REMBRANDT 350 AÑOS. LOS TEMAS SACROS
JEREMÍAS LAMENTANDO LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

Se cumplen los 350 años del fallecimiento de Rembrandt Harmenszoon van Rijn, sin duda el pintor holandés más famoso del siglo XVII. Innovador y provocativo, Rembrandt dio un vuelco al mundo del arte en plena Edad de Oro. Tres siglos y medio después de su muerte, sus hermosas obras y su épica historia personal continúan inspirando a los artistas.

 

 

Abatido, el profeta bíblico Jeremías apoya la cansada cabeza sobre su mano izquierda. Se lamenta de la ciudad en llamas de Jerusalén (lado izquierdo del fondo), cuya destrucción había predicho. La parte más importante de la representación, la figura de Jeremías, está pintada con gran precisión, mientras que su entorno está apenas resuelto. Rembrandt utilizó potentes contrastes de luz y sombra para realzar el drama de la escena.

Rembrandt representa al filósofo en meditación como un venerable anciano de noble porte, retirado del mundo en el fondo de una gruta, sentado en una hermosa alfombra, con el codo apoyado en "La Biblia". Reflexiona profundamente sobre las vanidades del mundo, simbolizadas por la gran cantidad de jarrones de oro y plata que aparecen arrojados descuidadamente a su izquierda. Fuera de la cueva, vemos en la distancia la ciudad de Jerusalén ardiendo, con soldados al asalto y desafortunados habitantes que huyen.

La obra fue pintada al óleo sobre tabla en 1630, fecha que figura en su parte inferior. Mide 58 x 46 cm. Aunque los temas bíblicos y cristianos aparecen como las principales fuentes de inspiración en el primer periodo de Rembrandt (1625-1631), iniciado precozmente al abrir muy joven el pintor un taller independiente en Leyden, su localidad natal, hablamos de temas que no abandonaría a lo largo de su intensa trayectoria artística.

 

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