REINTERPRETACIÓN DE LO SAGRADO (I)
JACOPO CARDILLO (JAGO)

15/08/2020


 

Sean cuales sean sus propósitos, lo sagrado siempre ha sido una fuente de inspiración para los artistas. Utilizando contenidos, formas o modelos de temática sagrada, muchos creadores han dado un significado distinto a sus obras, buscando en no pocos casos conciliar o simplemente fusionar lo clásico con lo actual. Una concepción plástica que va desde el homenaje hasta la sátira, desde la admiración hasta la irreverencia, pero que siempre parte de una base divina para moldear la idea profana.

 

 

Jacopo Cardillo (Frosinone, 1987), conocido como Jago, es un polifacético artista italiano que trabaja sobre todo la escultura y la videoproducción. Su investigación artística tiene sus raíces en las técnicas heredadas de los maestros del Renacimiento en Italia. Sin embargo, en contraste con la idea romántica del artista precario, Jago siempre ha estado decidido a dar una imagen emprendedora al gremio, manteniendo siempre para ello, por ejemplo, una relación viva y directa con el público a través del uso de las redes sociales.

En diciembre de 2019, Jago inauguró en la basílica napolitana de San Severo Fuori le Mura su obra más mediática hasta la fecha, una escultura de mármol titulada Figlio velato, inspirada en el famoso "Cristo velato" de Giuseppe Sanmartino que preside la Capilla Sansevero de Nápoles (ver enlace).

En la línea del Cristo yacente encargado a Sanmartino por el príncipe Raimondo de Sangro para su capilla funeraria, el Figlio velato es una obra muy ambiciosa que mira al pasado pero al mismo tiempo rebosa actualidad. Una obra ubicada en la recientemente restaurada capilla de los Bianchi del mencionado templo, con la que Jago pretende crear un nuevo símbolo escultórico para la ciudad de Nápoles.

El propio autor califica al Figlio velato como una "escultura de todos" ya que, desde los inicios del proyecto en noviembre del año 2017, sus seguidores en redes sociales pudieron día a día participar del desarrollo y evolución de la obra gracias al material que Jago publicaba en Facebook.

 

 
 

 

La obra representa a un niño, acostado sobre una losa de mármol blanco y cubierto con un velo transparente que desvela al espectador sus rasgos. Fue donada por Jago a San Severo Fuori le Mura, un templo ubicado en una zona algo degradada de la periferia de Nápoles que conserva importantes testimonios artísticos barrocos en su interior, entre ellos obras de Luca Giordano, Andrea Vaccaro y Giovan Battista Spinelli.

Aunque el titulo Figlio velato alude al magistral Cristo de Sanmartino, el autor explica que su obra no tiene nada que ver con la idea cristiana de lo sagrado, sino con las imágenes que a diario nos llegan de niños que son víctimas de violencia, abusos, guerras hambrunas... El Figlio velato simboliza la historia de millones de inocentes sacrificados por las miserias humanas. Pero no es solo un símbolo de enorme sufrimiento, también es una esperanza para que todos estos crímenes no vuelvan a suceder en un futuro.

Para crear la obra, el artista se mudó a Estados Unidos, y durante más de un año trabajó entre Nueva York y Long Island modelando diez horas diarias un bloque de mármol del tipo Danby Vermont para dar forma al niño cubierto por el delicado velo. El resultado es una escultura de extraordinario realismo que mide 200 x 100 x 50 cm. Con cada nuevo trabajo, Jago eleva el listón de la dificultad; en este caso, según el artista, nunca se había esculpido un velo con una atención tan obsesiva por los detalles.

Jago no solo ha querido con el Figlio velato regalar un nuevo símbolo de belleza a una zona de Nápoles golpeada por las disputas de la Camorra, sino también un símbolo de su renacimiento civil y un punto de partida para un nuevo itinerario cultural que une la iglesia de San Severo con la capilla ubicada en pleno centro de Nápoles que alberga la obra maestra de Sanmartino, una de las mejores esculturas del siglo XVIII. 

 

 
 

 

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