PIERRE PUGET. IV CENTENARIO
SAN ALESSANDRO SAULI

18/11/2020


 

 
 
Foto: Santiago Rodríguez López

 

Para dos de los nichos de los pilares de la bóveda de la basílica genovesa de Santa Maria Assunta di Carignano, diseñada por Galeazzo Alessi, Puget labró las estatuas de San Sebastián y San Alessandro Sauli. Ambas son de mármol de Carrara y tienen unas proporciones colosales (la de Sauli mide 450 x 160 x 110 cm). Fueron encargadas el 8 de marzo de 1664 por Giulio y Francesco Maria Sauli (parientes de Alessandro, miembros todos de un rico clan de comerciantes), aunque no fueron realizadas hasta 1668, siendo trasladadas el 12 de mayo de ese año desde el taller del artista, situado en Via Balbi, hasta Carignano.

Según Herding, la peste que afectó a Génova en 1657 condicionó la decoración interior del templo, teniendo las estatuas de Puget carácter votivo. En el caso de Alessandro Sauli (1534-1592), representado con su hábito de obispo de Aléria (Córcega), fue famosa su entrega hacia los enfermos durante la epidemia de peste que asoló la isla en 1580 (plasmada en un cuadro de 1630 atribuido a Domenico Fiasella que también se halla en la basílica), por lo que este encargo unía la invocación a Sauli contra la plaga con la glorificación de un miembro de la poderosa familia, que además fue la que mandó construir la iglesia situada en la colina de Carignano.

 

 
 
Foto: Santiago Rodríguez López

 

Beatificado en 1762 y canonizado en 1904, Sauli fue famoso también por sus predicaciones y por las importantes reformas que efectuó en la doctrina católica, entre ellas promover la misión pastoral y reestructurar la Iglesia para llegar a un espectro más amplio de fieles. Aunque el libro abierto que figura a sus pies remite al trabajo de Sauli como reformador, su cuerpo retorcido y su expresión facial indican que se halla representado inmerso en una visión mística, a lo que contribuye la presencia del angelito que se abraza a su capa.

Puget aprovecha al máximo los efectos plásticos derivados de los volúmenes del pesado atuendo, siendo desarrollados en el mármol a través de impresionantes superficies brillantes y lisas. Herding también considera que el "San Felipe Neri con el ángel" realizado por Alessandro Algardi (1635-1638) para la sacristía del templo romano de Santa Maria in Vallicella pudo servir a Puget de referente a la hora de ejecutar esta figura.

 

 
 
Foto: Santiago Rodríguez López

 

Soberbios son también el naturalismo anatómico de la estatua y el énfasis que pone Puget en recrear con detalle el más nimio de los motivos. Lo primero se manifiesta, por ejemplo, en la huesuda mano derecha que se alza al cielo o en el demacrado rostro, con las mejillas hundidas por haber dedicado toda una vida a asistir a los pobres y afligidos, mientras que de lo segundo son buenas muestras los encajes de las orillas del alba y el admirable entrelazamiento de flecos con los que termina la estola ricamente bordada.

Entre las esculturas de Puget, la de Sauli es una de las que se conservan el mayor número de bocetos previos, tanto en terracota como en dibujo. Al menos tres bocetos pueden considerarse estudios preparatorios: el del Museo Granet, el del Museo de Cleveland y otro en una colección particular. Sin embargo, la terracota del Museo de Saint Louis, mediocre pero muy fiel al mármol, es una reproducción mucho más tardía.

 

 
 
Foto: Santiago Rodríguez López

 

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