RICCI/CARREÑO. 400 AÑOS
SANTOS

Con información de José Luis Morales y Marín


 

   
 
 
San Sebastián por Juan Carreño de Miranda
Museo del Prado

 

El estudio de Francisco Ricci en Madrid supuso un verdadero taller, a la manera de los obradores italianos del renacimiento, sirviendo su magisterio y orientación de una manera definitiva para la evolución del barroco en la escuela madrileña, así como para la formación de diversas artistas. Con gran dominio del dibujo y profundos conocimientos de perspectiva y arquitectura, Ricci creó una serie de modelos repetidos posteriormente.

Entre las influencias de Juan Carreño de Miranda, además de la del propio Ricci y Velázquez, habría que anotar las de Tiziano, al que copió en su juventud, y Van Dyck. Como pintor religioso atesora la mejor formación del gran cuadro de altar barroco, aparatoso y apasionado, teatral y refinado, que expresa mejor que cualquier otra creación de su tiempo las dramáticas contradicciones de la España de los últimos Austrias.

 

   
 
 
Anunciación por Francisco Ricci
Museo del Prado

 

Fueron varias las Anunciaciones importantes pintadas por Ricci: la del retablo mayor de la Catedral de Plasencia (1656), repetida por Claudio Coello y cuyo San Gabriel tiene también recuerdos de Van Dyck; la de la Universidad de Barcelona (1663); la de la colección madrileña Gil Varela (1671) y la que analizamos del Museo del Prado (hacia 1670), firmada y fechada abajo a la izquierda del lienzo, cuyas medidas son 112 x 96 cm.

Dicha obra, cuya composición se remonta a los modelos de Tiziano, coronaba el retablo de la Natividad del convento franciscano de los Ángeles (Madrid), el cual contaba al menos con otras dos obras pintadas por Ricci: la Adoración de los Reyes Magos y la Presentación de Jesús en el Templo. La pieza que nos ocupa se halla bastante emparentada con la de la Universidad de Barcelona, depósito del Museo Nacional del Prado de Madrid, tanto en la composición con las figuras de la Virgen María y San Gabriel en primer término, como en las leves alusiones al espacio arquitectónico en que se sitúa la acción, con la balaustrada y la columna que contribuyen a llenar el fondo, constituido esencialmente por un rompimiento de las nubes, densas y tempestuosas que enmarcan la claridad ocupada por la representación del Espíritu Santo.

Aunque el propósito del cuadro sea eminentemente mariano, ocupa este capítulo del especial por el protagonismo y calidad de la figura de San Gabriel, ejemplo de otra innovación de raíz veneciana aportada por Ricci a la pintura española: la factura suelta y movida frente a la continuidad y lisura que se advierte en la primera mitad del siglo XVII. Por otro lado, las sutiles transparencias y las excelencias en los toques del color que presenta el ángel son también de gran relieve en el estilo de Ricci.

De Carreño traemos su versión del Martirio de San Sebastián (1656, óleo sobre lienzo, 171 x 113 cm) que se conserva igualmente en el Museo del Prado. Aunque los grandes hallazgos de este artista se darán no en la pintura religiosa, temática que predomina en la plástica barroca española, sino en el género retratístico, no cabe duda que sus interpretaciones sacras evidencian una claridad y aliento humano que las distingue de otros modelos místicos o dulzones, idealizados, de algunos de sus contemporáneos del foco madrileño.

Al igual que el cuadro de Ricci, este San Sebastián firmado por Carreño muestra una fuerte influencia veneciana y flamenca, sobre todo del maestro Rubens, y fue originalmente realizado para un cenobio; en este caso, el monasterio madrileño de la Piedad Bernarda regentado por bernardas cistercienses, llamadas Vallecas, para el que también Carreño pintó una Inmaculada Concepción. El santo, atado a un tronco y apenas asaetado, se halla en primer plano sobre fondo azul claro que resalta el escorzo de su admirable anatomía. El rostro, quizás un retrato del natural, dirige su mirada al cielo mientras sus ropas de militar romano reposan a sus pies.

 

FUENTES: MORALES Y MARÍN, José Luis. La Pintura en el Barroco, Barcelona, 1998, pp. 199 y 211-212; AA.VV. Pinturas de la Universidad de Barcelona. Catálogo, Universidad de Barcelona, 1980, pp. 106-109; GÓMEZ NEBREDA, María Luisa. "Las pinturas del convento franciscano de los Ángeles de Madrid que pasaron al Museo de la Trinidad: Contribución al catálogo del "Prado Disperso", artículo publicado en Boletín del Museo del Prado, vol. 20, nº 38, Madrid, 2002, pp. 37-64.

 

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