EL TALLER DE PEDRO ROLDÁN (III)
LUISA ROLDÁN Y LUIS ANTONIO DE LOS ARCOS

José Carlos Pérez Morales


 

     
     
Detalle del San Juan Evangelista de la Cofradía de la Carretería (Sevilla)

 

Como hemos visto en el caso de Francisca Roldán y José Felipe Duque Cornejo, años antes en el seno familiar de Pedro Roldán ya se había vivido un episodio de oposición a un matrimonio de una de sus hijas. Es el caso de Luisa Roldán y Luis Antonio de los Arcos, cuyo enlace se formaliza en 25 de diciembre de 1671. La historiografía ha sido injusta pues se ha señalado que tal impedimento era debido a las escasas aptitudes artísticas de Luis Antonio. También se ha dicho que realizaba tareas de policromía y estofado de las obras de su esposa Luisa cuando en realidad la realizaba su hermano Tomás, tanto en Cádiz como en Madrid.

Entre 1668 y 1670 se firma un documento de aprendizaje de Luis Antonio en el taller de Andrés Cansino -ejemplo que ilustra: la imagen del Nazareno del municipio sevillano de El Viso del Alcor (1669)-, no cumpliendo el período requerido por lo que puede aventurarse una posible formación en el taller de Pedro Roldán.

La obra sevillana de Luis Antonio es escasamente conocida. Comienza a recibir encargos en compañía del ensamblador Cristóbal de Guadix, como por ejemplo los conjuntos escultóricos del paso de las Tres Necesidades (1677) y del paso de la Exaltación (1678), aunque los Ángeles Pasionarios de éste último sean obras indudables de Luisa, y vinculables con los que remataban el retablo del Nazareno de Bollullos Par del Condado (Huelva). Por tanto, la figura de Guadix podría empezar a relacionarse con este retablo.

En el año 1680 acaece el despegue estético de Luisa con encargos recibidos desde Cádiz y su entorno, caso del San Juan de Dios para la iglesia conventual homónima de Sanlúcar de Barrameda. En 1684 disponemos de la primera obra perfectamente documentada de la artista: el Ecce Homo de la catedral de Cádiz, a través del cual se atribuyó otro conservado en la iglesia cordobesa de San Francisco. Otras obras destacables son los santos patronos de Cádiz, San Germán y San Servando, labrados en 1687 -año en que el matrimonio traslada su residencia a Cádiz-, o la magnífica Virgen de la Soledad de Puerto Real (1688).

De gran importancia es el año 1689, cuando Luisa se traslada a la Corte bajo la protección de Cristóbal de Ontañón y es nombrada Escultora de Cámara del monarca Carlos II y, posteriormente, Felipe V. De esta época son sus afamados grupos escultóricos de pequeño y mediano formato, realizados en barro cocido. Ejemplos ilustrativos del momento pueden ser el San Miguel Arcángel (1692) del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, y los grupos de San Joaquín, Santa Ana y la Virgen Niña (1692-1706, Museo de Bellas Artes de Guadalajara) y el Éxtasis de Santa María Magdalena (Hispanic Society of America, Nueva York).

 

     
     
Ecce Homo (Cádiz)

 

Fotografías de Roberto Villarrica y Elena González Pérez

 

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