con obras maestras como el Cristo de la Expiración (imagen superior) o el Nazareno del Paso (imagen inferior), consideradas para muchos como las dos mejores hechuras cristíferas que procesionan en la Semana Santa malagueña, el artista pone un especial cuidado en su faceta procesional y consigue resultados asombrosos. Así, al paso de ambas tallas por las calles de Málaga, se potencian el misterio de las esquinas débilmente iluminadas, la soledad del balcón cerrado, la nostalgia del acompañamiento musical, la asfixia de una saeta que surge entre un público sobrecogido... Fue tal el talento de Benlliure que no sólo condiciona la obra, sino la influencia que ejerce sobre su entorno penitencial, y es hecho cierto y comprobado que de muy pocos imagineros se pueden afirmar tales méritos.

 

 

Acceso a El Cabildo

Escrito publicado en El Cabildo

 

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