EDUARDO ARROYO


 

 

Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) es uno de los artistas españoles de mayor proyección internacional. Poseedor de una extensa y fructífera carrera artística, tendencia artística de los años 60 del pasado siglo, nacida en París, que surge como alternativa a las corrientes dominantes de abstracción y que, por su vertiente más política, se halla cercana a los presupuestos del Pop Art. Su obra comienza a tomar protagonismo en el panorama nacional a partir de los años 80, tras un forzado exilio de casi veinte años en Francia a consecuencia de la dictadura franquista, que será una constante en la temática del autor.

Para Eduardo Arroyo, el arte se convierte en un medio de combate y reivindicación. Podemos diferenciar dos temas fundamentales en su trabajo: la situación política y social en la España de los últimos años del franquismo, y la reflexión sobre el papel de la pintura de la vanguardia (como un movimiento decadente) y de los pintores que la representan, siendo este último el tema fundamental una vez instaurada la democracia en España a finales de los 70. Pero si hay que buscar un hilo conductor de toda su obra serían sus vivencias personales (el exilio, los amigos, la literatura o el boxeo), siempre plasmadas con ironía y humor.

Artista multidisciplinar, ha alcanzado gran fama como pintor y escultor, pero a lo largo de su trayectoria también se ha dedicado al cultivo de la literatura, la escenografía o la estampa. Su carácter ecléctico le lleva a utilizar diversos materiales y técnicas que le permiten plasmar con mayor exactitud su propio universo. Como dice el propio artista: "Es precisamente ese aspecto serial fragmentario, dividido, esas diferencias estilísticas, esas mezclas... toda esa incoherencia los que construyen, finalmente, la coherencia de mi obra".

 

 

Su incursión en la escultura, aunque tardía, no ha sido una novedad en su amplia trayectoria. Eduardo Arroyo comienza en esta disciplina a mediados de los años 70, creando sus primeras piezas de bronce que han sido una constante hasta el presente; mientras que su interés en el uso de la piedra es más reciente y está directamente relacionado con las montañas que rodean Robles de Laciana, el pueblo leonés donde vive y trabaja.

La piedra no solo es atractiva para Eduardo Arroyo como materia, sino como objeto: las selecciona por su belleza en sí, por su forma u originalidad, modificándolas materialmente poco y transformándolas con pequeñas intervenciones evitando perder su forma original. Un gesto no solo artesano, sino ingenioso y simbólico.

Por lo tanto, la escultura de Eduardo Arroyo refleja su eclecticismo tanto matérico como temático, con series y motivos recurrentes entre los que destacan las moscas (presencia obsesiva que utiliza con connotaciones negativas referidas a lo amenazante, llegando a definir España como "el paraíso de las moscas"), la figura del popular "Tío Pepe" (testigo mudo de una época histórica), los deshollinadores (a los que identifica con el pintor en cuanto a su posición privilegiada como "fisgones" de personas y lugares), las vanitas o los unicornios.

 

 

Exposición Eduardo Arroyo. Esculturas 1973-2012 en el CAC Málaga (Calle Alemania, nº 1). Horarios: martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas; lunes, cerrado. La muestra consta de 71 esculturas realizadas en diversos materiales como la piedra, el bronce, el hierro, la madera o el cemento, que combinados representan figuras estereotipadas (modelos de la España castiza o personajes literarios), vanitas o animales, entre otros.

 

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